21- Culpa y lamentaciones.

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Debí hacerle caso a Alan, ¿por qué soy tan terca?, ¿por qué no hago caso?, todo esto me pasa por estúpida.

-¡Sueltame!- Volví a gritar y a dar golpes en el aire para soltarme.

Stevan hizo caso omiso y me llevo a rastras a su auto.

-No, por favor papá.- Él tapó mi boca para que no hablara.

-¡Nunca en tú vida vuelvas a decirme así!- Dijo con cara de asco. -¡Tú no eres mi hija!- Gritó y algo dentro de mi terminó de romperse.

Ya no me importaba lo que me pasara, mi vida era una completa mierda y sabía que no podía hacer nada para defenderme, paré de forcejear y dejé que me entrara a su auto, puso seguro como lo hacía Alan para que no saliera del auto y le dió la vuelta para entrar.

-Ya que me encargaré de no volverte a ver tu horrible rostro jamás en mi existencia, te diré la verdad, así sufrirás aún más.- Miré arriba y por el retrovisor pude ver que sonreía descaradamente.

-¿Qué verdad?- Tengo miedo de lo que pueda decir.

-Mi odio hacia tí es por que no eres mi hija.- Abrí los ojos sorprendida con lo que acaba de decir y también por lo directo que fue.

¿Cómo que no soy su hija?

-Por eso Andrea y yo queríamos más a Elena y deseamos mil veces que hubieras muerto tú y no ella.

Sentí una punzada en el pecho y no pude detener mis lágrimas, no podía creer lo que estaba escuchando, esto debe ser un mal sueño o una broma de muy mal gusto.

-¿De qué hablas?

-No te diré más nada, sólo quiero que sepas eso.- Rie. -¿Me crees capaz de intentar aprovecharme de mi propia hija?- Dice sin apartar la vista de la carretera.

-Eres un maldito, ¿Yo que te he hecho?- Le grité

-Tú maldita existencia, eso es lo más horrible que has hecho.- Él también me gritó

-¡Dejame ir!- Golpeé la puerta bruscamente haciendo mucho ruido pero el hizo caso omiso y siguió manejando como si nada.

-¡Ayuda!- Grité sin parar de golpear la ventanilla del auto hasta que Stevan se detuvo de golpe haciendo que mi cuerpo se fuera hacia adelante y recibiera un fuerte golpe en la cabeza.

Stevan ríe por el impacto que me causó, luego, ignorandome por completo, él sacó su celular, marcó un número y miró al frente mientras esperaba que alguien coja la llama.

-Está aquí.- Es lo primero que dice cuando la cogen. -Es algo inquieta así que ven a ayudarme.- Cuelga y guarda el celular.

La puerta de un local que tenía la imagen de una chica semi desnuda se abrió, y a continuación, de allí salió un hombre un poco mayor, con el pelo blanco y con traje, seguro que debe tener algunos cuarenta y tantos o cerca. El señor se acercó a nosotros y Stevan salió del auto a recibirle, al ver al hombre más de cerca juro que se me hacía muy conocido, no paraba de verlo, su cara se me hacía muy conocida, hasta que unos minutos después recordé donde lo había visto, estaba en casa hablando con Stevan hace días.

Me fijé en el auto y me di cuenta de que Stevan había olvidado ponerle seguro, así que abrí la puerta del lado opuesto donde se encontraban ellos hablando y salí corriendo. Corrí lo más que pude y sentí como me seguían pero no me detuve, no podía dejarme atrapar, corrí aún más hasta que tropecé con una piedra, creo, y caí al piso.

Joder, que malasuertela mía...

Sentí como unas manos me sujetaron el pelo y me levantaban del piso con tanta fuerza y brusquedad. Maldije, ni si quiera por el dolor sino por mi torpeza. ¿En qué rayos me metí?

Mi Pequeño Infierno. (De Nuevo En Wattpad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora