Capitulo III

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Después de ese episodio en el coche del Maestro Fernando, Eduardito quería, deseaba ardientemente dar el siguiente paso, así que se pusieron de acuerdo para el próximo viernes, apenas era miércoles y aun faltaban dos días para el festival de Halloween en el colegio, Fernando le explico como hablar con sus padres para que pidiera permiso de ir a una fiesta en la casa de algún amigo, y que el mismo pasaría a dejarlo a su casa antes de las diez de la noche.

Ese día jueves fue eterno para Eduardito quien ya esperaba con ansias que anocheciera y amaneciera, asistió a su colegio como cualquier día de clases, bajo del transporte y al ir caminando a su salón, vio a lo lejos a Fernando que llegaba en un carro diferente, mas no era el quien manejaba, venia acompañado de una mujer de unos 25 años, muy guapa, la punzada de los celos lastimaba su pecho, ¿Quién era esa mujer? Y que relación tenia con su "Gladiador", tuvo el impulso de escapar en ese momento y nunca mas regresar a ese lugar, mas automáticamente siguió caminando, ese día tenia clases con el Maestro Fernando y contrario a lo que imaginaba, no tenia ganas de verlo ni oírlo, se sentía traicionado, usado.

Llego la clase de educación física y salieron al área de la cancha a prepararse para un partido de fútbol, Fernando se acerco con una amplia sonrisa a saludarlo, pero Eduardito fingió no verlo y volteo su rostro hacia otra parte, Fernando se dio cuenta y no se explicaba ese cambio tan repentino en su alumno "favorito", ese cambio lo hizo sentirse tan mal que quería preguntarle en ese mismo instante la razón de su conducta, pero el sabia que eso era imposible

-"Eduardo, acompáñame a traer los balones de fútbol, mientras los demás toman sus lugares en sus equipos"-

De mala gana Eduardito, acompaño a su maestro a la bodega que estaba atrás de la Dirección del Colegio.

-¿me puedes explicar que te pasa?-

-"nada"-

-¿dime si estas enojado conmigo por lo del otro día?

Te recuerdo que no te forcé a nada que tú no querías...

-"no estoy enojado por eso"-

¿Entonces?

-"quiero saber quien era la mujer que te trajo al colegio"

-"es mi novia y se llama Diana"-

¿Es tu novia?

-así es, pero nuestra relación esta muy mal, creo que estamos a punto de terminar..."-

¿De verdad?

Pregunto Eduardito sintiendo que su corazón empezaba a latir a mil x hora, pero no demostró la inmensa alegría que sintió al escuchar esas palabras del hombre que con tanta ternura lo interrogaba, nada había cambiado Fernando le estaba demostrando con sus preguntas lo mucho que le importaba.

¿Ya no estas enojado conmigo?

Por toda respuesta Eduardito alzo los brazos y levantándose de puntillas jalo a Fernando y con un suave beso le dio su respuesta, ambos salieron de la bodega y se fueron a seguir con la clase.

Día viernes

El día por fin había llegado, de un brinco Eduardito salto de su cama, busco su disfraz de astronauta que había elegido, lo guardo y sin tocar su desayuno de los nervios, apenas escucho el claxon del transporte escolar, Salió disparado, ya contaba con el permiso de sus padres para ir a fiesta se organizaría al terminar las clases en la clase de un "amigo" claro que ese amigo era su Maestro Fernando.

Todos los niños y niñas iban llegando con su disfraz ya puesto, ese día no habría clases y todos se reunirían en el salón de eventos del colegio, un amplio salón que había sido decorado ya con globos y luces de colores, el salón estaba semi-oscuro para darle un aire de terror, así que por doquier se veían niños con los mas variados disfraces y los maestros y maestras también portaban sus disfraces, Eduardito se encontraba jugando con sus amiguitas y una de ellas le pidió intercambiar los disfraces entre ellos para jugarle bromas a los demás niños, la niña portaba un disfraz tipo princesa de cuento con una abundante peluca rubia, un lindo vestido con holanes color rosa con celeste, guantes blancos de encaje y un pequeño antifaz, a las niñas le pareció divertido el cambio y Eduardito le entrego su disfraz a su amiguita, quien le pinto los labios de rojo y le puso maquillaje en los ojos a Eduardito quien quedo maravillado con su transformación el disfraz le quedaba a la perfección pues por su delgado cuerpo y sus delicadas facciones, nadie adivinaría que era un niño, pues parecía una hermosa princesita.

Yo soy tu maestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora