4.

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—¿Usted fue a la universidad, Jimin?

 Escuchó al rubio reirse desde atrás. Habían pasado por varias cuadras sin hablar, ya lejos del embotellamiento de vehículos. El pasajero había estado observando los árboles por la ventana ya que estaban pasando por un parque.

—No.

 Namjoon frunció el ceño.

—Perdone por preguntar pero, ¿tiene un rango alto en su trabajo?

—Oh, Namjoon, no se preocupe por preguntar de ahora en más. Y sí, vendría a ser el jefe.

—¿El jefe?

—Sí.

—¿De una empresa?

—De negocios.

 El conductor se mordió la lengua para no preguntar qué clase de negocios. Si bien Jimin había dicho que estaba bien preguntar, por alguna razón tenía el presentimiento que la respuesta no iba a ser tan placentera como había imaginado al principio.

 Pero como se habían quedado un rato callados, Namjoon decidió saldar una de sus dudas.

—¿Quién es Jungkook?

 Jimin volvió a reirse.

 ¿Por qué se reía? ¿Qué era tan divertido de la pregunta? ¿Por qué había hablado en primer lugar del tal Jungkook como si lo conociera de toda la vida?

—Es mi secretario. La verdad es que hace todo mal siempre y necesito uno nuevo que realmente haga su trabajo.

—¿Y por qué no lo despide?

 El rubio pareció ponerse serio de repente.

—Porque es al único que puedo pedirle ciertos favores.

 ¿Ciertos favores?

 Se quedaron callados por un rato hasta que Namjoon salió del parque.

—¿A él no puede hablarle?

—¡No! —exclamó volteando la vista hacia el asiento de adelante—. Tengo la regla personal de no hablar de más con mis empleados. Tengo mala experiencia con eso. Bueno, en plural, malas experiencias porque fueron varias y terminaron usando la información en mi contra.

—¿Y por qué está hablando conmigo ahora?

—Usted no es mi empleado. No hay ninguna relación ni contrato que nos una. Necesito hablar con alguien de vez en cuando de cualquier cosa pero es imposible en mi entorno. Hasta en terapia tengo que usar filtros.

—¿Hablaba con su ex?

—Sí. Yoongi es una persona muy callada cuando se trata de eso, le gusta escuchar y a mí me gusta hablar. Me gusta mucho. Y también me gustaba él asique me encantaba que me prestara atención.

—¿Por qué terminaron?

 Mostró una expresión de disgusto.

—Ugh, no sé. Encima pensaba que estaba todo bien entre nosotros, habíamos tenido una velada intensa la noche anterior y cuando desperté estaba empacando sus cosas diciéndome que no iba a funcionar lo nuestro y no sé que otras cosas más. De todas formas siempre se mostraba en contra de mi trabajo. Y siempre fue muy justiciero. Bueno, ¿qué podría esperar de un abogado?

 No sabía si era porque le llamó la atención el que su ex pareja lo haya dejado tan abruptamente o porque realmente necesitaba algo de energia, o simplemente porque tenía ganas. Pero estacionó el auto sin pensarlo dos veces y volteó al asiento de atrás.

—¿Le apetece un café?

 Jimin lo observó expectante por unos cuántos segundos. Pero después pareció relajar la mirada, incluso lucía ¿complacido?

—Sí, me encantaría.

taxi. (minjoon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora