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Capítulo 1


Ya era mi última clase y por fin saldría de vacaciones, al fin me entregaron mi promedio del semestre y ya era feliz. Está clase no era complicada, recibí mi calificación y cuando ya estaba a punto de irme escuché a mi amiga gritar como loca.

— ¡Andrea... Espera! – me detuve y vi que venía corriendo casi con el corazón saliendo. Rei al verla así – ¿Por qué no me esperas?

— Pensé que tardarías

— Me vengo muriendo

— Yo no te dije que corrieras

— Perdón por querer despedirme de mi amiga

— Ash ya vámonos – y así me fui con ella despidiéndome de la escuela por un mes.

Sandra siempre había sido una buena amiga en este lugar. La universidad no era mi mejor lugar, tenía bastantes problemas y en todos los sentidos pero eso que importaba cuando ya me voy y estoy a casi nada de graduarme. Sandra vive muy lejos de donde yo pero a veces no dudo en acompañarla, la conocí entrando a la universidad. Siempre ha demostrado ser una buena persona conmigo aunque sea una fiera con los demás, nunca he tenido un problema con ella.
Hoy decidí irla a dejar.
Su madre también ha sido buena conmigo así que nunca me he sentido fuera del círculo cuando voy con ella.


— ¿No quieres pasar? – me dice cuando nos ve llegar

— Ay señora, me da mucha pena siempre que vengo me invita a pasar – le digo

— ¿Y? No veo ningún problema, ¿O te aburre estar aquí?

— Para nada – sonrío – está bien, entraré solo porque es el último día que veo a Sandra

— Puedes venir cuando quieras en vacaciones – insiste

— Vamos a comer mamá – dice Sandra

— Está bien, ya me voy a trabajar, se cuidan niñas.

La señora se despidió muy amable. Era la última vez que la estaba viendo en este año.
Sandra preparó algo de comer mientras nos poníamos a hacer la tarea que nos encargaron para enero. Era muy inteligente y gracias a ella lograban salir muchas cosas. La comida se pasó entre risas y bromas, hace mucho tiempo que no me sentía tan ligera al hablar con alguien y contar el chiste más estúpido sobre la tierra para después reír hasta que las lágrimas salieran. No supe cuanto tiempo pasó solo me di cuenta que ya era noche, entonces tuve que despedirme. El lugar donde ella vivía es un poco peligroso y para llegar al metro lo era aún más.

— Ya es demasiado tarde así que ya me tengo que ir. Tu barrio es peligroso – le digo riendo

— Dile a tu novio que venga por tí. Que sirva de algo

— Ya hizo mucho con hacernos la tarea eh

— Ah sabes que es broma, es un gran hombre. Siempre lo diré, te envidio por ese hombre eh

— Luego lo sigues llenando de elogios, ya me tengo que ir – río

— Te dejo en el metro

— Bueno

De ahí, seguimos riendo como locas mientras íbamos de camino, ella era increíble.
Cuando llegamos al metro, ella se despidió de mí como si ya nunca me fuera a volver a ver.

Por Siempre TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora