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Capitulo 16
" Miedo a la soledad. "

« Tom Pov »
Un cruce de miradas con la persona tras la puerta me hizo sentir una punzada en el pecho mientras que mi cuerpo quedaba en shock. Palidecí, estaba seguro de ello. Ambos eramos un desastre y... debo admitir que sentía que en cualquier momento iba a llorar. Podía oír mi corazón latir a mil, mi respiración volverse irregular mientras que mis ojos poco a poco comenzaban a arder por las lagrimas que ansiaban darse a notar, resbalando por mis mejillas. No lo permití, o mas bien, mi cuerpo no lo permitió. Hasta que escuché su voz fue cuando supe que esto en realidad estaba pasando.

— Tom... perdona por haberme ido... otra vez .—Dijo tímidamente, como si fuese a rechazarlo—

Lo admito, se fue y me sentí al principio traicionado. Pero mentiría si digo que no ansié este momento, que no deseé poder tener la oportunidad de enmendar cada uno de mis errores y viceversa. Tragué saliva por el dolor en mi garganta, ya no iba a dejar que diera explicaciones, no eran necesarias. Con sólo dar un par de pasos hacia adelante pude abrazarle mientras me aferraba con poca fuerza, se sentía tan bien tenerlo cerca una vez más. Tras el miedo anterior que me ocasioné al pensar que no iba a volver fue inevitable llorar, romper en llanto mientras que este como respuesta de igual forma se aferra a mí.

— Me hiciste falta... no tienes idea, Tord .—Dije entre lagrimas— Creí que no volvería a verte.

— Perdóname... .—Murmuró—

No tardé en sentir algo metálico acariciar mi espalda, a lo que me separé y lo miré de pies a cabeza tomando de sus hombros. Sorprenderme no estuvo de más, sentí cómo se me heló la sangre al notar que su brazo derecho había sido remplazado por una prótesis mecánica, un brazo similar al estilo del robot que había destruido nuestra vieja casa. Malos recuerdos llenan mi cabeza y no puedo evitar sentirme distante.

— Puedo explicarlo todo, absolutamente todo .—Dijo al notar mi lejanía. No me negué, al contrario, lo dejé pasar. Estábamos por sentarnos en el sofá pero notó el desastre en la cocina, ahora tenía una razón valida para preguntar sobre mi condición tan basura— ¿Qué pasó aquí?, ¿porqué te miras tan acabado?.

— Mira quién lo dice .—Traté de bromear, mala idea—

— Tom, hablo enserio. Se que no soy la persona adecuada para aconsejarte pero al menos quiero tratar. Quiero que me digas.

La confianza que inspiraba era inmensa, me sentía seguro. Dudando al principio traté de mantener la firmeza suficiente como para decirle todo. Tanto de mi recaída como mis... pensamientos suicidas repentinos. Todo eso había sido dejado atrás al conocernos los cuatro; pero ahora ante la ola gigantesca de emociones y pensamientos fue inevitable recaer en los viejos malos hábitos. Los hábitos que podían costarme mis únicas amistades.

— Después de que te fuiste me encerré. Sentía que... el mundo estaba en mi contra después de haber cometido tantos errores que ya ni puedo contarlos con las manos .—Noté su mirada dudosa— Sentía que todo me sería arrebatado al final, que todo lo que me pasaba lo tenía bien merecido. E incluso... la recaída en los viejos malos hábitos me ha impedido cuidar correctamente de mi persona.

— ¿Los viejos hábitos?. No me digas que son... aquellos.

— Tampoco fue recaída completa .—Me excusé rápidamente sobre sus palabras bastante alarmado— No hablo de drogas, pero si del consumo excesivo de licores y tabaco. Bastantes veces consideré el suicidio pero no podía, no me atrevía cuando aún quedaba eso en mí que decía que ibas a volver.

— Tom...

— Escuché de las noticias que no estabas liderando el ataque de los comunistas. Te consideraban muerto; no soportaba la idea de que hubiera la posibilidad de que fuera cierto.

Cada palabra dolía más que la anterior. Hubo un punto en el que mi voz comenzó a temblar, mis ojos desbordaban lagrimas delatando el dolor que me atormentaba. Y aún teniéndolo a mi lado seguía sintiéndome vacío, incompleto. Mis uñas se clavaban en mis brazos en un intento por consolarme a mí mismo. No quería que me viese débil, aunque de cualquier forma ya era demasiado tarde. Puedo sentir su mano mecánica colocarse sobre mi hombro y yo volteo a mirarlo con confusión. Una sonrisa melancólica se deja ver y una extraña sensación en mi pecho se presenta. Había olvidado esa sonrisa. Mi corazón comienza a acelerarse, los impulsos cada vez toman el control sobre mí y me es difícil manejarlo. De cualquier forma es algo que por mucho tiempo he esperado, deseado, anhelado.

— ¿T..Tom...?.

Y en un intento torpe por acercarme a él rompiendo nuestra lejanía terminamos cayendo al suelo. Estaba sobre él, lo lastimaba así que me aparté pero eso sólo hizo que tumbara la lampara que estaba cerca de nosotros. Ruidos estruendosos podían ser escuchados por toda la casa, no me sorprendería si alguien viniera a quejarse. Y claro que lo hicieron, llamaron nuevamente a la puerta. No quería abrir, seguro así de irían.

Nope, estaba equivocado.

Voces al otro lado se escuchaban pero era casi imposible distinguirlas con claridad, golpes retumbaban en nuestros oídos y en poco tiempo, menos del pensado, la puerta fue abierta con desespero y casi a la fuerza. Edd a la cabeza de Matt se encontraba en el marco de la puerta totalmente agitado mientras me buscaba con la mirada. No esperaba ver a mi compañía, sólo a mí. Por ello el reencuentro fue más sorpresivo de lo que ya debía ser. Y claro, agregando que el modo tampoco fue el mejor. Tord y yo en una posición que delataba tanto pero que al mismo tiempo podían significar muchas otras cosas. Matt lo sabía, inclusive antes de que yo me diera cuenta pero a pesar de ese detalle no dijo ni una palabra; pero tampoco fingió sorpresa. Supongo que alguno debía dar el primer paso... o también uno de los dos podía decir la típica frase "Puedo explicarlo". De una forma u otra íbamos a pasar por todo esto. ¿Planeo decirles sobre lo nuestro?, no estoy del todo seguro, pero... puede que sea el mejor momento.

Forgive Me, Tom ❀ EddsworldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora