~Un año después.
La tenue luz solar entraba por el vidrio del ventanal. La casa estaba tranquila y en silencio, todo absolutamente tranquilo y relajado.
______ se sentía descansada tras el dormir ocho horas... pero de todas formas, no quería levantarse de la cama. Entonces, giró sobre sí misma para observar el lado de Justin... vacío. Pero era consciente, que no estaba del todo desocupado. Una parte de él seguía. Con una mano, tocó la almohada de algodón con tela de seda. Suave y delicada. Como era él. Con dedos orientados, recorría a lo largo de la almohada y la atrajo a ella, abrazándola con firmeza, como si ese simple objeto era él o se convertiría en él.
Pero eso no podía ser cierto.
Hace ya un año, ella había luchado por salir adelante. Había sido difícil... pero, en parte, lo había logrado. Hubo días, en los que lo veía... como si él era una alucinación de su mente. Pero hace unos meses... eso dejó de pasar porque cada vez aceptaba más su pérdida. Aunque, tampoco era fácil porque extrañaba tanto su presencia.
Pero para ocupar sus tiempos, no hacía más que dedicarse a su hijo, y al trabajo de maestra de matemáticas. Para su beneficio, solo se sentía sola y deprimida a la hora de dormir y otras veces... pero estaba tan ocupada, que tenía la cabeza en otra parte.
A pesar de todo... no había ninguna evidencia de que él en realidad había muerto... y tampoco de que todavía existía.
Hoy estaba sola porque era un domingo algo deprimente. Ryan estaba en la casa de Pattie, la madre de Justin, quien seguía llorando por la pérdida de su hijo; por eso, ella evitaba verla a medido, porque la hacía llorar más al verla a ella derramar lágrimas. Y lo que menos quería... era seguir llorando. Porque Justin nunca hubiera estado feliz al verla llorar y lamentarse diariamente.
Miró la televisión encendida en un noticiero, con una mirada aburrida en sus ojos mientras revolvía la cuchara de su té de manzanilla. De repente, y sobresaltándola, su celular empezó a sonar y vibrar en el sofá blanco del living. Ella, sin apuro, caminó hacia él y apretó la correspondiente tecla para contestar.
–¿Hola? –preguntó apenas contestó la llamada.
–¿Señorita ______? –dijo una voz masculina, gruesa y grave. Ella se asustó por un momento.
–Habla ella.
–Habla el General Ray. –____ se percató al instante al escuchar ese nombre. General Ray. Ray. Ray.
Había oído hablar de él... Justin le había hablado de él. Le había dicho... que era el encargado de las noticias. Y recordó al hombre del que le entregó el uniforme falso de Justin.
Cuando se dio cuenta, estaba mordiendo su labio inferior para no sollozar con más firmeza. Y las lágrimas sin caer pero acumuladas en sus ojos. Entonces... se dio cuenta que aún lo extrañaba y lo amaba con la misma intensidad de siempre.
–Tengo una noticia para usted.
La voz fría y dura, la asustó. Las esperanzas de que aún este vivo, disminuyeron. Las lágrimas que no habían caído, se estaban escapando sigilosamente. Cerró los ojos con firmeza y los volvió a abrir, convenciéndose interiormente que todo estaría bien.
–Hemos podido encontrar el cuerpo del señor Bieber. –Y así... ella se derrumbó internamente.
Esas tremendas esperanzas de que él aún esté bien, parecieron nulas. Se perdieron entre la multitud. Se sintió tan mal como la vez en que habían traído el uniforme sobre una alarma falsa... el uniforme no era de él, y ella no podía obtener más respuestas de si Justin estaba bien... porque no le permitían. Todo este tiempo, guardándose todo internamente.
Cerró los ojos, y recordó la carta.
La piel de su nuca, se erizó mientras cortaba la llamada sin poder hablar.
"No me olvides. Te esperaré, cariño" susurró la voz de él en medio del silencio, tan cercana como si estaba a centímetros suyo.
Para eso... las lágrimas se convirtieron en cascadas por sus mejillas... mientras su corazón destruido desmoronaba la pared que tanto le había costado armar por un año.
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Epílogo.
–Mamá... no te vayas. –Dijo la voz ahogada en lágrimas de Ryan.
Arrodillado, frente al pequeño y descalcificado cuerpo de su madre en la cama, tomaba su mano con fuerza... como si eso impediría que ella se vaya.
–Debo irme, hijo. –Respondió ella débilmente. Sonrió con dulzura, y estiró su otra mano para tocar el castaño casi rubio pelo de su hijo. –Siempre te amaré y te cuidaré. Lo prometo. –volvió a decir con su voz tan suave como el terciopelo.
El sollozo de la voz de Ryan salió como un aullido y ______ se vio su reflejo en los ojos del hombre de 34 años.
–Ya llegó mi hora, cariño... es la hora de encontrarme con tu papá. –Le dijo manteniendo la sonrisa. –No estés triste... nunca me alejaré de ti, mi amor. –Acarició los finos cabellos de su cabellera. –Nunca nos olvides.
Y en ese momento... se acercó a la frente de Ryan para besarla suavemente... por última vez.
"Has tardado mucho, ángel." Le dijo burlonamente él.
____ volteó perpleja al no entender.
El Justin como recordaba, estaba parado frente a ella, sonriendo y pareciendo perfecto. Ella miró su cuerpo y también... las arrugas e imperfecciones de su piel de anciana, habían desaparecido. Shockeada lo volvió a mirar... sin poder pronunciar una palabra, porque sabía que rompería en llanto.
Su mente se sentía congelada.
Pero ella sabía que esto no era un sueño.
–¿Qué esperas para abrazarme, cariño? –Susurró él, con una sonrisa brillante y ojos de la misma forma. ______ mordió su labio y corrió lo que restaba de él, para abrazarlo como nunca... sintiendo como lo amaba y lo importante que era para ella.
FIN.
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Kjshgdisakjh espero les haya gustado, A mi no me gusto mucho el final :c
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No me olvides- Justin
Romance“La III Guerra Mundial se acerca. Debemos prepararnos. Debemos irnos y ya”. La voz del General Trines, resonó en los oídos de Justin como un eco profundo. Y en ese mismo instante; sus pensamientos fueron invadidos por su esposa, ______, y su pequeño...