CAPITULO 4

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- Bueno yo... me encantaría ser tu amiga- hace mucho tiempo que solo salgo con Alberto y Clara, así que me vendrá bien cambiar un poco de aires.

- Genial – ahora mismo su preciosa sonrisa adornaba su rostro.

- ¿Oye, que te parece si quedamos esta tarde?, es que... verás tengo que hacer un vídeo y no se sobre qué, pero si ya tienes planes no importa...

Todo esto lo había dicho muy rápido, la verdad es que no me gusta pedir ayuda a nadie, normalmente prefiero hacerlo yo sola, pero con él me siento a gusto y así de algún modo también me servirá de disculpa por lo mal que me he portado con él. Y esque aunque a veces parezca despiadada también tengo conciencia.

- No, está bien, no tengo nada que hacer, pero me tendrás que explicar un poco más sobre ese vídeo o no podré ayudarte – se le notaba que se estaba divirtiendo por mis nervios.

- Genial, ¿que te parece si quedamos aquí a las 17:30?

- ¡Perfecto!, nos vemos luego- una sonrisa se extendió en su rostro y se acercó a mi para depositar un tierno beso en mi mejilla con esos carnosos y rosados labios. ¡Madre mía! ¡Estoy fatal!, ¿carnosos y rosados labios?, tengo que empezar a controlarme o esto no va a salir como yo espero.

Llegué a casa, comí e hice la misma rutina de siempre, cogí mi tablet, entre en Wattpad y me puse a leer una de las innumerables historias que conseguían que mi mente volase viviendo miles de aventuras. Una vez finalizado el libro, mire despreocupadamente mi reloj despertador, marcaba las cinco menos cuarto. ¡Las cinco menos cuarto!

- ¡Mierda, es tardísimo!, ¡qué me pongo!- un momento, pausa. ¿Desde cuándo me importaba a mí que ponerme? Aunque quedase con un chico siempre cogía lo primero que pillaba al abrir mi armario.

Pero no se porque esta vez era diferente para mí. Al final hice lo de siempre, cogí unos pantalones ajustados, una camiseta básica de manga corta y mis zapatillas Asics. Entré al baño para "arreglarme", y lo pongo entre comillas porque lo único que hacía era peinarme y ponerme un poco de perfume. Nunca me he maquillado y no creo que empiece a hacerlo ahora, no es que sea tan guapa que no necesite maquillaje, ni mucho menos, es simplemente que me gusta ir natural. Siempre he pensado que mi cara no se va a ver mejor porque me ponga pinturas en ella.

Cuando terminé de "arreglarme" ya eran las cinco y cuarto, que puedo decir, soy muy lenta para vestirme. Así que cogí el móvil, la cartera y las llaves, me despedí de mi madre y salí rumbo al instituto.

Por el camino las manos me sudaban, la verdad es que estaba un poco nerviosa, cosa que no tiene sentido, ¿o si?

- A ver Naiara, relájate, solo es David, un chico más. Solo te va a ayudar a hacer el vídeo- me dije para mis adentros. Por cierto, eso me recordaba a algo, pero no se a qué. Me daba la sensación de que se me olvidaba algo.

- ¿Naiara?... ¿Nai?... ¡¿Naiiii?!

- ¡Ay Dios! ¡¿ Por qué gritas?! ¡¿ Te has vuelto loco?!- menudo susto me había pegado.

- Si, por ti guapa- me guiñó un ojo y en ese momento me ruboricé por completo.

- ¡¿ Qué?! — entonces su cara cambió, paso de una un tanto seductora a una que decía claramente que se estaba burlando de mí. Después de esto ya no aguantó más y se empezó a reír, literalmente en mi cara.- ¿Pero tú eres tonto? ¿Cómo se te ocurre decirme una cosa como esa?

- Tranquila Nai, que no decía ninguna mentira, solamente decidí que quería molestarte un poco por haberme gritado antes- y encima se seguía riendo de mí. En verdad no debí gritarle antes, pero esta vez he quedado como una completa imbécil. Espera, ¿ha dicho que no decía ninguna mentira o me lo he imaginado yo? Joder, con chicos como este es imposible intentar alejarse.

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⏰ Última actualización: Jan 13, 2016 ⏰

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LA CHICA QUE NO SE QUERÍA ENAMORARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora