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Gracias por su compra.

Hinata limpiaba una bandeja mientras las iba apilando con otras, no había clientes en ese momento en Sweet day, así que decidió ayudar con la limpieza. En eso un cliente llego, y su nueva compañera, desde hace dos días, fue la que dio la bienvenida.

¡Bienvenido!

El señor solo sonrió de extraña manera y paso a tomar una bandeja, para luego empezar a ver que llevaría de todas aquellas delicias.

Hinata su compañera se acerco, ella le miro —. El letrero afuera se cayó, por favor ¿podrías atender a ese cliente en la caja por mí un momento?, es que ha sido mi culpa, la jefa me dijo que lo hiciera esta mañana antes de marcharse a su reunión, pero se me olvido soltó un suspiro pesado.

Una gota de sudor rebalso por la nuca de Hinata.

Claro, Matsuri.

Y agarrando una cinta la chica salió del local para pegarlo.

Hinata se dirigió detrás de la caja esperando a ver si ese señor iba comprar algo.

Señorita, llevare esto se acerco con la bandeja, había elegido entre panes de nuez y cupcake. Por favor, separé el pan de los cupcake pidió con una extraña sonrisa, Hinata solo le miro de reojo.

Ok, señor.

Y terminando con su cometido paso a sacar cuenta, pero en eso sentía como ese señor no le quitaba la mirada de encima. Eso la estaba poniendo de los nervios, y molesta a la vez.

¡Que ya dejara de mirarla!

El señor le entrego el dinero cuando le dijo el costo, y salió del lugar no si antes dedicarle una última sonrisa.

Finalmente fue cuando Hinata pudo respirar con tranquilidad.

...

Nos vemos.

Hinata salió del trabajo, siempre salía de noche. Empezó a caminar, y entonces cuando iba cruzar se espanto de ver aquel tipo de hace rato, mirándola a su vez que miraba su teléfono.

¿Si la estaba esperando a ella?

No supo para donde mirar, regresar al local no se le cruzo la mente, ya que quería llegar a su casa cuanto antes, así que apresuro el paso y quizás así no le alcanzaría.

Se metió por unas calles distintas de las que agarraba habitualmente, pero que aun así la llevarían igual a tomar el metro. Todo parecía ser simple instinto.

Con la piel de gallina volteo sobre su hombre quiso asesorarse de haberle perdido, pero el horror volvió a su mirada a haberlo a unos cuentos pasos de ella, y fue cuando decidió correr. Había una tienda abierta a esa hora cerca de ahí, esa podía ser su salvación.

Cerró los ojos por un momento mientras corría.

¡Alguien que me ayude!

...

Desde la tienda, Hinata miraba con algo de precaución y nervios hacia la calle, y cerraba sus ojos con temor cada ves que veía a ese tipo, quien parecía esperarla con mucha calma, y no podía estar mas que alteraba por eso. Y si los de la tienda querían cerrar, ¿Qué iría hacer ella?

Marco varias veces a casa, pero su madre no le contestaba.

Sentía las piernas y manos temblar.

Y entonces paso, lo recordó.

Busco en el bolsillo de su chaqueta de instituto y saco aquel papel, desde que se lo entrego hace casi una semana había olvidado sacarlo de su saco escolar. Cuando tuvo el papel en sus manos, dudo realmente si llamarlo, hacia días que no se le había vuelto acercar y eso significaba, quizás, que ya no quería pedirle nada.

LIFE - [NH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora