Prologo
Se nos escapó.
Justamente cuando estábamos a punto de acabar con Axel y los seguidores de Brataal, se escapó sin dejar ningún rastro. Su idea era romper las barreras que había entre todas las ciudades, con la vara más poderosa de los hechiceros y el libro de los hechizos prohibidos, lo logró. ¿Cómo un demonio pudo hacer la función de un hechicero?
Esa fue mi pregunta, hasta que supe que Black lo ayudo para tal cosa. Estábamos en una gran guerra que podría durar años, pero no perdíamos nuestras esperanzas. Todos nos estábamos preparando, incluso Amanda al saber que en sus venas corría la sangre de cazador decidió entrenar y preparase para lo que venía.
Casi siempre teníamos un ataque diferente, de todo tipo de criaturas. Los hechiceros, cazadores, hadas y vampiros estaban de nuestro lado, algunos ángeles caídos también, hombres lobo... pero lo que más me preocupaba era Cassandra. No teníamos rastro de ella, siempre íbamos a buscar en todo tipo de lugares y nada. Keila no hablaba por más que la presionábamos o torturábamos.
– Tenemos que prepararnos, el próximo ataque será dentro de unos 30 minutos. – dice Azazyel y yo muerdo mi labio inferior para ver a Liv que está sentada en una silla con sus manos en su aun plano vientre.
– ¿No pudiste embarazarla en otro momento?
Mi hermano gruñe en respuesta y yo entiendo.
– No me jodas Azael, no fue algo planificado – Responde y sonreí.
– ¿Qué esperabas de tener sexo sin protección Azazyel? ¿Qué la guerra se acabara? ¿Encontrar a Cassandra? ¿Recuperar tus alas de nuevo? – me fulmino con la mirada y se acercó a Liv que me miraba igual.
– Te quedas aquí, por tu bien y el del bebe. – dice y ella asiente.
– Tranquilo, no me moveré de aquí. – responde y le da un beso en la frente. Sentí un dolor en mi pecho, pensando en Cass.
Salí del lugar con mi hermano siguiendo mis pasos.
– La encontraras, hermano – dice.
– Que así sea.