Capítulo 7: la muerte de una muñeca

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Desde la muerte de Mikan habían 12 muñecas a hora deben quedar 6, debemos terminar este maldito juego rápido... oye Mirai ¿me estas escuchando?

-ji efhoi efgufando

-y deja de comerte los plátanos que acabo de comprar son para reponer los que te comiste antes.

Mirai termina de tragar el pedazo que estaba comiendo y le responde – lo siento es que son deliciosos ¿y por qué tu madre compra muchos plátanos?

-es para hacer un pastel, siempre todos los 12 de noviembre hace este pastel de plátano mi madre.

- ¿y por qué?

- yo que se son tradiciones extrañas que tiene mi madre.

Al llegar a la casa, Aron deja la bolsa en una mesa y entra a su habitación

Por alguna razón mi madre no está que extraño, se preguntaba a sí mismo.

-Aron no sientes algo extraño

Él se gira para responderle a Mirai pero luego queda paralizado al verla.

-Mirai estas transformada.

Mirai asustada se observa en un espejo –es verdad, que rayos está pasando.

Aron corre asustado hacia la puerta que va a la calle y al abrirla se sorprende, era una copia del mismo pasillo de su casa, básicamente era como si hubiesen puesto un espejo gigante en la entrada de su casa.

-Que está sucediendo, se decía Aron mientras daba un paso hacia la copia del pasillo.

-¡Aron espera! Grita Mirai

Hasta cuando desde una pared de la copia del pasillo sale un monstruo con forma humanoide femenina, desnuda y de un aspecto grotesco como si fuese carne en descomposición, no tenía cara y caminaba con unas patas parecidas a las del cien pies, tenía 6 brazos en total y en cada mano sostenía un sable.

Mirai toma de un brazo a Aron y corren hacia el segundo piso.

-qué extraño como llegamos a la casa de las muñecas, quizás no debimos dormir en el tren, y que rayos es eso es como la versión grotesca de un dios hindú o una mala creación de Keiichiro Toyama.

-Mirai no estamos para tus bromas debemos matar a esa cosa cuanto antes.

Cuando llegaron al segundo piso, el lugar era una copia exacta del primer piso.

-que confuso es esto, dice Mirai con tono burlón

Pero al frente de ellos y destruyendo una puerta en su paso aparece el monstruo junto con la silueta humanoide que conocieron anteriormente.

-¡oh! Todavía están vivos, que bien, les presento a mi amiga su nombre es Junko Ootani, su vida fue asquerosa, jijiji su padre abusaba de ella y cuando intentó huir de casa unos hombres la raptaron, la mantuvieron encerrada 44 días, estos mal nacidos le hicieron de todo a esta pobre chica para luego matarla, pero yo la rescate y la transforme en esta adorable criatura y a hora ella tiene toda la fuerza para cumplir su venganza.

Mientras escuchaban al ser hablar Mirai y Aron planeaban la manera de destruir al monstruo.

-mi chica tiene hambre, ve es hora de comer.

El monstruo con una velocidad increíble ataca a Aron pero él logra esquivarlo.

Aron se acercaba a la carga en contra de la silueta pero esta desapareció.

Mirai y la cosa chocaban sus espadas tratando de realizarse algún daño.

Como podría atacar a esta cosa tan rápida y lo más extraño ¿Dónde está su pareja? Se preguntaba Mirai mientras combatía.

-¡Usa tu magia para que suelte una espada! Le grita Aron a Mirai

Mirai le hace caso y con un fuerte viento manda a volar una de sus espadas.

Aron toma la espada y dice – a hora es mi turno y con un fuerte corte en las patas de la bestia hace que se desestabilice.

-¡Mirai es tu oportunidad!

Y luego con una gran astucia Mirai apuñala a la bestia, la cual chillaba de dolor antes de caer.

Al terminar el combate Aron corre muy feliz abrazando a Mirai –somos un muy buen equipo le dice Aron, Mirai le iba a responder cuando los labios de Aron se acercaron a los de Mirai, el apasionado beso hiso que Mirai soltara una lagrima de felicidad, el tiempo que estuvieron abrazados fue eterno y ninguno de los dos quería terminar.

Pero Mirai se percata de algo –Aron mira hay una muñeca en el piso

La muñequita de porcelana de pelito rojizo y ojos oscuros, parecía casi real, estuvo tirada y observándolos todo este tiempo.

-esa muñeca es de mi madre siempre la cuida la trata como si fuera su hija, le dice Aron a Mirai

Aron se aproximaba a tomarla cuando su mente se nublo y es cucho muchas voces de distintos tonos que le repetían.

La muerte de una muñeca

En este instante Aron pone sus manos en sus oídos y comienza a gritar de manera desesperada.

Casa de muñecasWhere stories live. Discover now