Forgive Me, Tom ❀ Eddsworld

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Capitulo 18
" El sonido de tu corazón. "

Siento su cuerpo temblar contra el mío, nuestros corazones se sincronizan en latidos vibrantes y rápidos mientras el vaho de nuestro aliento se mezclan en un beso pasional que con cada segundo que pasaba se nos agotaba el oxígeno. Su mano se enredaba entre mi cabello mientras frotaba sus piernas entre sí. Mi mente volaba; y mientras nuestras lenguas se acariciaban rozaba la yema de mis dedos contra su espalda. No podía ir tan rápido, me limitaba a tener contacto con su piel bajo la ropa. Quería hacer esto especial para ambos, algo inolvidable. Suelto un gruñido leve ante la leve sensación de su rodilla entre mis piernas. Él ríe, puedo sentir su sonrisa en medio del beso. Al acabar con el oxigeno nos separamos pero sólo un par de centímetros, nuestras frentes se unen y ahora lo único que podemos oír son nuestras respiraciones aceleradas. Aún con las luces apagadas podemos admirarnos uno al otro y todo gracias a la suave luz de la luna que se posaba sobre nosotros y nadie más. Las palabras no salen... pero con un simple cruce de miradas nos dedicábamos todas las palabras de amor posibles, recitábamos nuestros sentimientos con los besos y nos obsequiábamos las estrellas con cada roce de nuestros cuerpos.

Admirándonos con la mirada; de manera lenta acariciaba los muslos de sus piernas, quería sólo tomarlo, tenerlo para mí, ser egoísta por esta noche, pecar. Muerdo su labio inferior y vuelvo a besarlo pero con más fuerza y desesperación. ¿Y qué liberó todo esto en mí?, aquella mirada lasciva que me dedicaba, tan llena de lujuria que sólo significaba 'tómame'. Anteriormente, incluso antes de iniciar todo esto se había quitado su sudadera, por lo que me dejaba su camisa roja, algo fácil. La retiro de él casi rasgándola y la tiro al suelo. Tord no se queda atrás. Quita toda mi ropa superior hasta dejar expuesto mi pecho justo como él. Y antes de que pudiese hacer algo más me detiene. Si, el simple tacto de la palma de su mano sobre mi pecho detuvo todo por un instante. 

— No tan rápido, tigre .—Dice en un murmuro suave— Aquí no.

De pronto con la mirada me guía. Me giro y veo mi cama, lo cual vi como una buena opción. Vuelvo a mirarlo con lujuria y sin previo aviso lo tomo en mis brazos para ponerlo sobre ella. Estaba encima suyo, admirando todo su cuerpo pero los pantalones estorbaban. Suelto un pequeño gruñido y ríe ante mi frustración. Lenta y tortuosamente acaricia el bulto notable entre mis piernas, mientras descaradamente con su mano detrás de mi cuello me acerca para susurrar.

— Veo que necesitas atención .—Dice con una sonrisa. Debía contenerme pero era bastante complicado así que me separé y bajé sus pantalones— ¿P-Pero qué...?.

— Dos pueden jugar ese juego, Commie.

Con la ropa interior puesta comienzo a besar su bulto, sentía sus espasmos y escuchaba sus silenciosos gemidos que eran música para mis oídos. De esa forma permanecí varios minutos. Poco después retiro la ropa interior, Tord se sobresalta. Y antes de que pusiera una queja meto el miembro en mi boca, haciendo que todas sus palabras fueran ahogadas en un sonoro gemido de placer. Se aferraba a la almohada, mi nombre salía de sus labios de forma tan lujuriosa que me hacía perder la cordura. Nadie lo deseaba más que yo ... y nada me satisfacía más que cometer uno de los mayores pecados sólo por él. La lujuria. Tord se incorpora en la cama y con su mano toma de mi cabello, tratando de tomar el control de la velocidad. Quería que fuera más rápido pero no iba a darle el gusto, lo iba a torturar. Justo como él lo hizo hace años conmigo. ¿Quién lo diría?, el Tord dominante que tanto conocía era versátil. Aquí estaba, rendido ante mí gimiendo mi nombre. Conmigo aseguraba que en su vida iba a volver a ser el activo de la relación. Tragué más profundo su miembro y lo sentí temblar, a punto de venirse, lo sentía por cómo palpitaba su masculinidad. Y me lo hizo saber.

— T-Tom... me... me vengo... .—Gemía de puro placer. Estaba por rozar el clímax hasta que me detuve, saqué el miembro de mi boca. Soltó un quejido seguido de una mirada deseosa de ser tomado.