Capítulo 12: Realidad

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Corrí lo más rápido que mi pies me permitían, quería salir luego de allí y el labetinto de calles me jugaba claramente en contra. El aire frio chocaba contra mis mejillas y pelo, podía ver como el aliento que salía de mi boca formaba un humo blanco y húmedo que desaparecía a medida que avanzaba, me dolía la costilla y algunas partes de mi rostro, el chico tenía fuerza. Sabía que era la adrenalina de mi cuerpo la que me daba las fuerzas para correr así como también sabía que cuando se acabara sentiría el dolor que mi cuerpo retenia y dejenme decir que esa es la peor parte.

No sabía cuanto había corrido hasta quedar frente a la entrada del pequeño bosque a la salida de Tremont, apreté mis puños y respire hondo para luego escuchar un fuerte sonido, miré a mi alrededor pero estaba sólo, el sonido se hizo presente por segunda vez y pude oirlo más claro, eran disparos, mi cabeza viajó por todos mis peores recuerdos mientras el sonido llenaba cada silencio del ambiente. Mis nervios se alertaron y mi estómago se contrajo, ¿esto era la guerra? me sentía mareado, ¿en qué momento volví a reclutarme? mi garganta se cerraba y sentía como el aire disminuía, logré escuchar un sonido más fuerte impulsandome por mis instintos naturales a correr por entre los árboles, era eso o mi vida.

Podía oír los gritos de las personas, los llantos de los niños, las bombas explotar y los disparos resonar, todo esto era un lío, la gente se encontraba tirada a mis pies, tenía sangre en mi vestimenta y los escombros se podían ver a mi alrededor, me giré para ver si aún venían detrás de mi pero lo único que habían eran árboles ¿pero cómo? retrocedi lentamente, los ruidos habian cesado, y mis ojos abiertos a tope miraban fijamente el lugar ¿era un sueño?

"¡Harry!" la voz sonó a lo lejos y sin tener que meditarlo sabia claramente quien era, esa era su voz, maldición, era él.

"¿Travis?" hablé con voz temblorosa. "¡Travis! ¿Dónde estás?" debía encontrarlo, él estaba vivo, estaba aqui.

"¡Harry!" gritaron esta vez más cerca.

"¿¡Will!? ¿¡James!? ¿¡Dónde diablos están!?" grité a todo pulmón. "¡Travis!" corrí hacia donde los gritos provenían.

Eran ellos, me estaban llamando, querían ayuda, pero si tan solo pudiese verlos, no podía encontrarlos, las piedras y el cemento húmedo a mis pies hacían más dificultoso el poder desplazarse, evitaba claramente los cuerpos de las personas pasando por su lado o incluso saltandolas.

"¡Vamos chicos, debemos irnos de aqui!" los gritos se alejaban a medida que yo me acercaba, era definitivamente una mala broma, podrían matarnos en cualquier momento.

Me detuve al oír un llamado muy distinto a los otros, era una voz de mujer que me hizo volver en sí, Gemma susurraba mi nombre pero ella no podía hacerlo, ella estaba muerta

Me detuve abruptamente y cerré mis ojos con fuerza, tape mis oídos con ambas manos tratanto de ignorar los disparos, explosiones y gritos que al parecer no eran reales pero se hacían mas fuertes; grité tan fuerte que podía sentir mi garganta arder, quería que todo desapareciera. "No es real, no es real, no es real" mi cabeza daba vueltas, "es una maldita ilusión Harry, concentrate" los gritos se hacían cada vez mas fuertes, podía oírlos como si estuviesen gritando justo a mi lado, "piensa en cosas reales" la amenaza de hace unas ¿horas o minutos?, mi psicólogo, la ciudad, Faith,"si Harry, piensa en ella" sus labios, su sonrisa, sus pestañas revoloteando, sus lágrimas, sus heridas, eso si era real.

*

Abrí mis ojos lentamente acostumbrandome así a los brillantes rayos de luz, la habitación blanca era iluminada por los pequeños espacios de luz entrante, me removi incómodamente en la cama y fue cuando lo noté, mis muñecas y mis pies estaban aprisionados por cinturones. Mire desesperadamente a mi alrededor pero no había nada, todo era blanco y vacío hasta que mis ojos la encontraron sentada allí en un rincón, con un café en su mano y su cabeza apoyada plácidamente sobre su otro brazo, sus párpados estaban cerrados y su respiración era normal, ella estaba durmiendo.

Broken heart || H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora