- L A P R I M E R A V E Z -
-¡Thomas!-. Chillaron unas niñas.
Al rato, el Sangster se encontraba rodeando de varias niñas. La mayoría peleándose por una parte de su cuerpo para abrazarlo.
-¡Suéltenme, no quiero lastimarlas!.
-¡Tan varonil, Thomas!.
-Dejen a Thomas chicas.- Intervino el O'Brien.
-¡No te metas Dylan!.
-¡Tienes envidia de Thomas porque lo queremos, por éso quieres apartarlo de nosotras!.
-¡Déjanos!.
-¡Déjenme ustedes a mí!-. Con rapidez, Thomas se safo del agarré de las niñas.
-Thomas...
-Ya dejen de molestarme, me tienen hartó. Son insoportables, todas ustedes.- Dijo, y se fue juntó a su amigo.
-¿No fuiste un poco cruel?-. Preguntó el O'Brien, estando lejos de las niñas.
-Claro que no. Se lo merecen por molestarme. Enserio ya me tienen hartó Dylan, me cambiaría de escuela por no verlas nunca más.
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-¿Nueva compañera? ¡guacala, esperemos que no se meta con Thomas o no seremos sus amigas!-. Comentó una rubia.
-Por más de que quiera a Thomas, estará toda fea. Nadie me iguala en belleza.- Dijo una castaña.
-¿Pero qué dices, Elena?, nadie me iguala a mí.
-¡Ush, cállate Isabella!.
-¡Me callas porque sabes que tengo más oportunidad con él, Cristina!.
-Jóvenes, silencio por favor.- Todos callaron.- Quiero presentarles a una nueva alumna, por favor... Adelanté.
Por la puerta cruzó una pequeña, una pelinegra, con la mirada tímida. Se paró frente a todos.
-Preséntate.
-Mi... Mi nombre es (T/n)...(T/n) (T/a)... Y...
-Maestra que se siente, perjudica la clase.- Opinó muy descortés Lucia.
-¡O'Brien, guardé silencio!-. Regaño.- Valla a dirección, por favor. Éso es una falta de respetó a su nueva compañera.
Lucia salió hecha furia de la clase, claro sin antes mirar feo a la nueva compañera.
-Esperó que se lleven bien con (T/a). Siéntete cómoda, puedes tomar asiento donde gustes.- Sonrió la maestra.
La pelinegra tomó asiento atrás, sin dirigir la mirada a nadie; ya que sentía sus penetrantes miradas sobre ella. Se pasó recto y tomó asiento, sacó sus cuadernos y empezó a atender la clase.
Ella era buena en todo, presentaba tareas, daba buenos exámenes, cumplía en todo lo que era académico. Pero por distintas razones tuvo que cambiarse de escuela. Fue en contra suya, pero no podía hacer nada.
La clase de biología había concluido. La maestra se retiró; era el primer receso. Todos salieron alegres, excepto la pelinegra, que se quedó tímida en el salón.
-¡No te metas en problemas, Lucia!-. Escuchó. Alzó la mirada y se encontró con un grupo de cuatro chicas, una furiosa, mirándola con odio puro. Era la castaña que la había molestado al inició.
-Por tu culpa me mandaron a dirección.- Dijo, acercándose lentamente a (T/a).- ¿Sabes? éso no te lo perdonare.
Finalmente llegó donde la pelinegra, cogió del cuello de su camisa, lista para darle una cachetada con su mano.
-¡Lucia, no!...
-¿Qué crees que haces?-. A segundos de darle la cachetada, una voz masculina muy reconocida para los oídos de la castaña detuvo su acción. Ella volteó, soltando a (T/a).
-¿Th... Thomas?.
-¿Qué pensabas hacer, Lucia?-. Preguntó un niño que acompañaba a "Thomas".
-Ella... Ella empezó, me rayo la tarea... Yo sólo me defendía...
-¿Lo dices enserio?-. Rió Thomas.- Ahora te volviste una bravucona ¿o qué?.
La chica lo miró tristemente, y salió corriendo del lugar.
-Oye...
-Nada Dylan, que sea tu prima no implica que pueda ir jodiendo a los demás, vámonos.
Ambos chicos se fueron. (T/a) se quedó viendo la dirección en la que salieron, con una tierna sonrisa en su rostro. Él la protegió, sin conocerla, fue y la salvó.
"Nunca pensé que ella podría llegar a gustarme... Mucho menos importarme. Pero todo era claro desde un principio, ella fue la primera niña que me pareció bonita, pero enterré ésos pensamientos porque... Estaba hartó de las chicas".
"Fue en ése momento cuando Thomas se ganó parte de mí. Yo lo veía como la mejor persona del mundo, me ayudó... Me ayudó".
