Capítulo 3.

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Compartían sus opiniones, se ayudaban tanto como podían y a veces se detenían para comer algo. A pesar de que se encontraban en esa situación por un trabajo, se la estaban pasando bien.

Ambos trabajaron duro en su proyecto final sin prestar atención al tiempo, hasta que Lu Han se sintió cansado y miró por la ventana, dándose cuenta de que ya era de noche. Soltó un bostezo y volteó a ver al chico más alto.

—Oye, Se Hun... —Lo llamó.

—¿Sí?

—Creo que deberíamos detenernos ahora y continuar después... o mañana —comentó a la vez que dejaba a un lado el bolígrafo que había estado usando.

Lu Han ya había terminado con la lista de términos y estaba redactando el cuerpo del trabajo, así como Se Hun ya estaba ocupándose de hacer un cuadro sinóptico. Para llevar sólo una tarde trabajando, sus avances eran bastante buenos, así que un descanso era algo que tenían merecido.

—Está bien —Se Hun se levantó—. Mañana podemos juntarnos aquí otra vez. Claro, después de las clases.

—Me parece bien, pero mañana yo me encargaré de conseguir los bocadillos —sonrió el castaño.

—De acuerdo —el más alto se estiró y suspiró—. Hoy hicimos una buena parte, ¿no, Lu Han? Muchas gracias por haber venido.

—Gracias a ti por sugerir que trabajemos aquí —respondió mientras guardaba sus cosas—. Creo que hacemos un buen equipo.

—Yo también lo creo.

Se dedicaron una débil sonrisa y, al darse cuenta de ello, desviaron la mirada un poco sonrojados. El silencio se volvió incómodo, mas ninguno parecía ser capaz de encontrar una manera de acabar con él y seguir conversando.

—Bueno... Eh... —Lu Han se rascó la nuca con cierto nerviosismo—. Yo... debería irme ya...

—¿Quieres que te acompañe a la parada de autobús? ¿O prefieres que pida un taxi por teléfono?

—Caminaré a la parada, pero no es necesario que me acompañes —aseguró, finalmente levantándose—. Gracias por todo, Se Hun, eres muy amable.

Se despidió del más alto rápidamente y salió de aquella casa, sintiendo que sus mejillas seguían algo rojas.

No hubo una gran diferencia en sus tardes durante el resto de la semana. Cada vez se llevaban mejor y por esa misma razón se volvía menos complicado trabajar en equipo, estaban seguros de que el día de la entrega sería todo un éxito para ellos.

El jueves, unos cuantos minutos antes de que Lu Han tuviera que regresar a su casa, Se Hun lo descubrió mirándolo fijamente y en vez de cuestionarlo, sonrió.

—Mañana es el gran día —comentó después.

—¡Sí! No puedo creer que ya estemos escribiendo la conclusión de nuestro trabajo —el más bajo le pasó una hoja de papel a su compañero—. Por cierto, ¿crees que así está bien?

Se Hun agarró la hoja y comenzó a leer lo que el contrario había escrito, asintiendo casi inconscientemente mientras su mirada se movía por el texto.

—Quedó increíble —dijo antes de devolver la hoja—. Una vez que lo juntemos con mi parte de la conclusión, tendremos un proyecto final perfecto.

—Menos mal —soltó una suave risa—. Eso es lo que necesito para salvar la materia.

—Espero que hayas aprendido la lección, Lu Han. Hay que ser más cuidadosos con las fechas de los exámenes y más responsables... al menos hasta que hayamos presentado —agregó medio en broma, medio en serio.

Trabajo en equipo [HUNHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora