Sailee despertó en el asiento de atrás después del profundo sueño que le había provocado el golpe del chico misterioso.
- Mmm...-.
- ¿Ya te despertaste?-. Dijo el chico con un tono suave.
- ¿Quién eres tú? ¿Dónde estoy?-. Dijo extrañada.
-Estás en el coche de tus padres-.
- ¿Qué dices? ¿Y lo estás conduciendo tú?-.
Entonces Sailee se intentó levantar del asiento pero el chico le dio un empujón que le hizo sentarse otra vez.
- ¡No me toques!-.
- No intentes hacerme nada porque puedo mover el volante para algún lado sin querer y nos podemos estallar contra un árbol y saldríamos perdiendo los dos, así que quédate quietita-.
- Eh, a mi no me digas lo que tengo que hacer-.
- Esta bien señorita-.
- Ni tampoco me llames señorita, llámame Sailee-. Dijo molesta.
- Ohh, así que te llamas Sailee-.
- Si, ¿pero quien eres tú?-.
- No te puedo decir-. Respondió muy serio y sereno.
No voy a dejar que este tío raro me secuestre pensó Sailee.
Así que pensó en buscar algún objeto duro por el coche pero no veía nada.
- ¿Qué haces?-. Dijo extrañado.
- Nada...-. Dijo ella sintiéndose descubierta.
- ¿Nada? Pues según los sonidos que escucho yo no dicen lo mismo-.
En menos de un segundo Sailee se levantó del asiento de atrás e intentó pegar al chico pero estaba muy oscuro y cayó hacia el freno de mano quedándose estancada.
- Deberías dejar de comer tanto, porque para quedarse estancada así-. Dijo bromeando con una pequeña risa.
- ¡Cállate secuestrador!-.
El chico paro de reír y condujo hasta un pequeño solar en el que aparcó.
-¿Cómo me llamaste?-. Dijo con un tono enojado.
El chico salió del coche y fue hasta la puerta del copiloto. Abrió la puerta y ella asustada le dio una patada en sus partes bajas.
- ¡No me toques!-. Dijo ella casi llorando.
Él no decía nada, solo se retorcía del dolor en el suelo. Sailee aprovechó el momento para llegar al volante, se sentó...
- ¿Te ayudó?-. El chico ya se había levantado sigilosamente sin que ella se diera cuenta.
- Venga anda que no te voy a hacer daño-. Dijo a través de la ventana del conductor.
- ¡No! ¡Déjame en paz secuestrador!-.
- ¡Que no me llames así!-. Enfureció.
El chico se agachó y desapareció de la vista de Sailee pero las llaves no estaban así que ella salió del coche temblando. Abrió la puerta poco a poco en silencio pero de repente apareció él de nuevo,cogió a Sailee y la puso contra el coche y se acercó lentamente a ella.
- ¿que te crees que haces?-. Le dijo mientras le ponía el brazo por encima.- ¿quieres esto?-. Dijo enseñándole las llaves.
- ¡¿Pero que te crees que haces?! ¡Suéltame!-.
Entonces la besó.
El beso duró unos diez segundos, mientras ella se dejaba ir cerrando los ojos.
- Era para que te callaras de una vez-. Sonrió.
-...-. Sailee sorprendida no dijo nada - P- Por fin puedo verte la cara...-. Dijo ella sonrosada.
- Vale no me importa así que entra al coche-.
Sailee sintiéndose obligada pero con ganas entró al coche.Pasadas dos horas y de nuevo en la carretera Sailee estaba mirando el paisaje oscuro pero con estrellas a través de la ventanilla.
- Oye, tengo dos peguntas-.
- Venga dilas-.
- ¿Qué hora es? Y ¿Me vas a decir de una puñetera vez tu nombre?-.
-Respondiendo a la primera, son las 6:48 de la mañana y respondiendo a la segunda, no te puedo decir-.
- ¿Por qué?-.
- Porque no-.
- Eres demasiado raro-.
- Si tú lo dices...-. Se quedó en un silencio largo e incómodo.
- Por cierto, he tirado tu móvil al mar-.
- ¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!-.
- Porque nadie te puede seguir ni llamar-.
- ¡¿Qué estás diciendo?!-. Dijo asustada sobre el tema.
- No te puedo decir el por qué, lo siento.
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•CRD•
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Detrás de ti
RomanceEn una noche muy oscura en San Francisco, Sailee se despierta por un ruido que le hará emprender un viaje muy largo, pero lo que ella no sabe es que su vida cambiaría para siempre por una simple y a la vez no tan simple persona... • • • • • Espero q...