#33 el fin del amor

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Gotas de lluvia empezaron a caer sobre los cristales impecables del auto, hasta el clima estaba contra ellos.
Cuando bajaron del auto la lluvia ya azotaba fuertemente, ¿cómo era posible que en mayo estuviera lloviendo de esa manera? Pero al parecer Christopher había verificado el pronóstico del tiempo antes de salir de casa porque llevaba una sombrilla lo suficientemente grande como para cubrirlos a ambos.
Tener que esperar dos horas en el aeropuerto para partir era una tortura, todo sería mejor si llegaran y se fueran rápidamente, ahorrarían partidas dolorosas y cientos de lágrimas de personas que se separaban en esas puertas.
Los padres de Christopher llegaron media hora después y se reunieron con ellos, por suerte él no se iría solo, sus padres irían con él, tenían que hacerlo, después de todo trabajaban juntos como familia.
Durante la próxima media hora llegó la familia de _____ pero se mantuvieron alejados de ellos, habían ido porque pensaron que su hija iba a necesitar apoyo después de la partida del modelo.
Ella recargó su cabeza en el hombro del muchacho mientras recordaba la pregunta que le había hecho esa misma mañana y la respuesta que le había dado.
—¿Es egoísta de mi parte pensar que tú sientes algo por mí?
Le había preguntado pero ya que se negaba a mentirle solo le contestó:
—Es egoísta.
Enterró el rostro en el brazo del muchacho conteniéndose las lágrimas, si le hubiera dicho otra cosa Christopher habría renunciado a ir a ese trabajo, en ese momento les dolería a ambos pero en un futuro iban a ver que todo había valido la pena, las mentiras, los secretos, el dolor...
El equipaje del muchacho y de sus padres estaba en revisión y ya que no eran necesarios ahí Christopher decidió que era el momento de secuestrar a _____.
La tomó de la mano y se la llevó de nuevo hasta el estacionamiento, la lluvia ya se había detenido por lo que no fue necesario tomar la sombrilla. Cuando llegaron al auto el chofer abrió la puerta y dejó ver en el interior una enorme caja forrada con papel amarillo y tenía hoyos.
—Sé que esto no es lo que querías —habló el muchacho—. Pero fue una de las pocas cosas que logré saber que querías —la sorpresa en el rostro de _____ se notaba fácilmente. Christopher se inclinó para poder entrar en el auto y tomar la caja, se escuchó un sonido, como un chillido y después un brusco movimiento en el interior—. Feliz cumpleaños —le dijo entregándole la caja que apenas si podía sostener.
Levantó la tapa de la caja y del interior saltó un cachorro de pug, los ojos de _____ se iluminaron y una sonrisa verdadera se dibujó en su rostro.
Tomó al cachorro en sus brazos que movía la cola, el cachorrito, como si fuera su dueña de toda la vida, lamió su mejilla un par de veces.
—Hey eso es mío —dijo Christopher refiriéndose a la mejilla de la castaña.
—Hoy no es mi cumpleaños —dijo sonriente.
—Lo sé, es en dos semanas pero ya que no estaré por aquí quería darte esto, dijiste que era para Lissa pero estoy segura que lo cuidarás tú...
—Gracias, es perfecto.
—Sé que eso no es lo que querías pedirme desde el inicio, nunca me lo dijiste ¿Quisieras decírmelo ahora?
Los ojos de la chica se clavaron en el cachorro que aun sostenía en sus brazos, sus mejillas se sonrojaron y su boca se sintió repentinamente seca.
Lo que ella quería era tan tonto que hasta le daba pena pronunciarlo, apostaba que nadie pensaría en algo tan tonto.
Aclaró su garganta.
—Una flor —dijo finalmente, los ojos de Christopher se abrieron tan grandes como les fue posible—. Se llama chocolate cosmos, esa flor significa "el final del amor", no me interesa su significado realmente. Huele a chocolate y vainilla pero está extinta, hay clones de esa flor pero es muy difícil conseguirla, desde pequeña he querido una flor de esas —suspiró y fijó su mirada
en el muchacho que la observaba tiernamente—. Sé que es tonto pero es algo que siempre he querido.

—No es tonto en absoluto. Sabes que habría hecho lo imposible por conseguirte una...
—Pero está bien, porque sé que lo harías.
Ambos se sonrieron pero fueron interrumpidos por el chofer de Christopher.
—Disculpe mi interrupción, pero faltan pocos minutos, joven Christopher.
—Sí —asintió el muchacho y tomó de la mano a _____.
Entraron nuevamente al aeropuerto, ahora con un cachorrito. Los ojos de Lissa se iluminaron al ver al perrito por lo que corrió hasta su hermana y se lo pidió.
Los minutos pasaron rápidamente y cuando menos acordaron una voz femenina empezó a llamar a los pasajeros del vuelo en donde Christopher se tenía que ir.
Solo _____ pudo entrar hasta la sala de espera gracias a un permiso que pidieron los padres del muchacho. Primero se marcharon sus padres y se despidieron de ella con fuertes abrazos y un "hasta pronto".
Y ahora seguía Christopher.
—Jamás había tenido que decirle adiós a alguien —dijo el muchacho.
Sostuvo las manos de la castaña entre las suyas, se sentían frías aunque la temperatura en el lugar había empezado a elevarse.
—¿Tan solitario eras? —preguntó la chica con una sonrisa—. Se supone que yo soy la antisocial del colegio.
Eso le sacó una sonrisa.
—Adiós, Christopher—dijo _____, por suerte su voz no sonaba triste como creyó que iba a estar en ese momento, ciertamente le ayudaba la sonrisa que él tenía en su rostro.
—¿No me vas a dar beso de despedida? —preguntó curvando su labio inferior hacia afuera.
—¿Por qué tendría que hacerlo? —se cruzó de brazos más sin embargo no podía borrar la sonrisa en su rostro, una sonrisa de tristeza, por cierto —. Después de todo, nosotros siempre jugamos —dijo _____.
—Entonces ¿Jugamos a ser novios? —le preguntó Christopher, levantó ambas cejas casi como si estuviera coqueteando y antes de que ella pudiera decir alguna palabra la atrajo y la besó.
La besó profundamente, como si su propósito fuera dejarla sin respiración o hacer sangrar sus labios. Hubo una segunda llamada que ellos no escucharon porque la unión de sus labios era más importante que eso. Delineó los labios de la castaña con su lengua para después morder levemente su labio inferior, quería besarla de una manera que ella lo recordara durante el tiempo que estarían separados.
Los brazos de _____ subieron hasta el cuello del modelo y se presionó contra él para sentir los latidos de su corazón. Christopher deslizó su lengua dentro de la boca de la chica y la saboreó detenidamente, grabándose, memorizando el sabor de su boca, después acarició su lengua lentamente provocando que ella lanzara un gemido sólo para él.
Alguien pasó junto a ellos y los golpeó haciendo detener su beso bruscamente, voltearon a varias direcciones pero no vieron a nadie, seguro fue un pasajero con prisa.
Nuevamente se besaron pero esta vez fue algo menos profundo y con más prisa.
—Ya me vas a dejar sin respiración —dijo _____ apartándose de él.
—Tú tienes la culpa por besar tan bien —le dijo el muchacho.
—Tú tienes la culpa por enseñarme.
—No quiero saber que estés besando a otro chico así —una de sus manos se deslizó desde la mejilla de la chica hasta sus labios en donde los delineó completamente.
—Yo puedo besar a...
La silenció con otro beso.
—No seas tan ruda conmigo —apoyó su frente en la de ella—. O te llevaré conmigo aunque debas ir sentada sobre mí en el avión.
Ambos rieron y la irritante voz femenina apagó sus risas.
—Me tengo que ir —dijo como si no fuera obvio.
—Cuídate.
—Tú también.
—No hables con extraños.
Ambos rieron.
—Tendré que hacerlo, pero tú no ayudes a extraños para la próxima.
—Lo pensaré —sus frentes aun seguían unidas y ahora ambos habían cerrado sus ojos, era menos doloroso así.
—Te llamaré aunque tenga que hacerlo por medio de señales de humo —suspiró para evitar que su voz se quebrara—. Sé que es egoísta pero extráñame.
Ella negó sin pronunciar palabra alguna.
-Última llamada- volvió a repetir la mujer de los altavoces.
—Te tienes que ir —dijo _____.
Separaron sus frentes y ambos suspiraron profundo como si se hubieran puesto de acuerdo, sus miradas permanecieron entrelazadas hasta que ambos las desviaron hacia diferentes direcciones.
Christopher empezó a caminar de espaldas observándola.
—Adiós —le dijo antes de darse media vuelta.
—Adiós —dijo tragándose el nudo en la garganta.
Después observó la espalda del muchacho, apretó sus labios e inclinó su cabeza.
—_____ —escuchó su nombre y levantó su cabeza, Christopher la observaba a punto de entrar por el pasillo, había personas en el lugar que ya habían empezado a reconocer al modelo, después de todo no se había molestado en cubrirse, más sin embargo nadie hacia nada, solo lo observaban, ni siquiera tomaban fotos. Lo que fuera no les importó a ninguno de los dos, él abrió
su boca y esa palabra dejó congelada a la muchacha hasta que una aeromoza lo tomó del brazo para alejarlo de su vista.
Las puertas se cerraron y _____ limpió una lágrima que apenas había querido hacer su aparición, suspiró y se dio media vuelta para salir de ahí.
Caminó con la mirada baja hasta llegar con un guardia que le pidió el pase de color verde que le había permitido entrar hasta la sala de espera de los pasajeros.
—¿Se encuentra bien? —le había preguntado el hombre y ella con una sonrisa fingida asintió.
Salió de ahí para ir a buscar a su familia pero solo encontró al cachorrito que la esperaba en donde antes habían estado, el perrito agitaba la cola y lamió las lágrimas que habían empezado a bañar su rostro.
—Yo también te quiero —dijo recordando el "Te quiero" que Christopher le acababa de gritar antes de subir al avión.  

juguemos a ser novios? || CHRISTOPHER VELEZ Y TU || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora