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Habían estado un día entero en ese lugar.

El de rojo se había acomodado junto a un conjunto de flores secas sintiendo ese dolor de perder a su prometido, ahí lo había dejado descansar.

Removió un poco las flores secas notando ya los huesos del británico, y entre ellos su mano aun con aquel anillos que los unía sin ser necesario una ceremonia.

No podía evitar sentirse mierda, menos con aquella presión en el pecho.

—Señor, iré a revisar si el laboratorio ya es seguro– escuchó al otro lado del roble mas no contestó, ahora se  cuestionaba el por qué construyó a la máquina.

El pequeño robot siguió hacia el laboratorio, empezando a experimentar lo que era sentir emociones como el miedo.

Entró con cuidado y el lugar se encontraba vacío y  destruido.

Dio un recorrido por el lugar,  quería saber si era seguro para traer al noruego.

Al llegar a las oficinas, pudo ver aquel archivo que Tord le había pedido use cuando fuera el momento.

¿Realmente era el momento? 

Se alejó y volvió a aquel roble para llevarse a su mayor.

🕚

Aquel bombardeo le había afectado demasiado, recordaba cada preciso momento de cuando perdió a su pareja y era como una tortura sentir de nuevo ,como si estuviera grabado en su piel, aquel rostro ya sin vida.

Sin único amor ¿que sentido seguía estar vivo? Tantos años juntos y nunca aprendió a estar sin el, ¿como mierda lo haría ahora?

Ya había pasado tiempo desde su perdida, pero nunca sintió aquel apoyo o ayuda para superarlo.

Su única forma de olvidar fue aquella maquina, pero ahora el último bombardeo hizo que perdiera el laboratorio,su distracción.

Se acomodó de nuevo en el roble, realmente quería morir, cerró sus ojos dejándose caer en el morfeo.

Por lo menos poder soñar aquella vida con su prometido, tener una hermosa niña y envejecer juntos.

—Tord, ¿no crees que todo es muy hermoso?–

—Claro que lo...es–



T I M E ; TordTomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora