Reencuentro

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Te reencontras con tu yo interior y no te das cuenta, no le prestas atención. O simplemente no sabes cómo es tu verdadero yo.
Hace tiempo conocí a una persona, una persona linda, sin esperar nada de ella ni mucho menos mío. De a poco las charlas nocturnas eran más profundas; llegó la primera vez de vernos, y particularmente no esperaba una segunda vez.
Sin darme cuenta aumentamos mutuamente un fuego interno von pequeñas hojas del pasado, un fuego lento pero constante. Un fuego que se aumentó de forma tan drástica en tan poco tiempo.
Tal vez yo no esperaba esto, ni si quiera sé si me aceptaba volver a abrirme, o volver a confiar en el otro((pido disculpas al lector por no poder expresarme concretamente, tengo un laberinto de emociones)).
  Acabo de llegar de su casa, de pasar una de mis noches más hermosas junto a una persona, acabo de sentir lo que realmente significa querer a la otra persona. Siento paz, siento tranquilidad, siento confianza en mi mismo, porque puedo decir que la elijo a ella y a ninguna más. Acostado en su pecho, mirando al techo, sintiendo un tsunami de emociones, altibajos que te hacen dudar y querer con cada arteria que bombea en nuestro interior, la verdadera paz de respirar profundo y pedirle al de allá arriba un minuto más abrazado a esos brazos. Un abrazo más de esa piel, esa cultura dibujada en forma de piel, esa historia que tiene cada persona en su cuerpo, un rato más abrazado a ese ser que cada vez me hace más feliz; sentir esas manos que con fervor me hacen mimos, y derriban el gigante que tengo adentro con balas de amor. Sentir el palpitar un corazón y que sea lo más lindo de tu día, oler ese perfume característico de ella, escucharla con atención, sin perder un tramo de ese camino que es su conversación.
No hace falta describir o intentar describir lo que me hace sentir, o lo que me hace estremecer con cada abrazo, porque ya se habrán dado cuenta. Solo quiero agregar que es lo mejor de mis días aunque ella no lo sepa, aunque ella no se lo imagine, hay una persona que sonríe con cada uno de sus mensajes, con cada uno de sus mimos, abrazos, con cada te quiero aquietante al oído.

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