Nuevamente su mascota había desaparecido, era la tercera vez esa semana que si linda y adorable Nontan desaparecía de su departamento sin que ella se diera cuenta y ya llevaba buscándola más de una hora.
Preocupada de que algo pudiera pasarle o alguien pudiera robársela salió a buscarla por los alrededores, claro, siendo la criatura más linda y adorable del mundo era imposible resistirse a ella y cualquiera podría intentar arrebatársela de su lado.
— ¡Nontan! —Llamó insistentemente pero nada, ninguna respuesta, había revisado toda la zona, solo quedaba un lugar.
El viejo templo que se encontraba de camino a su escuela era el único lugar donde aún no revisaba, esperaba que se encontrara jugando en ese lugar, después de todo a su pequeña mascota le encantan ese tipo de lugares.
— ¡Ericchi! —Escuchó frente a ella la voz preocupada de esa persona que no deseaba ver por nada del mundo.
Tojo Nozomi, presidenta del club de ocultismo, descarada, doble cara, mentirosa, traicionera y sobre todo arrogante; Nozomi pensaba lo mismo sobre ella.
Sus miradas se cruzaron y de inmediato la el desagrado se inyectó en sus ojos.
— ¿Se te perdió algo Tojo? —Tenía prisa por encontrar a su linda Nontan pero no perdería la oportunidad de burlarse de esa tonta.
— Lo mismo digo Ayase —Nuevamente esa expresión burlona en su cara.
— No tengo porque darte explicaciones.
— Yo tampoco —Comentó con calma — Ahora si me disculpas, tengo mejores cosas que hacer.
— Lo mismo digo.
La mirada retadora de ambas se profundizó cuando ambas colocaron un pie sobre las escaleras del templo, esa sola mirada bastó para que ambas de inmediato comenzaran una carrera por llegar primero a la cima.
— Gané —Ayase recuperaba el aliento.
— ¿Estás ciega rubia? Claramente gané yo —Refutó Nozomi.
— Tanta basura sobrenatural ya te dañó el cerebro.
— Repite eso segundo puesto.
Estaban por comenzar una pelea pero un sonido entre los arbustos del templó llamó su atención.
Acercándose lentamente, la rubia ocultándose tras Nozomi, buscaban el origen de esos sonidos.
— ¿Miedo? —Comentó con burla la creyente de lo sobrenatural.
— P-para nada —Intentó sonar convincente.
Cuando por fin estuvieron lo suficientemente cerca encontraron a dos pequeñas criaturas humanoides con colas y orejas de animal, una de ellas similares a un zorro rubio y la otra a un mapache, lo curioso era el gran parecido físico entre ambas chicas humanas; la diferencia era que estas parecían llevarse bastante bien ya que se encontraban sentadas y abrazadas mientras se acariciaban usando solo sus cabezas frotándolas una contra la otra incluso sus colas estaban enroscadas.
Sin duda un tierno espectáculo que cualquiera no dudaría en tratar de inmortalizarlo con una fotografía, cualquiera que no fueran sus dueñas claro.
— ¡Nontan! —Gritó la rubia molesta separándola bruscamente de la otra.
La pobre criatura chillaba intentando ir con la pequeña kitsune.
— ¿Qué demonios te pasa loca? —Reclamó Nozomi tomando a su mascota en brazos — ¿Estás bien Ericchi? —Acarició a su rubia criatura quien también intentaba ir con la tanuki.
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Kitsunemeo y Tanulieta
FanfictionTojo Nozomi y Ayase Eli son enemigas mortales, pero por otro lado, sus tiernas mascotas son otra historia. La referencia del título es más que obvia.