Capítulo 10 -Aquel día...-

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El sol comenzaba a salir al igual que todas las mañanas, como si de un despertador universal se tratase, iluminando cada recoveco de la habitación. El cielo continuaba gris, dando una sensación de claridad en la habitación, provocando la ausencia total de zonas expuestas al sol y de zonas con sombra.

Reiner se despertó algo descolocado, tardando un par de segundos en darse cuenta de que tenía a la dulce y adorable Krista apoyada casi en su totalidad encima de él. Su cabeza estaba contra su pectoral derecho, estando acurrucada contra su cuerpo. Una de sus piernas se subía por encima de la pierna derecha de Reiner mientras que la otra tocaba con su muslo a esa misma pierna.

Reiner se quedó congelado al notar aquel diminuto cuerpo pegado contra él. La miraba como dormía, su rostro era dulce y tranquilo y su cabello se mantenía igual de perfecto. Reiner pensó que si no fuera porque cerraba aquellos ojos azules, durmiendo sería más bonita aún que despierta. Tampoco pudo evitar pensar en el daño que aquellos hombres intentaron hacerle, como querían poner sus sucias y asquerosas zarpas sobre ella y hacerle experimentar una de las peores sensaciones que a una mujer le pueden provocar. El simple pensamiento de haber llegado un segundo más tarde o de no haber visto a Krista pasar por la calle y ver como la raptaban, le hacía sentirse más culpable todavía y aún más indigno de estar compartiendo su espacio vital con ella... pensaba que no podía merecerla y que por ello no debía involucrarla más en sus asuntos, después de todo, Reiner aveces perdía la cabeza por culpa de su tormentoso pasado y no podía arrastrarla a ello.

Intentó moverse a un lado para levantarse, pero debido a lo pegada que estaba Krista, no hizo otra cosa más que despertarla.

-Perdona, no quería despertarte.- dijo Reiner que aprovechó para levantarse de la cama y estirarse un poco.

-No, tranquilo... ya es hora.- dijo Krista que se estiró en la cama.

-Deberías prepararte para ir a clase...- dijo Reiner que  se quedó mirando por la ventana como continuaba lloviendo a mares.

-Sí ya... con este día no creo, han suspendido las clases... puede que hasta el miércoles. ¿Tú que vas a hacer?- dijo Krista que se sentó contra el cabecero de la cama.

-No lo sé...- dijo Reiner que no dejaba de mirar por la ventana para no tener que estar mirando a Krista.

-Bueno, hasta que sepas lo que vas a hacer puedes quedarte aquí... yo no voy a moverme de esta casa hasta que vuelvan mis padres.- dijo Krista arropándose un poco con la manta al final.

-¿Volverán pronto?- dijo Reiner que consiguió mirar por un segundo a Krista, de nuevo torciendo sus ojos al cielo gris.

-Mañana mismo, suelen tener viajes por el trabajo, pero como yo estoy en el instituto da igual. ¿Tu madre está en casa?- dijo Krista intentando darle ideas a Reiner para que no se volviera a dar a la fuga.

-Probablemente...- dijo Reiner sin más, casi incomodado por la situación o la pregunta de Krista.

-Reiner, lo que Folch di...- decía Krista que fue interrumpida por Reiner, que torció su cuello para mirarla.

-No.- dijo únicamente el grandullón, con una mirada muy fría.

-¿No te gusta hablar de tu pasado verdad?- dijo Krista con la cabeza inclinada mientras miraba a Reiner.

-Tampoco me gustan los entrometidos.- dijo Reiner casi pareciendo enfadado, mientras miraba a Krista con unos ojos opacos, entonces, se relajó. -Perdona... iré a hacer el desayuno, luego no te molestaré más.- dijo Reiner marchando escaleras abajo a la cocina. Krista se quedó pensativa, pensando que tal vez no fue la mejor decisión abordar el tema de su padre así.... pero de hoy no pasaría... hoy se lo contaría.

Ataque a los titanes [Instituto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora