Prólogo.
De pie frente al ordenador, no le quita ojo a la pantalla. Intenta seguir el ritmo de la música y fijarse en todo lo que hacen ellos; su grupo favorito, pero, sobretodo en él. El chico que, desde hace unos meses, es dueño de todo su tiempo, ¡hasta de sus sueños más íntimos!
Ya casi se sabe toda la coreografía. Siempre le ha gustado bailar. Y cantar. Lo adora. Cierra los ojos una vez más, dejándose llevar por la melodiosa voz de aquellos cuatro chicos. ¿Los conocerá algún día?
La canción termina, y con ella empieza otra vez el juego de soñar despierta. Dirige la vista a un poster de ellos, caminando lentamente se dirige hacia él. Lo coge y lo abraza irónicamente. Se desplaza de izquierda a derecha, acabando frente al espejo. Ella se detiene y se mira. Juguetea con su larga melena morena y posa con cada uno de los chicos del poster anterior. ¿Con quién pegaría mejor?
Suspira al saber que todo aquella fantasía de tener algo más con alguno de ellos, es pura imaginación suya, que tan solo en sus sueños se hace realidad. O al menos eso piensa ella.