Ataque a los titanes [Instituto]

Capítulo 15 -Un buen final-

Había llegado el día... vaya si había llegado. Se podía oler en el ambiente que era la noche del baile de fin de curso. La noche donde el plan de Erwin adquiriría vida propia. Todo estaba listo... la ropa, los perfumes, las frases para romper el hielo... y el cliché. Todo estaba preparado para esta noche.

Reiner se mantenía algo intranquilo por lo que podría ocurrir estas próximas horas. Sabía que era el momento de la verdad, que era el momento de pedirle salir a Krista... algún día tendría que llegar, y este era el día... estaba cansado de decir ''este es el día''.

El rubio entonces se decidió a ponerse su traje azul marino. Realmente le quedaba de maravilla. Su ancha espalda y corpulento pecho le hacían parecer un hombre increíblemente apuesto. Reiner siempre intentó hallar la clave de como los trajes hacían más guapos a los hombres... era algo que no entendía.

Una vez estuvo ya vestido, se dio cuenta del serio problema que tenía para atarse la corbata. Con ayuda de un vídeo de internet consiguió apañárselas para hacer un nudo medianamente decente para la ocasión.

Una yavez preparado, notó quedaba una hora para que saliera de su casa, por lo que se tiró en la cama pensativo. Había pensado muchas veces en este día desde que comenzó el curso escolar. Se imaginaba más o menos como estaba ahora... con un buen traje esperando a que llegase el momento de recoger a esa rubia que se había presentado en clase y que estaba unos pocos sitos delante de él. Aun así, de ningún modo se imaginó que llegaría a enamorarse de ella de esa manera, de una manera tan natural como en realidad fue. Bueno, quitando la parte del oso y los secuestradores... fue todo bastante natural. Pasó de querer pasar un buen rato con ella a ser una de las personas más increíbles que había conocido jamás. Sin duda, pasase lo que pasase, este año no lo olvidaría jamás.

De pronto, un claxon sonó justo en la puerta de su casa, había llegado. Reiner, ya completamente listo bajó por las escaleras algo nervioso, encontrándose con su madre que terminaba de recoger las cosas del salón.

-Me marcho mamá... tardaré en llegar.- dijo Reiner cogiendo aire al estar junto a la puerta.

-Mucha suerte hoy cariñó... pásalo bien.- dijo esta con cierto tono burlón hacía su hijo.

Este salió, encontrándose con la limusina esperándole en la puerta. Reiner entró, maravillándose por su lujoso interior. Tenía incorporado luces de color azul, un cuenco con botellas de champán y asientos muy cómodos.

-Buenas noches joven, su amigo me dijo que usted me indicaría el camino a seguir para recoger a los siguientes.- dijo el chófer, a lo que Reiner se acomodó.

-Primera parada, los barrios pijos...

La limusina se puso en marcha, directa a la primera parada que Reiner decidió hacer. Sabía que partiría con ventaja si tenía un momento ''a solas'' con Krista en la limusina, por no mencionar que la siguiente sería Bertholdt, teniendo que dar casi la vuelta para volver a Liberio, por lo que dispondría de tiempo de sobra.

Una vez llegaron a su destino, un Reiner nervioso salió de la limusina, más o menos listo para lo que se le venía encima. En cuanto estuvo frente a la puerta, pico al timbre de la puerta. Entonces, la madre de Krista abrió la puerta, sorprendiéndose por la uniformidad de Reiner.

-Vaya, veo que has hecho los deberes eh... buenas noches Reiner.- dijo María alegre mientras Reiner intentaba reprimir sus nervios.

-Buenas noches señora Lenz... vengo a buscar a Krista.- dijo este algo nervioso, a lo que la mujer sonrió.

-Sí claro que has venido a eso... ya esta bajando las escaleras, espero que puedas soportarlo...

Reiner la miró confundido, pero en cuanto echó una mirada al interior de la casa, pudo ver a Krista por el pasillo con un vestido rojo que le llegaba hasta el suelo, casi como si se tratase del vestido de una novia, teniendo la mitad de su espalda al descubierto, mientras su largo y rubio cabello estaba atado por la mitas, posado sobre su hombro izquierdo. Reiner casi no podía ni creerse que fuera a ser la pareja de baila de algo tan perfecto.