20. Ni por amor

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Cuando el amor no es una locura, no es amor.
(Felipe Calderón de la Barca)

*posibles spoilers de Atrapa mi alma y Almas entrelazadas*

* * * * *

—Es un brujo —y su voz era fría; no debería, pero le irritó que ni siquiera Wolf lo hubiera notado—. ¿Qué haces relacionándote con brujos, Darren Wolf?

Wolf tragó, sin poder hablar a través del nudo en su garganta. Su corazón estaba tan acelerado que dolía, pero también sentía sus mejillas tirar en una sonrisa. Y su estómago estaba vuelto loco con esos famosos revoloteos que solían relacionarse con "mariposas".

No había notado el dolor incesante e intenso en su pecho y su cabeza hasta que éste desapareció.

No podía creer que estaba aquí.

Ángel había vuelto.

Le estaba costando respirar y definitivamente no iba a encontrar una respuesta en un momento cercano. No podía hablar, aunque realmente quería. Tanto como quería levantarse y correr a abrazarlo. Sus manos hormigueaban por estar sobre él, tanto que tuvo que aferrarlas al borde del escritorio para contenerse y no hacer precisamente eso.

Sus ojos oscuros estaban fijos en aquellos azules. Tan azules. No habría nunca un azul igual, los de este dichoso atrapador de almas, los de Alejandro Stevens, no se comparaban con los de Ángel. Eran inhumanamente hermosos.

Una ceja rubia se alzó. Ángel no estaba apartando la mirada de él.

Aunque quería hacerlo. De verdad, de verdad quería poder mirar a los otros tres hombres en la habitación. Pero sus ojos se negaban a dejar al humano frente a él. Bebiéndolo con la mirada. Creía que tal vez a esto llamaban abstinencia los adictos. Lo cual era ridículo, porque habían sido sólo unos minutos los que estuvieron realmente separados.

Y ni siquiera manteniéndose alejado del Cielo, de su hogar, se había sentido tan mal.

Si no supiera lo ridículo que sonaba, diría que Darren Wolf le había dado algo para atarlo aquí...

Hubo un carraspeo que, muy a fuerzas, los hizo dejar de mirarse.

Había sido Alejandro, el que Ángel entendió podía atrapar almas. Y supuso que eso explicaba la pizca de Michael Owl en él, no era su magia lo que él tenía, pero si su alma. El alma de un brujo.

Miró un momento al humano -o al menos humano en parte-, antes de mirar al único brujo, un brujo de verdad, en la habitación. Sus ojos de verde plata le devolvieron la mirada divertido.

Ángel frunció el ceño y el detective Theo Richards dio un golpe en el brazo al brujo y susurró un "Deja de ser idiota y no lo provoques" que Ángel, con sus poderes libres de nuevo, escuchó perfectamente.

Pero el brujo no se veía arrepentido en lo más mínimo. Aunque distraídamente, casi sin darse cuenta, pasó su mano un momento sobre la del detective.

Cuando habló, no era algo que Ángel esperara. Aunque supuso que debería haberlo hecho, sabía que lo había visto.

—Y tú eres un ángel. Como un ángel de verdad —Cris extendió sus manos, una de ellas apuntando por la ventana al cielo todavía oscuro—. ¿Qué hace Darren Wolf, un millonario humano, relacionándose con ángeles?

El también alzó una ceja arrogante y Ángel sintió sus labios fruncirse. No iba a decirle a este brujo que había sido comprado en una subasta y estado cautivo algunas semanas. Y que justo ahora que conseguía su maldita libertad, decidía volver para averiguar porque un brujo buscaba al hombre que lo compró y lo mantuvo prisionero.

Ángel cautivo (Gay/ +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora