MOVIE • OngNiel

03. Love

Love movie:

SeongWu's Pov.

Tokyo era hermoso, las luces nocturnas podían encandilarte tanto como las de la ciudad de la luz que tanto amaba. Hoy era de esas noches en las que yo no estaba tan feliz, el departamento estaba vacío y me encontraba frente al ventanal, recordando a regañadientes cierto nombre que volvía de vez en cuando como un fantasma imposible de apartar, pero estaba bien, había aprendido a vivir con ello como una especie de adicción, a pensar que estos pensamientos sobre su sonrisa eran una especie de periodo de síndrome de abstinencia que tenía que superar, así como había superado todo lo demás.

En cierta parte odiaba su recuerdo, era el miedo a encontrarme con sus ojos fríos y la joven de cabellos negros lo que me mantenía oculto en un departamento lujoso, escondiendo la mitad de mi sueldo bajo el colchón con la esperanza de que un día no me importe tanto y con una mochila pudiese volver a Seúl. Incluso lo tenía planeado, con DaeHwi dejaríamos nuestro empleo para poner una cafetería pequeña en gangnam, la adornaríamos seguramente de rosa o amarillo en busca de vivir la vida que habíamos perdido entre llantos y dolor, pero no podía. No aún. Mi pequeño amigo tampoco había sanado por completo, así que éramos un par de corazones rotos esperando el momento perfecto para renacer.

- Hace tiempo que no te veía en esa ventana -.

El silencio reinó por unos largos segundos, escoger las palabras correctas siempre era difícil en estos casos y yo no sabía qué hacer. Prontamente le tuve a mi lado, pude distinguir su esbelta figura mientras se abrazaba así mismo como si fuese víctima del frío, miraba al mismo punto vacío que yo, perdiéndose. - Hace un tiempo no pensaba en él - seguido de mis palabras se escuchó el pequeño sorbido que dí al pasar un poco del vino que olvidado en mi mano como consuelo.

- Lo he estado pensando, y creo que estoy listo para volver, SeongWu ¿Lo estás tú?-.

El piso bajo mis piés se movió con agresividad, no sé si víctima del alcohol o de mis nervios, oír esas palabras que durante años esperé era un shock que no pude disimular ¿Serviría volver? Me molestaba saber que cierta parte de mi quería ocultarse para siempre, mientras la otra quería perder toda esperanza. El frío del vidrio tocó mi frente cuando busqué un soporte. Extrañaba mi ciudad, mi idioma, quería salir adelante sin miedo, ese que me paralizaba justo como ahora. Tomé un riesgo. -Hagámoslo-.

Tal y como fue planeado sólo llevábamos una mochila con lo suficiente para vivir, se habían acabado las fotografías junto a el departamento lujoso, ahora sólo éramos dos jóvenes levemente normales, dispuestos a hacer su vida algo de lo que no arrepentirse. Los trámites habían demorado un mes, un mes donde muchas veces plantee arrepentirme de mis acciones, pero la sonrisa de mi mejor amigo mientras escogíamos los colores y cada cosa de nuestra tienda lo hacía valer la pena; lo lograríamos, tenía certeza de que mi sonrisa podría ser enorme como la de mi pequeño salvador algún día.

El lugar era enorme, muchísimo más sorprendente de lo que habíamos pensado gracias a las fotografías. Me limité a apreciarlo en silencio, riendo por como mi acompañante saltaba por todo el lugar maravillado por cada rincón.

Las fotografías no podrían hacerle justicia. El enorme ventanal decorado en madera barnizada de un tono rojizo era una fuente de luz perfecta para los sofá color negro grandes y pequeños esparcidos por el recinto, todo iba a juego con el piso de madera similar al de los ventanales, cuidadosamente limpio y pulido, todo para dejar el camino hacia el mostrador, eran largas máquinas con estantes para dulces, así como alimentos, un acompañamiento ideal para el café o el helado que planeaban servir. Sólo habían dos paredes que no estaban descubiertas por enormes ventanas, y esas mismas eran pizarras gigantes, una tras la caja donde cada producto estaba especificado, a la par de otra donde habían tizas de colores para que los clientes pudiesen dejar sus buenos deseos.