Capitulo 1

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Capítulo 1

TRES MESES DESPUES

CASSANDRA NARRA:

Veo las cicatrices en mis muñecas y pienso en aquel día.

Abrí los ojos, escuchaba a alguien llamándome. Gritaba mi nombre. Era lamentablemente Brataal, que al encontrarme en la bañera llena de sangre y casi totalmente desangrada se estaba volviendo loco. Estaba empapada y con muchas personas alrededor, Axel me miraba un poco burlón, mientras vi a alguien conocido...su cabello, sus ojos, pero luego todo era borroso.

–¿Pero en que pensabas? – decía y reconocí su voz. Tomo mis muñecas y las vendaba.

– Black... - susurre.

– Te pondrás bien, tranquila. – mi pregunta era, ¿Qué hacía Black aquí?

Esto no podía ser cierto, el no pudo traicionarnos, ¿o sí?

–Traidor...nunca te lo perdonare.

Esas fueron mis únicas palabras para él.

Después de eso han pasado tres meses, e idee un pequeño plan. Como Elis y mis padres fueron de gran ayuda para darme ánimos, pensé un poco y llegue a la conclusión. Debía de hacer que Brataal confiara en mí y cuando menos se lo espere lo mandaría de vuelta al infierno de donde nunca saldría, al menos no mientras yo viviera. Mi plan dio inicio hace unos pocos días, cuando ya me había acostumbrado a su presencia, la cual me daba asco.

Debía estar siempre vestida de blanco, y no me molestaba tanto pero... ya me aburría el color y los estúpidos vestidos con tacones. Descubrí lo mucho que le gustaba mi cabello largo a Brataal, entonces decidí cortarlo hasta la mitad de mi cuello. Se enojó tanto que casi no como por cuatro días. Encerrada en un calabozo lleno de ratas y asquerosidades. En estos días no había un minuto en que no pensara en mi ángel, en mi hermano y los chicos. En especial en mi Azael, lo extrañaba más que nunca.

Me puse un típico vestido mangas largas para ocultar las marcas y bajar a desayunar con Brataal, Black, Liam y Axel. Al salir unas seguidoras me acompañaron hasta el patio trasero, en un pequeño gran quiosco en el cual casi siempre desayunábamos. Estaba casi el 98% del día acompañada, Brataal temía que volviera a tentar contra mi vida, lo cual me parecía estúpido y me causaba hasta un poco de gracia. Al llegar al lugar me siento en la silla al lado de Brataal, mire la comida y suspire.

– Buenos días, mi querida ángel – me saluda y yo asiento. Black me mira y yo lo mato con la mirada. Este mira su plato con fruta y avena. Tome un poco de jugo de naranja y mire a Axel que estaba al lado de Black, este tomaba de su copa, sangre. Sentí las ya acostumbradas náuseas.

– ¿Y Liam? – pregunta Axel.

–Aquí estoy – Liam aparece de la nada sentado a mi lado, tomo su copa y me mira mientras toma su contenido. Aparte la mirada para concentrarme en mi comida, no tenía hambre, pero debo tener fuerzas. Mire a Brataal que hablaba con los chicos y aclare mi garganta.

– ¿Puedo entrenar? Es que siempre estoy aburrida encerrada.

Brataal suelta una risa sarcástica y me dieron ganas de partirle su cara.

– ¿Y enseñarte a cómo usar tus poderes? Ni de coña. –dice y yo veo a Black.

– No es necesariamente aprender de mis poderes angelicales, ni demoniacos...devuélveme mi varita y Black que me entrene. Se algunas cosas, pero son muy pocas. Además, estoy harta de estar encerrada y siempre ando aburrida. – Trato de convencerlo y Black se aclara la garganta.

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