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—Tord?... – se sentía un desastre.

A la vez con todos sus pensamientos y memorias revueltas.

Por Dios tenía pensamientos, una máquina.

Sentía.

Con un gran cuidado se recortó en el frío suelo,  aun procesando todo.

Estaba contento?  Claro que lo estaba.

Sus obscuros ojos reflejaban tener vida.

Se levantó del suelo y salió de aquel laboratorio,  contento.

Había olvidado en ese momento todos esos recuerdos que había precesiando.

Sentía una gran libertad.

Seguía sin creerlo.

Podía sentir.

Al pasar por todo el pasto seco,  llegó a estar frente al roble.

Ese roble tan vacío.

🌅

—¿puedes decirme aquí?– cuestionó el menor recostandose en el verde pasto a un lado de un pequeño y delgado roble.

—Porque... Estamos lejos del trabajo– se acostó junto a su pareja pasando por el cuello del otro su brazo,  acercadolo a el y depositando un suave beso en su frente– además aquí te dije que te amaba–

Era verdad, habían pasado dos años desde que Thomas llegó a trabajar y que conociera a Tord,  esos dos años fueron bastante para enamorarse y finalmente ser correspondidos.

Un año de relación hasta ese tiempo.

—Pero estamos cerca del trabajo– suspiró, estaba harto de su trabajo al igual que el noruego.

—Lo se pero no podemos renunciar de la noche a la mañana–

—Te presenté a mis amigos, estoy seguro de que ellos nos pueden ayudar a buscar un lugar donde vivir. Tord este lugar cada vez es más peligro– reposo su cabeza en el pecho de su novio y ocupandolo como una almohada– tengo miedo a que nos llegue un bombardeo–

—Oh my Tommie, yo te voy a proteger–

🌅

¿Que había sido eso?

Llegó a la cabeza del robot,  Tord.

Sabía perfectamente quien era, pero no entendía que era para el.

Ahora lo hacía,  era su amor.

Quien lo protegería, ¿Por eso lo escuchaba llorar todas las noches?.

Volvió a llorar el robot,  al sentirse arrepentido de no poder haber hecho nada para cosolarle.

¿Donde está el? 

Ya no recordaba nada sobre el último bombardeo.

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T I M E ; TordTomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora