Parte 2 • Perdida

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Y esa luz que me habia deslumbrado , tambien me ayudo a ver con claridad, ya que, los dos hombres que intente huir estaban frente a mi. Me tomaron de los pies, me jalaron fuera del vehiculo y dijeron; Ya, despierta pricesita. Me levante lentamente. Mire a mi alrededor, era un camino de tierra, que estaba arbolado. La zona era muy vegetativa, se escuchaban a los pajaritos, a las hojas moverse por el viento, y todo era envolvente. Me empujaron para que caminara, mientras unas pequeñas gotas de sangre caian sobre mi cuerpo. Me detube, me limpie la nariz, y vi lo maltratada que estaba mi ropa interior. Mis sosten tenia una sola tira, en cambio mis calzones estaban amarrados con un nudo que sostenia a cada lado. Se miraron, y solo se rieron. Me volvieron a empujar para siguiera caminando hasta que llegamos una casa enorme. No era muy lujosa, ni mucho menos acogedora. mas bien parecia estar abandonada. En la entrada nos recibio un hombre al que llamaban; El ruquo. El me reviso y les dijo; la traen bien dañada, a los jefes no les va a gustar esto. Se nota que la disfrutaron. Aqui entre nos bien hecho. Todos se rieron a carcajadas. Y luego les dijo; Ya, estoy hablando enserio. Tengo que informarlo, ahora si me dejan tocarla un ratito les aseguro que nadie se va a enterar. 

Adelante, dijeron. Me quede quieta, acepte mi destino como una movida de ajedrez. El hombre Ruquo me llevo con el. Caminamos hasta su habitacion, y me dijo; tranquila que no te hare daño. Solo quiero ayudarte. Le grite No, tu mientes. todos aqui mienten, no te creo nada. 

 Empecé a ver más claro, me tomé la nariz y me di cuenta que yo sangraba. Ambos empezaron a palparme con sus manos, y al llegar a zonas privadas me tocaban con deseos de hacerme sufrir más. Luego de eso, me pidieron mis datos personales.

–Nombre, Edad y Dirección.
– Me llamo Alexsandra Vega, Tengo 23 Años y Soy de la ciudad de Las Brisas del norte. ¿que estoy haciendo aquí? — les pregunte
—¡Callate! —me respondieron ambos

Mire a mi alrededor. Pude notar que era una zona muy vegetativa, frente a él había un bosque tenebroso, enormes montañas que no dejaban ver la ciudad con claridad.

Caminamos hasta un salón muy amplio, pero con poca iluminación. Allí habían mas chicas como yo, eran niñas perdidas. pequeñas que llevaban la desesperanza en sus lagrimas cautivas. me ordenaron subir a una balanza, donde tomaron mis medidas, peso, altura y una pequeña entrevista de mis hábitos alimenticios. Mi silencio aquellas preguntas solo los hacia enfurecer mas, pero no podía hacerlo con su mano tocando mi trasero. Miraba a mi alrededor, no veía nada mas que presas. todas éramos sus presas de comida. Pues ellos tenian una manera deplorable de mirarnos e incluso de hablarnos. Transpasaban toda la linea de respeto. Las niñas por otra parte se veían asustadas mientras que algunas parecían estar acostumbradas. la piel de todas ellas reflejaba el abuso constante. De repente apareció en la habitación un hombre frío, condescendiente. Le pedí que me ayudara, que necesitaba hacer una llamada para que mis padres supieran que estaba bien. El se acerco a mi, me ordeno que me callara o me daría un castigo.

—Súbete a esa balanza, Necesito tomar tus medidas. —Me ordeno
— Esta bien lo haré solo con la condición que me dejes hacer la llamada —le respondí

El silencio y su mirada desafiante demostraban el poco interés en mis peticiones. Sin embargo decidí acatar sus órdenes, y al momento que mi cuerpo se aproximo a la balanza. Sus manos comenzaron a tocarme levemente mi espalda. Comenzaron a Bajar cada vez más desde mis hombros hasta mi trasero donde lo apretó con fuerza. El momento fue breve pero fue la chispa para atacarlo.
—¡Eres un cerdo! ¡¿Que te pasa?! ¡¿QUE RAYOS OCURRE EN ESTE LUGAR?! — Le grite

Todos en aquella habitación estaban sorprendidos por aquel atrevimiento de mi parte. La reacción de este hombre fue brutal de una cachetada me mando a callar. Continuo tocándome sin ningún impedimento, yo me mantuve dispuesta a colaborar. Aproveche ese momento para idear un plan de escapé express o al menos conseguir un teléfono. Espere que bajara la guardia, cuando mas abajo comenzara a tocarme, mas fuerte seria el golpe en el abdomen le daría.

Atrapada En Sus CimientosWhere stories live. Discover now