final alternativo.

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O...quizás no tenga que llamarte.

Tal vez el timbre suene y tú estés sorpresivamente del otro lado del umbral, haciendo preguntas que no pude responder antes porque no tenía el valor.

Justo como ahora, mientras tus ojos bailan en la pequeña figura tras mi espalda, resguardada entre mis piernas.

—¿Es cierto, entonces?—Me dices lentamente—¿Ésta es tu hija?—Tus ojos regresan a mí, con una pregunta colgando en el enorme silencio entre ambos—¿Y su padre?

Ya no tienes chaquetas de cuero.Ya no hueles a tabaco.Tu cabello oscuro está en su lugar, todo en tí lo está.Y yo me siento como un desastre en la bata de dormir que me puse mientras intento resguardarme de tu presencia en mi vida nuevamente.

Había soñado con un momento como éste antes.Por aquél entonces aquellos sueños los ví como pesadillas pero ahora, por más que espero y espero,  no acude el pánico.Lo único que siento...es alivio.Como si finalmente hubiera soltado una profunda respiración que no sabía que tenía atascada en mis pulmones, como si me hubiera arrancado una espina del dedo y la sangre se estuviera drenando, sin más presiones después del tirón final.

Mis traicioneros ojos van a parar a tus manos, a tu dedo vacío.

Así que, supongo que no estás casado, que nadie te ha atrapado como juraste.Sin embargo...

—¿Cómo llegaste aquí?

—Te vi hoy.

Habías volteado.¿Cómo no lo vi?

No sé cómo reaccionar.

La pequeña se revuelve, inquieta, y asoma su cabeza por mi costado.Al instante tus ojos conectan con ella, una réplica perfectamente elaborada, y veo la realización en ellos.Eso me dice que realmente no hay nada de aclarar.

—Dejaste muchas cosas al irte, Hongseok.

No puedo determinar el sentimiento en tu expresión mientras me observas.Ambos hemos crecido separados y pareces ser una persona completamente diferente, parado frente a mí sin la hostilidad recelosa pintada en tu rostro como antes.

Me pregunto si te sientes tan sólo como yo me siento, si tu cabello despeinado refleja que cargas con la misma inquietud que yo en tu alma.

Espero los gritos y los reproches, espero la explosión que conlleva la realización de lo que te oculté todo éste tiempo.Pero jamás llegan.

Guardé tantas cosas para evitar atraparte en aquella jaula que tú odiabas con tanto ímpetu que no me di cuenta de algo: los pájaros también emigran con las estaciones, se asientan en diferentes lugares y...retornan a otros.Son libres pero tarde o temprano siempre regresan a su hogar, donde armaron progresivamente su nido aguardando que el invierno pasara.

Y nosotros ya batallamos con cada estación, menos esa.Supongo que ahora es momento de que regresemos a nuestro hogar.

Nosotros siempre emigramos.Somos dos almas libres.Pero el hecho es que siempre regresamos al mismo lugar, porque no me imagino un hogar sin tí en el, no cuando durante tanto tiempo confundimos al amor con un capricho y nos creímos lo suficientemente listos como para huir de la escena del crimen, de algo que simplemente se volvió parte de ambos.

Tal vez tuvimos que florecer separados para darnos cuenta de que las segundas oportunidades no siempre son tan malas como la primera, si uno sabe y quiere querer.

—¿Qué te parece si me lo cuentas todo mientras nos tomamos un café adentro?—Me preguntas y tu mirada, libre de reproches, me dice todas aquellas palabras incondicionales que jamás pudimos decirnos.

Sí, quizás ambos no fuéramos más que un par de extraños...

Pero por algo se comienza, ¿verdad?

Y contigo puede que un café dure toda la vida.

Gracias por leer, este fue dedicado a ustedes ❤ Nunca dejen de querer, que es lo más maravilloso que puede pasarnos en la vida.De esa forma, siempre existirá un final alternativo si estamos dispuestos a luchar por el.

Stranger » HongseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora