Primer Exámen

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Hikari observó en silencio desde su asiento, sus ojos de un rincón a otro; estudiando rostros, movimientos y posiciones. Podía ser un exámen escrito, pero no dejaba de ser una prueba de habilidades.

No tardó en darse cuenta de que las posiciones enumeradas al sentarse era para mantener a los grupos alejados entre ellos, Hikari era separada de sus compañeros por al menos cuatro filas hacia adelante y derecha respectivamente. Cada postulante estaba bajo el escrutinio de los asistentes de Ibiki y estaba segura de que nada escapaba de ellos.

Luego el hombre habló y ella escuchó con atención cada palabra:

"Nada de Preguntas."

"Los errores restarán puntos."

Bien, veía la lógica en eso.

"Para aprobar, los tres integrantes del grupo deberán hacerlo correctamente."

Oh bueno, eso era interesante.

"El que hiciera trampa, le restará puntos a su equipo"

Hikari apretó los puños bajo la mesa, sobre su regazo. Era evidente que los tres Youkais tenían desventaja allí al igual que algunos shinobis que no provenían de la Aldea de la Hoja. El sistema de enseñanza era diferente y no estaba segura de qué clase de preguntas se encontraría allí. Siguió escuchando, siguió mirando; pero su mente no dejaba de pensar en las maneras que tenía para salir favorecida de la situación.

Casi de manera automática, la tensión en la sala había aumentado exponencialmente; no muchos allí confiaban en sus compañeros, alguno de ellos incluso habían esperado la oportunidad de deshacerse de ellos en el exámen. No era tonta ni inocente, en su clan eran cosas con las que uno lidiaba constantemente.

"-Si quieren ser considerados Shinobis, demuestrenos de qué es capaz un Shinobi de verdad"

Las palabras le atravesaron la conciencia como un cuchillo recién afilado y Hikari lo observó a los ojos casi de manera instintiva. Lo que dijo le hizo recordar años de su infancia (en la que nunca fue una niña, ningún Youkai lo era) cuando su padre le decía algo similar. Se lo gritaba en los momentos en que ella no podía levantarse del suelo a causa de sus heridas o cuando la obligaba a repasar una y otra vez diferentes estrategias de batalla con la ayuda del abuelo Nobu.

Algo en esas palabras le hicieron efecto de una manera que aún no podía explicar. Había algo oculto en ellas, algo entre líneas.

"-Aquel que tenga calificación cero hará descalificar a todo el grupo."

Hikari dió una mirada a Ichiro, sentado cuatro filas por delante de ella, y luego a Sadao, cuatro filas pero a su derecha. Tenían los mismos conocimientos que ella, aunque no sabía con certeza hasta qué nivel. La situación no era tan problemática como lo esperaba pero ya había comenzado a sentir el remolino del miedo en su vientre a medida que pasaban los minutos.

"-La pregunta final no se hará hasta los quince minutos antes de finalizar el examen. Tienen una hora."

Siempre existía la posibilidad de que fallaran.

"-Comiencen."

****

Los Youkai tenían dos muertes: cuando sus corazones dejaban de latir y cuando la sangre desaparecía de sus venas.

Ambas eran separadas por un lapso de tiempo determinado; una vez que se llegaba a la segunda muerte, el Dios Shinigami bebía de las últimas gotas que le quedaban al cuerpo para luego llevarse el alma a su morada eterna. Las últimas gotas eran sagradas, eran el pago por la vida que se les había otorgado y su último acto de devoción era calmar la sed de su dios.

La Luz detrás de tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora