I can't sleep ~ Vkook

Parte 12

Todavía no creía el hecho de habérsele confesado a su hyung anoche y que hoy después de tanto tiempo queriendo conocerlo en persona iba a poder verlo. Los nervios lo carcomían y su corazón no dejaba de latir de manera irregular contra su pecho dificultándole a veces el respirar, estaba tan ansioso que en la escuela no paraba de llevar sus dedos a su boca tratando de suavizar un poco las corrientes eléctricas que le recorrían el cuerpo de manera descontrolada. Para su suerte, las clases terminaron antes de lo imprevisto e iba a tener casi cuatro horas para arreglarse para el encuentro con su hyung.

Llegó a su departamento y como flecha soltó su mochila antes de tomar camino al baño, el olor del gel de baño con olor a rosa mosqueta inundaba sus fosas nasales en lo que pasaba la esponja por su cuerpo para después dejar que la tibia agua de la regadera hiciera el resto del trabajo. Salió envuelto en una toalla y se dirigió sonriente al closet mientras observaba toda su ropa indeciso sobre que lo haría ver más guapo ante su hyung, habían quedado de verse en el parque cercano al río Han y hoy el día estaba agradable así que se decidió por unos jeans azul marino y una camisa blanca que le quedaba un poco ancha pero que combinaba a la perfección con sus timberlake color cafés y el resto del atuendo. A penas terminó de vestirse cambió los pircing de sus orejas por unos que combinaran. Luego de esto se secó su pelo color azabache y dejó caer su flequillo sobre su frente para después delinear un poco sus ojos. Ya estaba listo, pero los nervios seguían haciéndose presente a penas el reloj avanzaba indicándole que faltaba poco para su encuentro con aquel chico del que nunca se imaginó quedaría enamorado, porque sin saber su aspecto se enamoró de aquel muchacho que día tras día había prometido sacarle una sonrisa y con el que se sentía tan en confianza como si ya se conocieran de años. Quería tocarlo, quería sentirse entre sus brazos y que no lo soltara jamás. Pero la incertidumbre de pensar en  alguna posibilidad de ser rechazado hacía su pecho doler.

Así que sin pensarlo dos veces y antes de que sus nervios siguieran traicionándolo cruzó el umbral de la puerta para encaminarse a aquel parque, aquel parque que también le hacía tener buenos recuerdos junto a sus padres cuando era pequeño y que según decía la abuela lo llevaban a ver el gran río y a jugar sobre el agradable césped. Tomó un taxi hasta allí y una vez llegó sintió una agradable brisa que lo hizo sonreír por lo bajo mientras se acercaba al barandal que separaba aquel río del grande parque a su alrededor, que parecía solo estar cubierto de personas sonrientes y que por algún motivo estaban felices de la misma forma que se encontraba Jungkook,pero añadiéndole un sentimiento extra en su interior que solo el sentía mientras esperaba mirando al frente donde pequeñas embarcaciones cruzaban las claras aguas de un extremo a otro. Había llegado a la hora exacta, así que supuso que su hyung estaría al llegar.  Pero pasaran unos diez, treinta minutos y nada. Empezó a sentirse más nervioso cuando los minutos seguían pasando y su hyung no aparecía, sus manos comenzaron a temblar inconscientemente y tenía miedo de haberse ilusionado y que Taehyung no llegara. Al mismo tiempo que empezó a jugar con el borde de su camiseta intentando disipar los nervios en lo que trataba que su corazón se estabilizara ; hasta que sintió unas manos cálidas cubrir sus ojos y sin pensarlo una pequeña sonrisa salió de sus labios al escuchar su voz susurrándole casi al oído,  haciendo que todos los bellos de su cuerpo se herizaran y que su órgano vital volviera a descontrolarse al voltearse y que su mirada se conectara con aquellos ojos avellanas.

-Por fin puedo conocerte,mi conejito -

                              [💓]

Taehyung una vez salió de la universidad acompañado de su mejor amigo Hoseok fue directo a su departamento. No podía negar no sentirse nervioso y más cuando recién ayer se había enterado de los sentimientos de Jungkook y que él también compartía pero quería confesarselos cara a cara, quería ya ver al chico inocente y a veces tímido que intentaba imaginarse en sueños, a ese conejito que ya creía como suyo y que era el responsable de aquel sentimiento indescriptible y que su corazón no controlaba hace ya algunos meses atrás que por pura curiosidad había conocido a través de mensajes que día a día lo llenaban de felicidad, esa que tanto tiempo había deseado tener.

Quería sobre todo conocer en persona a aquel chico que lo hizo creer en el amor cuando hasta él ni siquiera pensaba que existía.

Después de ducharse y vestirse mientras caminaba de un lado a otro por la habitación bajo la atenta mirada y constantes bromas de Hoseok decidió sentarse un momento a su lado en la cama para tomar aire e intentar calmar los desenfrenados latidos de su corazón.

-Estoy muy nervioso Hobie y si cuando me conozca ya no le gusto-

-Estás loco alien, no piensen en esas cosas. Claro que le seguirás gustando a ese chico o más bien a tu querido y amado conejito - decía su amigo poniéndolo más acentuación a la palabra. 

-Ya deja de bromas Hoseok, acaso no ves que está apunto de darme un infarto ¿o es normal que los corazones latan de la forma que lo hace el mío en mi pecho. - decía el de piel acaramelada sosteniendo su pecho al mismo tiempo que sentía el latir de su corazón.

-¿Te digo algo que te sirva de consuelo? . Estás jodidamente enamorado de ese chico hermano porque tu fetiche con ese niño no es broma -

-No es fetiche.. y sí, lo estoy Hoseok.  No sabes cuánto había soñado con conocerlo - confiesa el pelirrojo.

-Eso lo sé yo más que nadie, pero tienes que calmarte un poco.. enserio si sigues así va a darte un infarto -

-Nunca me había sentido así Hoseok, tengo miedo de no ser lo que él busca o decepcionarlo -

-No decepcionarás a nadie, no ves que eres tremendamente guapo hombre. Tienes a media universidad a tus pies,  ya verás como tu conejito te pedirá que lo folles hoy mismo -

-Ya deja de tonteras Hoseok, Jungkookie es.. es diferente -

-Pero ya para de dar vueltas como un trompo y sal de una vez a verlo que ya es tarde. Si se va te arrepentirás y después no quiero llanto V -

-Ya han pasado casi veinte minutos.. ¿Y si ya se fue? Tengo miedo Hoseok - decía aterrado mientras mordía mi labio inferior.

-Sal de una vez antes de que te patee el trasero - me dice mi amigo empujándome hacia afuera.

-T-tengo que darme prisa, tengo que verlo tiene que ser hoy -

Y sin más salí corriendo de allí hasta esperar a que pasara un taxi y me dejara en el parque que habíamos acordado.¿ Pero por qué demoraba tanto?

Me estaba volviendo a morir de los nervios hasta que por fin consigo que me lleven. Miraba cada minuto al reloj sobre mi muñeca en lo que trataba de acomodar mi desordenado cabello rojizo y los temblores que sentía en mi cuerpo. Mi conejito no podía irse sin que lo viera, necesitaba tenerlo frente a mí, quería escuchar de cerca esa hermosa sonrisa y linda voz de la que me encontraba enamorado como un loco. Así que me apresure más al salir del auto que me dejó enfrente del grande parque pudiendo ya sentir otro aire debido al río que se encontraba bastante cerca.  Camino un poco inconscientemente volviendo a agarrar mi labio entre mis dientes hasta llegar a dónde habíamos acordado encontrarnos,y ahí lo vi a él. Mi corazón parecía haberse detenido por un momento cuando lo vi, tan hermoso como me lo imaginaba o incluso más a pesar de ahora estar viéndolo de espaldas. Ya me moría por ver más de cerca su linda carita, entonces me fui acercando lentamente llegando a él y poco a poco. Mis nervios se fueron esfumando hasta que en un movimiento tapé con mis manos sus ojitos, podía sentirlo sonreír.

-Por fin puedo conocerte, mi conejito - le susurré al oído antes de retirar mis manos lentamente de sus ojos y tenerlo frente a frente deslumbrándome con sus iris color azabaches al igual que su cabello que caía preciosamente sobre su frente. Su rostro delicado y a la vez hermoso mientras me seguía sonriendo con esos dientecitos de conejito.Porque sí,  parecía un adorable conejito, al mismo tiempo que nuestras miradas seguían conectadas y apreciaba el lindo rubor que se iba formando en sus mejillas.

Allí confirmé otra vez que estaba irremediablemente enamorado de él.