Me encontraba junto a mi amiga en una especie de bosque, uno muy inmenso al parecer, lleno de vegetación de varios años, dándole un aspecto macabro.
¿Qué...? - dijo la castaña mirándome sin entender.
No lo sé - me encogí de hombros disimulando el mal presentimiento.
Observé como se levantaba del suelo pastoso comenzando a caminar con curiosidad por aquél sendero de hojas secas. La seguí cautelosa ante cualquier situación que mi mente proyectaba como suposiciones de lo que podría ocurrir, estaba en alerta, si.. Suelo ser paranoica, no me culpen.
Hola! - dijo una voz infantil haciéndome sobresaltar, me di vuelta hacia donde provenía quedándome un tanto sorprendida.
Ante mis ojos había una especie de elfo pequeño, con una mirada que daba ternura, aunque su sonrisa era misteriosa. Me acerqué a él con cautela para que no se asuste.
Hola.. Pequeño - saludé mientras mi amiga venía corriendo con una sonrisa.
Oh woow! Eres muy tierno! -exclamó agachándose a su altura para acariciar su cabeza.
Vas a asustarlo - comenté quitándola.
Oye pequeño, ¿sabés dónde estamos? - pregunté.
Estamos en el bosque - sonrió.
Si.. Que estúpida - me pegué en la frente- pues... Estamos un poco perdidas y no sabemos a donde ir, ¿puedes ayudarnos?
Los llevaré con nuestro superior - dijo dejándome sorprendida.
¿Disculpa? ¿Cuántos años tienes? - pregunté extrañada parecía ser un niño.
Tengo 118 años - contestó tomando mi mano para comenzar a caminar por aquél sendero.
Oh... - no dije más que eso.
Y... Cuentanos niño, ¿cómo es aquí? ¿Hay más personas? - dijo mi amiga como niña curiosa haciéndome rodar los ojos.
Hay una aldea, luego está la casa de nuestro superior, nosotros no podemos entrar, él era el único humano, hasta ahora -comentó mirándonos.
Y... ¿cómo es él? -sonó interesada la castaña ganándose un codazo mío.
Ya lo verán - sonrió misterioso, inquietándome.
Caminamos por mucho tiempo, (eso supuse) hasta llegar a una parte donde la vegetación ya era escasa, allí se encontraba una gigantesca casa.. diría "mansión antigua", a su alrededor rondaban más criaturas extrañas, aunque le resté importancia y me concentré en la construcción de años con un toque escalofriante frente a mis ojos.
El pequeño nos guió hasta la entrada tocando una campana, luego de unos cuantos minutos apareció otro animal con características similares a las suyas, sólo que aún mayor.
Quieren ver al superior - habló con una voz grave dejándome confundida, no tuve tiempo a decir algo ya que cuando volteé él nos empujó dentro.
Vaya.. -susurró mi amiga con una mirada divertida, ella siempre era optimista y tomaba todo con humor.
La criatura nos guió hasta un salón bastante particular, había sillones individuales, todo era de un toque antiguo, pero elegante, nos ordenó son su pequeño dedo que nos sentemos y luego se retiró dejándonos a solas.
Pasaron varios minutos hasta que el animal regresó, pero lo que robó por completo mí atención fue la silueta alta de un hombre que se dirigía a su lado. Caminaba lento, con seguridad y elegancia, todo su aura gritaba "dominio y sensualidad" pero a la vez tenía un toque "misterioso y siniestro".