Capítulo 3

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Anahis

Después de tres horas de viaje y algo de desconcierto por las palabras de Claum nos encontrábamos instalados junto al grupo de Mil, a cierta distancia de la residencia de la princesa Maira, la cual parecía de cierta manera compartir mi amor por lo que al puesto de princesa se trataba, ya que a pesar de no decir ni una palabra, su mirada era la misma que veía en mi cada vez que se me obligaba a participar. Algo que me daba mucho que pensar y recordar, lo que me había llevado a la terraza en busca de un poco de paz.

- No quisiera ser entrometida, pero crees que las cosas van a empeorar o mejorar entre ustedes - agregó a verme legar a su lado.

- No lo sé Tea, supongo que hay cosas que no son fáciles de olvidar.

- Puede que si las dejas sanar descubras que vas a estar mejor, además lo creas o no hay ciertas cosas que deberías saber y me temo que si no le das la oportunidad de hablar, nunca podrán seguir adelante.

- Tu también crees que nada paso, tal como Sherlang.

- Solo digo que he pasado un año junto a ellos y te puedo asegurar que ninguno está aquí solo por una orden.

- No sé qué pensar - dije más para mi que para ella.

- Creo que ese es tu problema hermosa, no me mires de esa manera, ambas sabemos que después de que Nicolás hablara contigo y te contara su versión del porque Itzamar se había marchado no has dejado de analizar cada centímetro de tu vida como si con ello lograras alejar tus problemas y de paso alejas a todo aquel que ha tratado acercarse a ti. oh me vas a negar que ge has encerrado en un pequeño circulo en el que nadie más que tu y el pequeño Tita están invitados.

- ¿Qué es lo que quieres decir?

- Y si en vez de responderte, te preguntas ¿Por qué no has necesitado salir del cuartel desde que él ha estado ahí?

- Algún día vas a aprender que no es bueno dejar vacíos en la mente de los demás – agregue analizando sus palabras.

- Por supuesto, pero si lo analizas un poco sabrás que esta vez no he sido yo la que los ha dejado ahí – indico alejándose, dejando detrás de sí más que simples dudas.

- Creo que primero debo aprender analizarme a mí – dije mientras escuchaba los ruidos del lugar.

Itzamar

- No crees que tal vez en vez de estar aquí sentado escuchando su corazón deberías estar con ella hablando sobre lo que sientes.

- No es tan fácil Tain y no es su corazón lo que me tiene de esta manera – dije disfrutando el delicioso aroma que su cuerpo desprendía.

- Tan poco lo ha sido seguirle todo este tiempo y sin embargo nos has hecho recorrer medio mundo mágico solo para confirmar que este bien.

- No es lo mismo y lo sabes.

- Por supuesto que no – agregó mientras se colocaba en pie – al menos ahora tenemos un techo encima de nosotros y no solo la oscuridad, porque puede que tu no sientas frío, pero te aseguro que cada uno de nosotros sí y al menos que quieras perderla te sugiero que empieces hablar y te olvides de esa idea de que eres feliz si ella lo es, porque si no te has dado cuenta ella no está muy feliz que digamos.

- Crees que alguna vez logré ganar – dije mirando a Braydon mientras observaba a Tain seguir su camino.

- Creo que para ello te faltaría vivir, digamos que, como mil años más quizás.

- No eres muy bueno alentando ¿lo sabias?

- Puede ser, aunque reconozco que tu si lo eres, después de todo debo decir que hace once años atrás cuando decidiste comenzar con todo esto de la elite creí que estabas loco.

¡Reina¡ Esta por verse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora