Era un viernes, el fin de semana comienza y las fiestas nocturnas en Huacho recién inician. La discoteca "La kini" presenta unos grandes conciertos de reggaetón, con Dj's que vienen desde Lima, vendiendo cervezas, baile y mucha diversión. Así dicen los anuncios que pasan por las calles, se presentan en radios, televisión y hasta reparten volantes por toda la ciudad.
Pero ese mismo día, un grupito de tres amigos se encuentra para gozar la noche en dicha discoteca. Exactamente son dos chicas y un chico. Ellos llegan a la discoteca, y como era de esperarse, una del grupo abraza fuerte a la otra porque hace días que no se vieron.
-¡Amiga! –Lorena, la autora del abrazo, exclama primero de la felicidad.
-¡Amiga! –repite Daniela casi gritando. Son unas locas.
-Te cuento ¿sí? Él estará por aquí. –Lorena saca unas sonrisitas.
-Te felicito amiga. –Dice Daniela feliz y a la vez algo extrañada. Ella piensa que solo los tres (incluyéndose) pasarán la noche en la discoteca. Pero como su amiga está feliz, ella no quiere preocuparse y solo le queda seguirle la corriente. Como siempre lo hace.
-Hay amiga, está tan guapo.
Lorena siempre habla de "él". ¿Quién es él?
Hasta donde se sabe, ella no tiene planes o un "amante" nuevo. No desde aquel incidente con un profesor de su antigua escuela. Y sí. El hombre era mayor y ya estaba a punto de jubilarse; "esta chica es una loca", pensaba su padre desde aquel día. Esto hizo que su carácter de Lorena cambie con el paso de las semanas. Pero hubo un día donde esta le dijo a Daniela que conoció a alguien "que le tenía compasión a todo". Esta cae en sus encantos a través del chat; por eso, es la primera vez que se ven, y justo en una discoteca.
-Cómo has cambiado pelona. –Dice esta vez el chico del grupo. Este es acompañado y agarrado de la mano de Daniela.
Se llama Sebastián; y sí, él y su acompañante son una linda pareja. Tienen unos siete meses recién cumplidos. La relación más duradera que pudieron tener ellos, mas no de su salón. Aquel chico de metro setenta y de cabello castaño oscuro, que lleva meses sin cortarse, siempre ideaba los planes para salir y estar con su acompañante.
Daniela, de cabello liso negro y de ojos algo rasgados también de color negro, se alegra de estar con él; era guapo, no lo dudaba. Le encantaba todo, desde sus abrazos (y eso que ella no le gustaba mucho), sus caricias, sus buenas intenciones y sus besos. Wow, ella se volvió fanática de sus labios. "Esos besos saben a menta, mi favorito", pensaba. Pero en verdad mentía sobre ese sabor. Sin embargo, ella daría un sol, por cada cariño de Sebastián que siempre la hace feliz. Además, esta chica se sonroja fácilmente.
-Oye, ¿entramos? -Dice Sebas luego de unos besos con su novia.
-¿Vamos Lore? –Dice esta vez su amiga.
-Vayan adelantándose. Él no tardará en venir.
-¿Segura?
-Tranquila mi Dani. Ella estará bien.
Lorena asiente sonriente y levantando sus pulgares arribas. Su actitud representa un optimismo y seguridad de sí misma. Acto seguido, la pareja se dirige a la discoteca y desaparecen de la vista de la chica más loca del grupo. Lorena agarraba uno de sus mechones rojos que se los hizo para esta gran ocasión. Esperando uno, dos, tres y más minutos. La noche pasaba, lo increíble de ella es que es paciente. Así que, fácilmente no se enoja por esta tardanza. De repente llega una moto-taxi de color roja y se estaciona junto a ella. El motor se apaga, y sale un chico algo alto, casi del tamaño de Sebastián, pero un poco menos. Lorena se sorprende y sonríe algo coqueta.
-Hola guapo, llegas tarde.
"La fiesta está en todas", pensó Daniela algo tomada pero seguía sobria. Le gustaba tomar piña colada, no volvió a probar desde su fiesta de los quince. Aun así; le seguía gustando, tanto que se tomó como tres vasos, y ahora se toma el cuarto.
-Dani, ya que estamos aquí, vamos a bailar. –Sebastián ya está tomado aunque aún no pierde la razón.
-Está bien, pero tanto tomé la piña colada y me dieron ganas de ir al baño...
-Qué. ¿Ya te dieron ganas de vomitar?
-¿Quieres que lo haga en tu camisa?
-Oye, tranquila. Mi ropa es nueva, ya lo sabes.
Daniela asiente y comienza a reírse a carcajadas como una loca gritando por la calle en la noche.
-Enserio, toda esa ropa es solo para impresionarme. ¿Verdad? –Ella ya conocía ese viejo truco.
-Eres odiosa, ¿lo sabes?
-Y tú un encanto. –Daniela no se resiste. Abraza una vez más a su novio y le propina un beso tierno para luego decirle que regresará. La está pasando bien con Sebas. Esta noche definitivamente es una de las mejores que le ha pasado en la vida. Esta se apura en hacer sus necesidades, se va al lavatorio, se mira al espejo, moja sus manos y su cara, se peina bien, se preparada por otros bailes más con su chico y a seguir gozando de la noche.
Acto seguido, sale del baño y va en busca de su querido novio. Al llegar donde dejó a su novio, no lo vio. Así que decide buscar a otra parte. "Tal vez se habrá ido al baño... o a querer otro trago más", pensó Daniela preocupada. Ella no quiere pensar en lo peor, por algo es segura (bueno, a veces). Sigue su búsqueda y llega a las salas "lounge" donde había parejas besándose, otros llegando los besos a los cuellos y hasta una pareja se hacían un chupón. Entre ellos miró a su chico sentado a lo lejos.
-Ahí est...as...
Sus ojos no podrían creer lo que pasaba. ¡Qué barbaridad! Prácticamente si su corazón fuese como la última vida del personaje Steve de Minecraft (ese aquel juego donde su hermano pequeño siempre paraba metido en su laptop jugando como siete horas diarias o menos), prácticamente estaría muerto y volvería a resucitar. Pero ella no pensaría en la resurrección; sino más bien, muerto en vida. Aquel chico rompe el corazón de una adolescente que tenía una linda y gran noche; aquel con el que tenía buenas intenciones, y no paraba de desearlo todo el tiempo. Ahora que él se ha vuelto uno más del montón, toda esto se fue al diablo.
Deseaba largarse de ese amargo lugar. Pero ahora se fija en la chica que está besando los labios de su querido... su ex. El resultado, es una chica de cabello rizado oscuro y piel oscura. Ella con los ojos algo llorosos, y no se dio cuenta cuando se les cayeron, dijo en un susurro que la chica de piel oscura escucha:
-¿Kelly...?
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Amigos que no se enamoran
Teen Fiction"Simplemente somos amigos... Lo que ella siempre dice", dijo Ciro. "Somos compañeros, ya sabes. De esos amigos que no se enamoran", dijo Daniela. Estos dos chicos tienen problemas en la vida; ya sea en lo familiar, en lo personal, en lo sentimental...