Yo soy tu maestro

Capitulo VIII

La vida de Eduardito, fue siendo hostigada por Damián, quien día a día intentaba acercarse a Fernando, pero el solo tenía ojos para Eduardo, cada vez que tenía oportunidad se veían a escondidas, Eduardo no se sentía seguro con la presencia de Damián en la escuela y tampoco con la presencia de la maestra Dulce, ya que ella en sus ratos libres paseaba por los pasillos de la escuela y podría cacharlo fuera de sus clases, ya que siempre ponía la excusa de ir al baño para salirse de la clase y poder verlo a escondidas, tardando horas con él, en ocasiones sus compañeros siempre lo molestaban sus compañeros porque pensaban que tenía diarrea por que tardaba tanto en los baño, él se lo gano por tardar tanto tiempo con el profesor Fernando en las bodegas, a pesar de que saltaba las clases Eduardo mantenía su promedio, sus compañeras siempre lo apoyaban con sus apuntes y se disponía a estudiarlos para mantenerse con los demás.

Paso el tiempo, Eduardo nunca se animó a hablar con Fernando acerca de Damián pues el, después de un tiempo se volvió seguro de sí mismo al igual que su relación con Fernando, aunque se a escondidas hasta que llego noviembre, Damián no soportaba las ganas que le tenía al profesor Fernando, de chupar su polla en la boca y tenerlo dentro de él, pues a pesar de llevar un amistad con el profesor Damián moría por tener a Fernando para él, nunca sospecho que Eduardo andaba con él, a pesar que siempre noto que nunca le cayó bien desde el inicio, pero se llevaba bien con los demás de su grupo, en especial con un chico que, en junta con otro joven le querían dar verga a Eduardo por la boca, pero no se pudo y esa ocasión no volvió a pasar por miedo a que los delataran, pero estos dos chicos Juan y Noé eran muy amigos de Damián, ya que a simple vista parecía una amistad normal, pero la calentura de ambos chicos hicieron que se follaran a Damián, y el con gusto lo hacía; pues de que entro a su nueva escuela no había vuelto a tener sexo, Damián era una loca pues desde que entro pasaron dos semanas para que Noé y Juan se dieran cuenta de su homosexualidad, en una ocasión en que Noé entro al baño junto con Damián y le observo el pene a Noé delatándolo, este solo le ofreció su verga para ver a que estaba dispuesto hacer Damián y como era de suponerse, abrió la boca para darle el mejor sexo oral en su vida.

-Oooooo sí que rico me la chupas putito sigue así. – Noé le decía a Damián que le chupaba la verga, hincado en el piso, deleitándose con esa verga de 19 cm en erección.

-Aaaaaaaaa siiiiiiiii chúpame la mas, vamos cabrón enséñame que te encanta la verga. - Gemía Noé al penetrar la cálida cavidad oral de Damián.

Damián era un experto en el sexo oral ya que en su anterior escuela tenía un novio al cual lo complacía en la cama, pues él era una puta.

OOOOO si que rico ya mero me vengooooo, o recibe mi leche cabron- Damián solo sintió el tibio liquido espeso de Noé en la boca, tragándoselo todo y se lo limpiaba con la lengua cual barquillo derretido en su cono.

Noé se subió los pantalones y le dio una nalgada antes de despedirse a Damián.

-Espero se vuelva a repetir hermosura.

-Claro, con mucho gusto te esperare aquí para sacarte toda la leche.

Noé y Juan eran los típicos chicos que les gustaba perforar culos masculinos, pero nunca dejaban que les tocaran ni las nalgas, ni el ano, pues ellos se creían bien machos, encerrados en sus propios closets cada uno.

Un día Noé invito a Damián a su casa disque para ver Netflix, pero su intención era follarlo, no le bastecían las mamadas de verga que le daba en los baños, esta vez pensaba compartir con Juan.

Damián llego a la casa de Noé, él ya sabía para que, pues así fue su primera vez, una invitación para ver Netflix, pero nunca se esperaba encontrarse con otro invitado más, pues él se había preparado para esa noche con Noé incluso llevo un suspensorio dorado que tenía.