Capítulo 2

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Sailee despertó en el asiento de atrás después del profundo sueño que le había provocado el golpe del chico misterioso.
- Mmm...-.
- ¿Ya te despertaste?-. Dijo el chico con un tono suave.
- ¿Quién eres tú? ¿Dónde estoy?-. Dijo extrañada.
-Estás en el coche de tus padres-.
- ¿Qué dices? ¿Y lo estás conduciendo tú?-.
Entonces Sailee se intentó levantar del asiento pero el chico le dio un empujón que le hizo sentarse otra vez.
- ¡No me toques!-.
- No intentes hacerme nada porque puedo mover el volante para algún lado sin querer y nos podemos estallar contra un árbol y saldríamos perdiendo los dos, así que quédate quietita-.
- Eh, a mi no me digas lo que tengo que hacer-.
- Esta bien señorita-.
- Ni tampoco me llames señorita, llámame Sailee-. Dijo molesta.
- Ohh, así que te llamas Sailee-.
- Si, ¿pero quien eres tú?-.
- No te puedo decir-. Respondió muy serio y sereno.
No voy a dejar que este tío raro me secuestre pensó Sailee.
Así que pensó en buscar algún objeto duro por el coche pero no veía nada.
- ¿Qué haces?-. Dijo extrañado.
- Nada...-. Dijo ella sintiéndose descubierta.
- ¿Nada? Pues según los sonidos que escucho yo no dicen lo mismo-.
En menos de un segundo Sailee se levantó del asiento de atrás e intentó pegar al chico pero estaba muy oscuro y cayó hacia el freno de mano quedándose estancada.
- Deberías dejar de comer tanto, porque para quedarse estancada así-. Dijo bromeando con una pequeña risa.
- ¡Cállate secuestrador!-.
El chico paro de reír y condujo hasta un pequeño solar en el que aparcó.
-¿Cómo me llamaste?-. Dijo con un tono enojado.
El chico salió del coche y fue hasta la puerta del copiloto. Abrió la puerta y ella asustada le dio una patada en sus partes bajas.
- ¡No me toques!-. Dijo ella casi llorando.
Él no decía nada, solo se retorcía del dolor en el suelo. Sailee aprovechó el momento para llegar al volante, se sentó...
- ¿Te ayudó?-. El chico ya se había levantado sigilosamente sin que ella se diera cuenta.
- Venga anda que no te voy a hacer daño-. Dijo a través de la ventana del conductor.
- ¡No! ¡Déjame en paz secuestrador!-.
- ¡Que no me llames así!-. Enfureció.
El chico se agachó y desapareció de la vista de Sailee pero las llaves no estaban así que ella salió del coche temblando. Abrió la puerta poco a poco en silencio pero de repente apareció él de nuevo,cogió a Sailee y la puso contra el coche y se acercó lentamente a ella.
- ¿que te crees que haces?-. Le dijo mientras le ponía el brazo por encima.- ¿quieres esto?-. Dijo enseñándole las llaves.
- ¡¿Pero que te crees que haces?! ¡Suéltame!-.
Entonces la besó.
El beso duró unos diez segundos, mientras ella se dejaba ir cerrando los ojos.
- Era para que te callaras de una vez-. Sonrió.
-...-. Sailee sorprendida no dijo nada - P- Por fin puedo verte la cara...-. Dijo ella sonrosada.
- Vale no me importa así que entra al coche-.
Sailee sintiéndose obligada pero con ganas entró al coche.

Pasadas dos horas y de nuevo en la carretera Sailee estaba mirando el paisaje oscuro pero con estrellas a través de la ventanilla.
- Oye, tengo dos peguntas-.
- Venga dilas-.
- ¿Qué hora es? Y ¿Me vas a decir de una puñetera vez tu nombre?-.
-Respondiendo a la primera, son las 6:48 de la mañana y respondiendo a la segunda, no te puedo decir-.
- ¿Por qué?-.
- Porque no-.
- Eres demasiado raro-.
- Si tú lo dices...-. Se quedó en un silencio largo e incómodo.
- Por cierto, he tirado tu móvil al mar-.
- ¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!-.
- Porque nadie te puede seguir ni llamar-.
- ¡¿Qué estás diciendo?!-. Dijo asustada sobre el tema.
- No te puedo decir el por qué, lo siento.





•CRD•

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