—¿Qué jodidos haces? —me preguntó la chica castaña a mi lado mirándome algo extrañada, pero con una sonrisa en sus labios.
Me encogí de hombros.
—Ya dime como se abre esta cajita, ¡vamos! —reclamé algo desesperado e impaciente. La verdad es que he estado más de 20 minutos intentando abrir una cajita roja que según mi amiga tenía cierta "ciencia" para abrirse, ¿cuál? Ni puta idea.
—Irwin, es fácil, Irwin, Irwin —le miré extrañada y me pregunté el por qué repetía tanto mi apellido.
—¿Tanto te gusta mi apellido, Almendra?
Ella sonrió.
—Si que eres tonto, eh —rodó los ojos y extendió sus manos esperando a que le pasará la cajita roja.
—Toma —pero yo tarado al momento de pasarle la cajita, hice un desesperado ademán con mis manos y la cajita voló por los aires dramáticamente, finalmente rompiendo contra el suelo.
«Me cago en la puta»
Miré a Almendra con una sonrisa inocente, quien tenía su pequeña boca en una notable "o", pero algo más exagerada.
—Irwin, ¡jodido Irwin! —se agachó a recoger los pedazos de cristal rojo esparcidos por la habitación y delicadamente tomó una pequeña fotografía entre sus manos— Este era mi obsequio, Ash —susurró mirando la imagen.Mordí mi labio inferior algo nervioso y cogí aquella fotografía; Almendra y yo en el concierto de AM.
Sonreí al instante y le di un fuerte abrazo, pero delicado, ya que ella era de porcelana, bueno, así me parecía.
—¡Es genial, Almendra! —dije con gran alegría. Ella soltó una pequeña risita.—Te quiero, Irwin.
Besó mi mejilla y luego me extendió los pedazos de cristal.
—¿Qué? —enarqué una ceja algo desentendido, centrando mi mirada en aquellos vidrios.—Ve a botarlos —rió y sin reclamos me dirigí de mala gana a la puerta de mi casa y abrirla para luego salir al jardín.
Almendra barría los pedacitos de cristal que quedaban mientras yo, con cuidado los envolvía en una bolsa y los tiraba dentro del bote de basura.
Escuché un fuerte ruido desde la casa del frente, el cual no sólo acaparó mi atención, si no también la de mi querida amiga. Entrecerré mis ojos mirando fijamente la gran casa y la voz de la castaña, me hizo sobresaltar.
—¿Vecinos nuevos? -preguntó mirando la casa.
Me encogí de hombros.
La verdad que nunca prestaba atención alguna a mis vecinos, bueno, si es que tenía. Es que siempre me he encontrado sólo en casa, viviendo mis días solitariamente y bueno. Cuando llegué acá no habían muchos vecinos, pero a medido que fue pasando el tiempo, era una gran cantidad.
Sin darme cuenta, Almendra ya estaba enfrente de la gran puerta de la casa vecina. Rodé los ojos.«Otra de las suyas»
Sin más me senté en el borde de la acera y observar atentamente a la castaña. Su corta espera había terminado. La puerta de la casa vecina se abrió y un chico; alto, delgado, de cabellera rubia y un estilo Punk.
Sonrió al momento que salía por la puerta.
La chica que le acompañaba llevó una de sus manos a un costado del chico y este retrocedió unos pasos.
Reí por mis adentros.«No es de los tuyos, Almendra»
Mientras observaba la escena entre pensamientos y risas internas, no me había percatado de que el Rubio chico me miraba, entonces despertando del trance en el que estaba, sacudí mi cabeza y miré a todos lados, ¿Y Almendra? La chica se había ido y entonces, ¿cuánto tiempo me habrá estado mirando el chico?
«Joder» Pensé.
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Bueno, ahí está la primera parte de SS. Me encanta Lana, jajajajaja c:
Espero y lean mi novela, que la estoy creando con mucho love.Besos x