Prologo

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Haz oído hablar de la leyenda de Somnus, ¿verdad?

...Cuando no era más que un niño mi madre solía contármela ...

"Un día, los mortales perdieron la fe en los dioses, y los seres del inframundo empezaron a corromper sus almas a causa de la debilidad y fragilidad de sus mentes. Llevados por la codicia y el negro de sus almas, dejaron que poco a poco la obscuridad del pecado los sumiera por completo en la maldad, sus corazones se infectaron, pudriendo todo lo bueno.

Y todo murió, toda la vida empezaba a extinguirse a causa de la maldad que reinaba. Todo murió. Salvo los puros corazones de los infantes, quienes ocultos en cuevas y bosques, implorando por el consuelo divino de Caos, creador de todo lo existente.

Mas Caos vio que toda la vida se estaba extinguiendo. Ordeno al Dios de las Tinieblas y la Noche que purgará toda la tierra y la limpiara del daño que los mortales estaban ocasionando. Y El Dios de las Tinieblas surco el cielo con sus negras alas, sumergiendo al reino de los hombres en una noche perpetua y un sueño eterno.

Pero los rezos de los niños, aun clamaban por la salvación, con lágrimas en los ojos, pedían en sus cantos el fin de la noche.

El Dios de la Luz se apiadó de sus lágrimas, y descendió al mundo de los mortales, expulsando a los seres del inframundo y regresando el amanecer una vez más.

"No debiste haber hecho eso, ellos ya no tienen salvación" Le recrimino El Dios de las tinieblas

"Todo el mundo guarda en el corazón, la luz de la esperanza" Le respondió el Dios de la Luz en una sonrisa.

Los mortales alabaron al Dios que les había liberado, no obstante, no ocultaron su rechazo hacia aquel que los había sumido en el sueño eterno. El Dios de las tinieblas que poco o nada le importaban aquellos mortales sin salvación, retorno a su reino.

El Dios de la luz con una extraña tristeza en su pecho, dejo sus dominios en los cielos y fue en su búsqueda, lo hallo en la más absoluta de las soledades.

"Estas demasiado lejos de tu mundo, regresa ahora o ya no serás capaz de retornar a los cielos"

Pero el Dios de la luz, permaneció a su lado, a partir de ese día, reconfortándose con su compañía, y en su corazón latía con fuerza al poder permanecer junto a su otra mitad, pues estaba escrito, que, así como la vida y la muerte se necesitan a sí mismas, para crear y destruir, la Luz y las Tinieblas, se necesitan la una a la otra para sobrevivir. Día y Noche, Luz y Sombra

Y es así que, de forma inevitable, el Dios de la luz, y el de las tinieblas se enamoraron, no obstante, ese amor estaba prohibido ya que traería consigo la disidía entre el mundo de los mortales.

"El Dios de la Luz nos ha traicionado" Clamaron a viva voz los hombres "Se ha aliado con las tinieblas que nos castigaron"

"¡No debe existir!" "¡Es un Dios impuro!" "¡Nuestros rezos no son oídos!"

"Oh Caos, creador de todo lo existente, de este mundo y los otros, castiga a ese Dios que nos dio la espalda por nuestro enemigo"

Pero Caos no los oyó, y eso hizo que los corazones de los mortales se corrompieran de nuevo

"No vallas, quédate aquí" Suplicaron las Tinieblas

"Debo volver, o este mundo se corromperá de nuevo"

"Los hombres ya están corrompidos, no tienen salvación, permanece a mi lado"

Pero La luz, ya había tomado una decisión, y pese a los esfuerzos de las tinieblas por detenerlo, este ya se había marchado.

"Eres como los otros Dioses que nos ignoran" Reclamaban los mortales al tener al Dios de la Luz ante su presencia. "Los dioses solo se regocijan con nuestro sufrimiento, ¡No les importamos!"

Poco a poco, los seres del Inframundo empezaron a podrir aquellas almas...

"¿Qué puedo hacer para que me crean?" Dijo la luz en un acto desesperado por hacer que la fe retornase en ellos y evitar que el pecado retorne.

"Entréganos tu corazón" "arráncatelo del pecho, muéstranos que aún es puro, muéstranos que las tinieblas no están dentro de usted"

La luz, acepto, en un acto de desesperación e infinito amor, abrió su pecho en dos mitades, exponiendo un resplandeciente cristal que irradiaba luminosidad.

Pero lo que el Dios de la luz desconocía era que ya era muy tarde para los hombres quienes ya no actuaban bajo su propio dominio, si no el de aquellos seres del mundo del averno quienes querían ver al Dios extinto.

Uno de ellos, arranco el corazón del Dios, levantándolo en alto para que todos lo vieran.

"Este es su castigo, por habernos abandonado y haber preferido abrazar las tinieblas" "Ahora que no tiene corazón, es igual a nosotros"

"Por favor no..." El cuerpo del Dios se deshacía, entre cada soplido del viento "Todo el mundo guarda en su corazón... la luz de la esperanza..."

El corazón del Dios de la luz resplandeció con fuerza, en un último acto de misericordia, borro el daño y la maldad de ellos, y liberándoles del control de los seres del Inframundo una vez más.

El Dios, cerró los ojos con una sonrisa, su pecho abierto y vacío, su corazón había dejado de resplandecer y es cuando en sus últimos instantes de existencia, elimino los recuerdos malévolos de los hombres y mujeres, limpiando sus almas con su propia muerte.

Las tinieblas se enfurecieron, El Dios de las sombras contemplo los últimos segundos de vida de la Luz, y como esta se desvanecía en el aire, al mismo tiempo que su corazón se despedazaba y se hacía polvo de estrella,

Los mortales observaban confundidos y desorientados la muerte de su Dios favorito, desconociendo que ellos fueron los causantes.

"Miserables humanos y su egoísmo infinito, no tienen ni tendrán salvación, por haberme arrebatado mi vida, así pues, yo les arrebatare las suyas, y está escrito, que este dolor que siento, recaerá en ustedes en forma de maldición, ante Caos yo expongo mi sufrimiento, Dentro de 3000 años, este corrompido mundo y los que lo habiten caerán en una noche perpetua, un sueño eterno lleno de dolor y sufrimiento del cual jamás despertarán.

Y clamando a viva voz aquellas funestas palabras, las Tinieblas desaparecieron aguardando el día en el que pueda ver su maldición realizada.

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El muchacho de ojos azules despertó súbitamente, las lágrimas que bajaban por sus mejillas, su almohada estaba húmeda, y las cobijas regadas por el suelo, el corazón de Naruto latía aprisa, una vez más, había tenido ese sueño, una vez más, una dolorosa punzada le atravesó el pecho

— ¿Por qué de nuevo? ¿Por qué?

Somnus (Sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora