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Ir al doctor nunca me había parecido una pésima idea hasta ahora.

Saco las llaves del coche de mi chamarra torpemente, ellas se caen e irritado las recojo, nuevamente intento abrir la puerta del carro y simplemente no puedo hacerlo.

Sintiéndome hundido, lo único que hago es aventar las llaves contra el coche, golpear de una patada la puerta y quedarme ahí recargado contra mi carro.

Después de estar en el consultorio y ver como mi doctor se follaba a la enfermera justo a lado de mí, no sabía que otra cosa podía pasarme.
Me resultaba increíble que prácticamente lo había convencido de hacerme una cirugía y quitarme los cuernos porque para él eran calientes; y tal vez tendría más ligues, lo siguiente que pasó fue que entre en un sueño profundo, desperté, el doctor estaba follando a su ayudante y yo continuaba con los cuernos en mi frente.

"¡Te pregunté si podía follarla, me dijiste que sí"

—¡¿En qué momento dije eso?! ¡Estaba dormido!— el doctor continuaba asaltando satisfactoriamente la vagina de la chica, ella simplemente gemía.

"¡Pues lo hiciste! ¡Oh! ¡Te dije que tenía ganas de follarme a mi enfermera y me dijiste que sí... Díos, casi, ya casi!".

Y había sido la conversación más extraña.

Más tranquilo me volví para recoger las llaves y entrar a mi carro, pero el coche de fotógrafos, periodistas que siempre me seguían salieron rápidamente de la camioneta y se acercaron no lo suficiente cuando vieron que otra camioneta más abría sus puertas y varios hombres junto con mujeres se bajaban con palos, bates y piedras, sencillamente genial.

—¿Qué haces por aquí? ¿Disfrutando de tu libertad? No será por mucho tiempo, maldito asesino— hasta cierto punto estaba agradecido porque había personas que lo querían mucho, algunos rayando la locura, pero era normal, Jimin siempre se dejó querer, tenía un don.

—Bueno, creo que hasta alguien como yo se siente enfermo y necesita ir al doctor.— alce la mano diciéndole que se alejen, abrí la puerta para largarme de una vez. El cristal de atrás estalló, avente de un portazo la puerta y caminé a mirar el desastre de vidrios que había en el piso. —¡Pero qué maldita sea les sucede! ¡¿Están locos?!

—¡La policía continúa sin hacer nada, nosotros haremos lo que debemos hacer!— la gente gritó "¡Sí!" Aceptando la conmoción.

—Ya callense, porque mejor no se golpean ustedes y a mí me dejan en paz—

Tan extraño como parezca, la gente me hizo caso, comenzó a golpearse entre sí con todo lo que tenían. Voltee a ver a los camarógrafos y los demás cuando gritaron insultando que era una especie de brujo —¿Qué esperan ustedes? Hey, los de allá, también denle duro a los de acá. Mátense entre ustedes.

Me alce de hombros, caminé nuevamente hasta mi coche, viendo bastante cansado a la policía que se acercaba a mí —¿A dónde cree que va? Queda usted detenido.

—No lo creo— abrí la puerta, el hombre la tomó y el otro se colocó detrás de mí.

—Usted viene con nosotros.

—¿Con qué motivo? Mejor en lugar de a mí ¿Por qué no detienen el revuelo de allá?—El policía miró y realmente se notaba que no le importaba demasiado.

—Probablemente usted tiene que ver, deberá venir con nosotros. Póngale las esposas.

—¿Sí? Pues no, no lo va hacer. —Y se detuvo el hombre —¿Por qué no me dejan irme y ustedes pueden hablarse de lo mucho que les gusta la compañía del otro?

Liibera tus demonios «Yoonmin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora