Capitulo once. Momento incómodo con el hijo de la sirvienta

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Capitulo once. Momento incómodo con el hijo de la sirvienta

-No le hagan daño, por favor – suplicó la mujer.

-Ya sabes lo que tienes que hacer para evitar tal tragedia – la voz del hombre era amenazante a pesar que esa era una conversación telefónica.

-Por favor...

-No lo diré dos veces.

-Está bien, está bien... solo no le hagan daño a mi hija – pidió.

-¿Qué debemos hacer para hacer salir a Luke Hemmings de su escondite?

-Él no lo hará por voluntad propia. Necesita un motivo de fuerza mayor.

-Sin rodeos mujer – gruñó la voz del otro lado de la bocina.

-Ashton Irwin – soltó, rendida – Si quieren que Luke salga, tienen que atacar a Ashton delante de él.

-Pensábamos eliminarlo de todas formas – sonrió.

-Ya les dije lo que querían, por favor mi hija... ¿hola? ¡hola!

[...]

Cuando Ashton salió de su habitación, Luke también salió de la suya.

-Ashton...

El rizado, dudoso, giró lentamente hasta estar frente al rubio. Luke entristeció al ver el aspecto del muchacho.

-¿Qué te pasó en el pie? – para sorpresa de Ashton, Luke no lucía tan preocupado como él creía que estaría.

-Ehh resbalé – se encogió de hombros. Luke asintió torpemente – No iremos a la empresa por un par de días.

-Genial – sonrió.

Ashton se despidió y continuó con su camino viaje al baño. Luke lo siguió con la mirada.

-Mike... ¿Qué demonios traes ahí? – el ojiazul alzó ambas cejas, su amigo se veía sospecho con la caja de cartón que traía en las manos.

-Eh... nada importante – respondió – dormiré un rato, no he dormido nada – se escabulló rápidamente en la habitación de huéspedes.

Y no estaba mintiéndole, en verdad no había dormido. Después de haber dejado a Ashton en su habitación, regresó a recoger cada uno de los pedazos del florero para poder repararlo. Porque era el florero de la madre. Un recuerdo invaluable. Lo mínimo que tenía que hacer era arreglarlo, ¿cierto? Porque... eso se tiene que hacer en esos casos, ¿cierto?

Michael gruñó.

Se aventó sobre la cama y trató de dormir aunque sea un poco, pero su mente le traía una y otra vez la imagen del hijo de la sirvienta.

-Lo asusté... - murmuró – le recordé ese día y por eso lloró...

Michael se sintió culpable.

[...]

-Te ves horrible – confesó Britany, del otro lado de la pantalla. Ashton gruñó – Has estado con pesadillas, ¿cierto?

El rizado se encogió de hombros. Lo cierto era que después que Michael lo llevó hasta su habitación, no pudo dormir. Cada vez que estaba por quedarse dormido, soñaba con aquel sujeto.

-¿Y el medicamento?

-Odio los fármacos – soltó - ¿podemos centrarnos en lo que importa?

-Tú eres importante – confesó Calum, el de mirada hazel rodó los ojos.

Medio Limón || MashtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora