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-Detenlo- Grita el director, hacia el profesor de literatura.                                                                                                                                                                                                                                                                                    Edward seguía atónito, tras el repentino golpe dirigido hacia el.

-4 HORAS ANTES LUNES-

//RING//RING// 

Suena la alarma nuevamente, como todos los días.                                                                                            Sin duda Edward quería silenciar el maldito reloj, lo único que disfrutaba eran los sueños lo hacían escapar de la realidad, y ahora su maldita condena volvía y volvía como todas las mañanas.    

-Mie...da- Dijo somnoliento, y se levanto como cualquier día.

Se empapo de agua como de costumbre con la esperanza de que fuera un día diferente, pero a quien engañaba, en su vida nunca pasaba nada extraordinaria; se dirigió a su trabajo pensando en que tenía que volver a cuidar a esos malcriados estudiantes, que lo sacaban de sus casillas; lo único que lo animaba era pensar en que pronto se iría con Syrah a Nueva Zelanda y así por fin cambiar su vida.

Llego a la prestigiosa escuela de San Sebastian Brains, ya que la mayoría de maestros desearía  estar en su lugar, el era solamente un maestro más de literatura, que solo estaba allí, aún sabiendo que ganaba un salario mínimo a comparación de  sus compañeros; pero esto lo hacía para su propia distracción, más no porque sintiera que tuviese un deber con el compromiso...


-¡Mierda!¡Papá estas hablando enserio!- Cualquiera hubiese pensado, que su garganta explotaría.

-¿Crees que bromearía con estas cosas?- Contesto su padre seriamente 

-Acaso quieres ver a un hombre diferente todas las tardes saliendo de mi recamara, ¡Es una maldita escuela de hombres!, y bien sabes que soy gay- Dijo Sam White con una voz irritada- ¿Quieres ver una erección en mi cada vez que pase un hombre al lado mio para comprobarlo?

Su padre hizo una mueca de fastidio.

-Así no se habla en mi caso, podrás gritar a los cuatro vientos que eres un maricón, pero mientras vivas bajo mi techo, esta es mi casa y aquí se cumplen mis reglas-

Wild hearts🖤Where stories live. Discover now