Verla llorar, sin ninguna respuesta me hizo pensar por un pequeño instante que estaba cometiendo un error.
Me levanté y me acerque a ella, le quité las manos que tapaban sin misericordia su rostro, limpie sus lagrimas y no se de donde le dije todo lo que sentía.
Sabía que las mujeres que en los últimos años se habían acercado a mí, estaban interesadas en todo lo contrario a lo que Victoria veía en mi. Zara, por ejemplo, aunque declaraba que me amaba y que yo era "solamente suyo", en el fondo estaba segura que solo me necesitaba por las fotos que me hacía tomarle cada que íbamos a algún restaurante de renombre, un bar al que se accedía con reserva o algún club con membresía paga.
Muchas mujeres se acercaron a mí, por cuestiones monetarios, no por que hubiese algún sentimiento entre ambos. Al iniciar una nueva relación, siempre la veía como una nueva esperanza de que aquella persona viera en mí, mucho más de la fachada, sin embargo; y para mi fortuna, siempre termina con ellas, por las mismas cuestiones que ellas me buscaban a mi.
Exponía razones de poco nobles de mi parte, estratos sociales, poco afecto de mi parte, situaciones económicas, o mi última opción y poco diplomática de mi parte, un "No quiero estar mas contigo"; con esto me iba, y estaba totalmente seguro que nadie se atrevería a buscarme nuevamente.
Con todo por lo que había pasado en mente, declaré mi amor y cada sentimiento por ella en las pocas palabras que pude pensar. Su frase completo el discurso de amor, y terminamos sellando nuestro amor con un beso y él tan perfecto anillo en su mano.
No me fije que todos a nuestro alrededor estaban pendientes de cada movimiento como en un prestigioso partido de tenis, viendo a cada parte hacer su papel, para que al final todo fuera perfecto.
La cena con nuestros padres fue totalmente sorpresiva, ellos ya se conocian entre sí, pero estaba seguro que ninguno estaba seguro que algún día terminaremos juntos, y mucho menos planeando un matrimonio en 4 meses.
Mi mamá y mi hermana, se juntaron con Josefa, y mi hermosa futura esposa. En la habitación conjunta esta mi esposa, seguramente con aquellas mujeres "arreglándose", aunque para mi no necesitará nada más que su hermosa sonrisa.
Y yo estoy acomodando mi corbata frente al espejo, intentando que mi cabello se vea perfecto, que la camisa blanca no se ensucie con nada, y con el estómago lleno de mariposas para bajar en 10 Minutos y convertir a la mujer de mi vida, en Mi esposa.