4

77 13 2
                                    

 —Tiene que tener cuidado, Señor —Seungkwan le comentó a JiHoon en voz baja.

—Nos conocemos hace casi un mes y aún no estás cómodo llamándome por mi nombre —JiHoon miró pesaroso a Seungkwan—. ¿De qué tengo que tener cuidado Seungkwan?

—Disculpe... JiHoon. No estoy acostumbrado a llamar a mis superiores por sus nombres —Seungkwan dijo tímidamente.

—De nuevo, yo no soy mejor que tú. Sólo trabajas para mi... mi... el Rey Supremo, eso es todo.

—¿Lo dejaremos como un amistoso desacuerdo, entonces? Algunas apariencias deben mantenerse —Seungkwan hizo una pausa y miró angustiado a JiHoon antes de continuar— JiHoon, debe tener cuidado. Hay rumores volando por la casa. El Harén está descontento con usted.

—¿Piensas que no estoy consciente de ello? —JiHoon preguntó— Oh, pero ya he sido advertido.

—¿JiHoon?

—Nadie del Harén me habla, Seungkwan. Sólo JeongHan y fue apenas educado. Encontré los regalos de Seung... del Rey destrozados y las cosas que mi madre me envió destruidas. Entonces, por favor, no creas que no estoy consciente que ellos me odian.

—¿Nunca comentó nada. Cómo no me di cuenta? —Seungkwan preguntó sorprendido.

—¿Qué sentido tiene? Creo que es una actitud infantil. Además, eran cosas superficiales —JiHoon se encogió de hombros.

—Es muy gentil, JiHoon —Seungkwan negó con la cabeza—. No va a sobrevivir aquí. ¿El Rey Supremo no debería ser informado?

—No soy de esa clase, Seungkwan. Solo sé que hay cosas por las que vale la pena luchar y otras que hay que dejar pasar. Molestar al Rey con esto... sólo empeorará las cosas. Tiene otras cosas por las cuales preocuparse, asuntos más importantes.

—No creo que para él sean menos importantes, JiHoon. El Rey se interesa por usted, todos podemos verlo y por eso ellos lo odian.

—Soy una novedad para el Rey... por ahora. Sus sentimientos por mí van a disminuir tal como pasó con los otros hombres en el Harén.

—Realmente no ve cómo lo mira, ¿verdad? Es diferente, JiHoon. Confíe en mí, incluso los demás sirvientes personales lo mencionaron.

—Vamos a darle un par de meses más, Seungkwan —dijo JiHoon mientras reía con amargura.

—¿En verdad no ve cómo lo trata? —Seungkwan preguntó estupefacto.

—Yo...Yo... —No quiero tener esperanzas, pensó JiHoon para sí mismo.

—Sólo tenga cuidado, por favor. Me preocupo por usted. Los hombres también pueden ser rencorosos.

JiHoon se acercó a Seungkwan y le dio un abrazo —Gracias por preocuparte, Seungkwan. Creo que eres el único aquí a quién le importo.

—Oh, yo no lo creo.

—¿JiHoon, estás aquí? Le dije... —SeungCheol entró en la habitación y se detuvo bruscamente al ver a JiHoon abrazando a su sirviente personal.

—¡SeungCheol! —JiHoon soltó al hombre y sonrió ampliamente hacia él—. Creí que vendrías más tarde.

—¡Sal! —SeungCheol le ordenó a Seungkwan, ignorando a JiHoon.

—Sí Majestad. Volveré más tarde Ji... Mi Señor —Seungkwan se contuvo antes de decir el nombre completo de JiHoon, pero el desliz no pasó inadvertido ante Rey. Seungkwan abandonó la habitación a toda prisa.

—¿SeungCheol? —JiHoon preguntó cautelosamente, consciente de la repentina tensión en el cuarto e inseguro de la causa.

SeungCheol lo miró sin decir una palabra. De pronto tomó su barbilla y forzó sus labios contra los suyos. No había gentileza en aquel beso. La lengua de SeungCheol rozó con dureza el techo de la boca de JiHoon y una pequeña parte suya se rebeló al beso. Pero cuando probó el sabor metálico de la sangre, su sangre, finalmente lo rechazó.

The Harem of my King / JicheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora