45- La última.

1.1K 75 1
                                    


-Maldita resaca.- Me quejé al ver como Alan me pasaba unas pastillas para el dolor. -¿Por qué me dejaste beber tanto?- Le pregunté y él se sentó a mi lado.

-Cuando fui a detenerte, tú lograste calentarme bastante y sé lo difícil que ha sido para ti todo, lo que menos quería era follarte mientras estabas bajo los efectos del alcohol.- Explicó y no sé porque me sonrojé.

Quizás porque yo sí recordaba esa parte, y sí quería que me follara, aunque fuese allí mismo.

¡Maldito dolor de cabeza!

-¿Te quedas conmigo hoy?- Le pregunté a Alan.

-¿Y Luana?- Preguntó él.

-Luego la buscamos, cuando me sienta un poco mejor.

-Está bien, iré a prepararte un té, a ver si disminuyen las náuseas.- Me da un beso en la frente para luego irse.

Dios, no sé si es el efecto de todo el alcohol de anoche pero deseo a Alan, joder, no sé si mis miedos e inseguridades desaparecieron o si es todo el tiempo que tengo cerca de Alan y sin ningún tipo de roce que no sean solo besos.

Esto me supera. ¿Por qué tiene que estar tan bueno?

Con ese pensamiento me vuelvo a acostar en la cama para intentar dormir o simplemente que disminuyan los mareos y dolores de cabeza, algunos minutos después Alan sube con una tasa en la mano y lo que sea que haya preparado hizo milagros porque me devolvió él apetito, huele muy bien. Alan me lo pasa y sin pensarlo lo cojo, es un té de variadas hojas, me lo bebo sin si quiera soplarlo, y mierda, esto sabe como huele, está delicioso.

Casate conmigo Alan.

-Te vas a quemar.- Me advierte con una sonrisa en los labios pero no hago caso. Cuando termino Alan me quita la tasa, la pone en una de las mesitas de noche y se sienta a mi lado.

-Gracias.- Susurro.

-¿Por qué?

-Por todo.- Lo miré. - Por tenerme paciencia, por estar conmigo siempre.

Alan agarra una parte de mi pantalón y me jala hasta él para envolverme en un cálido abrazo.

-Pequeña, yo daría mi vida por ti, nunca imaginé amar tanto a alguien como lo hago contigo, tú vida se volvió mía, tus problemas se volvieron míos, tú alegría también se volvió mi alegría y si te vas creo que me iré contigo.

Y todo eso me dejó sin palabras, yo sabía que había un dulce y romántico Alan detrás de toda esa seriedad.

-Te amo.- Dije antes de sujetar su rostro con la palma de mis manos y besarlo.

¡Dios! ¿Hace cuánto no lo besaba así?

Sin pensarlo me subí encima de él, quedando sentada en su regazo y enredando mis manos entre su cuello aún sin detener el beso pero él se aparta.

-Luna, no creo que pueda contenerme si no paras.

-No quiero que te contengas.- Vuelvo a besarlo.

Alan sujeta mi cadera y me presiona contra él haciéndome sentir su erección ya dura.

¡Eso fue rápido!

¿Hace cuánto te estás conteniendo sexy Idiota?

Lo deseo, no quiero pensar en nada más, solo quiero sentirlo todo contra de mi, y como si Alan escuchara mis pensamientos se levanta haciendo que enrolle mis piernas en su cintura, Alan me deja caer suavemente en la cama pero nunca separa nuestros labios en ningún momento.

Mi Pequeño Infierno. (De Nuevo En Wattpad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora