Capítulo 2: Una noche muy larga

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Y allí me podías ver, subida en un un avión con la mirada perdida, sin saber qué hacer, sin saber qué iba a pasar. Acababa de perder todo lo que me quedaba. Y ahora me encontraba con la mente en blanco, sin ningún tipo de razonamiento, sin ningún tipo de explicación, solo recordando una y otra vez que no me quedaba nada.

Pero una voz transmitida por los altavoces del avión, me sacó de ese trance diciendo: "Pasajeros del avión, les habla el capitán, les transmitimos que tras haber tenido varios imprevistos para dirigirnos hacia nuestro destino, nuestra llegada en vez de tardar 7h y 36 min, pasará a tardar 10h y 36 min, debido a varias turbulencias que encontraremos en nuestro trance y una de ellas es el mal tiempo. De ese modo modo les aconsejaría que se pusieran los chalecos salvavidas y las bombas de aire que pronto se les suspenderán del techo de la cabina. Gracias." 

Sinceramente lo que el capitán acababa de decir no hacía más que importarme poco. No podía centrarme en nada, no tenía ni idea de que hacer una vez que llegáramos, solo sabía que sentía un vacío muy profundo en el pecho y un nudo en la garganta que por más que lo intentase no podía deshacer. Fue entonces cuando Sofía rozó la parte derecha de mi cabeza con su mano, y me apoyó en su hombro tan gentilmente como la caída de una gota de agua al suelo desde una hoja empapada,  y pronunció lo siguiente casi susurrando, como si no quisiese que nadie más de los de allí presentes lo escuchasen: "Puedes llorar, nadie está mirando. Está bien desahógate". 

Fue increíble cómo sólo la magnitud de esas ocho palabras me calaron tan profundo, que terminaron deshaciendo el nudo que tenía en la garganta, e hicieron brotar innumerables lágrimas que bañaban todo mi rostro. No sabía qué debía sentir, qué debía pensar acerca de todo esto, ni tan si quiera cómo debía reaccionar. Mi cabeza estaba en blanco, solo sabía que sentía una gran pena. Todo lo que tenía hace tan solo tres semanas, se desvaneció. Mis sueños, mis metas, mis proyectos a futuro, se vieron troncados por el inicio de una guerra que nadie deseaba ni esperaba. 

Empecé a aferrarme al hombro de Sofía como si la vida me fuese en ello. Mi corazón se estaba rompiendo en mil pedazos. De repente, noto una cabeza apoyada sobre mi espalda, giré a ver quién era con el rabillo del ojo, y al ver la cabellera de color castaño, no me sorprendió que fuese Erik. Erik era el típico chico fuerte, que de normal no suele mostrar debilidades ante los demás, pero incluso para ser él, la situación le superaba. 

-¿Déjame apoyarme un rato vale?- Dijo Erik mirando al suelo sin encontrarse con mis ojos. Yo solo asentí.
- Pues nada to' el mundo a llorar, jeje...je- dijo Sofía con la sonrisa más triste que he visto en mi vida y con lágrimas brotando de sus ojos.

Ahí estábamos los tres acurrucados y abrazados, sabiendo que eso era lo único que en ese momento podíamos hacer.

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NOTA DE LA AUTORA
Perdón por un capítulo tan corto, pero que sepáis que el siguiente será más largo. Este es básicamente para que conozcáis un poco cómo se sienten nuestros personajes, y en concreto nuestra Clarita. Un beso muy grande a todos ♥️

2034, lo que presenció ClaraWhere stories live. Discover now