Ángel de Madrugada - Lan WangJi x Wei Wuxian

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Al despertar un punzante dolor le tumbo al suelo de nuevo, una sobresaliente herida sangraba en su cabeza, no supo como ni el por que de la herida solo que de no tratarla probablemente estaría haciéndoles compañía a sus padres adoptivos en tan solo minutos. 

La tétrica figura extendió su mano hacia Wei WuXian, al ver que había recobrado la conciencia, el la miro un poco dubitativo, pero al desviar su mirada hacia su esposo, todo rastro de duda se disipó en sus ojos, tomando la esquelética mano y comenzando así un viaje sin retorno.

El ente tomó al segundo Jade del suelo y lo colocó sobre su hombro, mientras tomaba la mano a Wei WuXian y lo dirigía hacia un túnel obscuro y húmedo.

Aquel lugar era horrible durante el trayecto se podía escuchar gritos de almas que habían sido tomadas por la muerte, los gritos iban y venían de todas las direcciones, la temperatura era baja casi polar, y el olor a carne putrida llenaba sus fosas nasales provocándole náuseas, aquel aroma era fuerte y penetrante Wei Ying tuvo que tapar su nariz con la manga negra de su túnica para poder seguir sin querer vomitar, no obstante el olor se filtraba atraves de la tela haciendole imposible caminar sin vaciar su estómago.

—¿El olor es insoportable?—Pregunto la esquelética figura con un deje de burla. Wei Ying solo ladeó su cabeza a un lado y vómito, el sabor no era agradable pero sentía que todavía quería vomitar.

—Este es el camino a mi hogar, donde la luz no logra pasar, el silencio es opacado por los alaridos y sollozos de estas almas, todo aquel que muere es juzgado por nuestro dios, este túnel representa la vida del ser que murió, conservando todo lo importante y con lo que más tarde Yan Wang lo juzga— Explicó el ente jalando de su brazo con fuerza para que caminara.

—El olor a muerte es fuerte por que son todos aquellos que murieron por tu espada, los gritos son de la gente que asesinaste siendo juez y verdugo, la sangre que tiñe las paredes es toda la que en tu camino demoníaco derramarse sin miramientos— Los ojos de Wei WuXian se ensancharon violentamente mirando a su alrededor, el olor que era fuerte hace unos minutos ahora estaba en segundo plano, se detuvo en seco sintiendo una horrible opresión en el pecho, aquellos días eran cicatrices en su corazón que no se borrarían por nada, lo que había hecho entonces era impulsado por ira, dolor por la partida de su clan, y por su sentido de protección hacia las personas que amaba, lo único que lo mantenía a flote en ese momento de locura fue la idea de vivir con sus seres queridos, lejos del sol, lejos de los Wen.

La muerte lo sujeto con fuerza y lo arrastró por el camino, Wei Ying se quejó  por el fuerte tirón —No te pierdas en tu mente, cuando tú estás absorto en tus recuerdos el camino se hace más largo, si sigues así, el alma del segundo maestro Lan será destruida para cuando lleguemos.

Wei Ying asintió y siguió caminando de la mano de la muerte, en una parte del camino aquel ser lanzó a Wei WuXian al suelo, y este al entrar en contacto con él, cambio el escenario, las imágenes podía reconocerlas, ya que procedían de su mente, eran sus recuerdos proyectados en el piso.

—WangJi... Lan WangJi... ¡Lan Zhan!— El joven de la secta Jiang revoloteaba alegremente alrededor del Jade, intentando llamar su atención con el propósito de molestarlo.

Wei WuXian, miraba ese escena con nostalgia —Estos son los recuerdos que llevas en tu corazón y que de alguna manera conectan con el del segundo Jade, son los recuerdos que siguen intactos, sin grietas sin dolor más que un inmenso amor sumergido en indecisión, por qué desde aquel momento tu corazón comenzaba latir por el, pero que tú con tu obstinación enteraste y disfrazarse con admiración y en un inútil sentimiento de amistad...

—¿Tu estás en mi cabeza?— La muerte abrió su tétrica boca y río, aquella risa le causo dolor en sus oídos, sintió que estaban apunto de reventar, seguido de la sensación de algo escurriendo por sus huecos auditivos.