Prólogo

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Las lágrimas resbalaban por sus mejillas, mezclándose con el agua de la lluvia que caía sobre ella. Todo su mundo acababa de derrumbarse como un castillo de arena bajo el yugo de las olas. No le importaba estar mojada, ni tampoco estar en el suelo cubierta de barro. Sus piernas temblaban inconscientemente y en lo único en que podía centrarse en aquel momento era la persona que se encontraba delante de ella.

— ¡Ese hombre malo ya se ha ido, mami! ¡Por favor, háblame! —Suplicaba una y otra vez—. ¿Es que no me quieres? ¡Mami, va, despierta!

Pero era inútil. Tanto ella como su padre yacían en el suelo, con el cuerpo ensangrentado y con terribles heridas en el cuerpo. Cualquier persona habría averiguado que era lo que ocurría, pero a sus siete años, la pequeña Sirela aún desconocía muchas cosas de la vida.

Y por desgracia, las estaba descubriendo en aquel instante.

¿Qué iba a hacer sin las personas a las que tanto amaba? Ni siquiera era capaz de pensarlo. Nada le importaba más que sus progenitores despertaran, que sonrieran de nuevo, que la cuidaran y estuvieran junto a ella como siempre lo habían hecho. Pero desgraciadamente, la luz que iluminaba su mundo se había extinguido para siempre.

Lo que la pequeña niña no intuía, es que aquel suceso no solo marcaría su destino para siempre, sino el de todo su país y, en última instancia, el de todo el mundo. A veces, un insignificante suceso puede cambiar el futuro para siempre. Esta es la historia de los hechos que cambiaron el mundo.

Esta es la historia de Sirela Baptiste.

Sirela Baptiste y el Orbe de MobrisWhere stories live. Discover now