Los días pasaban y esos dos chicos seguían hablando por mensajes escritos en papeles. Uno de esos días Jisung encontró al señor Zhong, le pregunto por Chenle y el señor sólo le dio una mirada de confusión.
La noche había llegado nuevamente, pero está era más oscura. Se asomó a la ventana y espero a que el chico de al frente también lo hiciera. Pero no fue así, estuvo esperando por horas hasta que a las cuatro y veinte de la madrugada las luces de la casa de al frente se encendieran, el teléfono de su casa comenzó a sonar y el señor Zhong salió de su casa. Se veía preocupado hablando por teléfono. La puerta de su habitación se abrió dejando ver a su padre. Todo pasaba tan rápido, ¿Qué estava pasando?.
El hombre camino hasta él y cerró las cortinas, lo tomó de la mano y lo llevo hasta la cama.
-Quédate aquí y no mires a la ventana, prometelo- Jisung asintió, su padre le dio un beso en la frente y salió casi corriendo de la habitación. Claro que no se quedaría ahí sentado, quería saber que pasaba. ¿Por qué Chenle esa noche no se asomó a la ventana? ¿Por qué las luces de la casa de los Zhong se prendieron a las cuatro y veinte de la madrugada? ¿Por qué sonó el teléfono de su casa? ¿Por qué daba la casualidad de que el señor Zhong hablaba preocupado por teléfono segundos después de que el de su casa sonará? ¿Por qué su padre le pediría que no mirará por la ventana?.
Se levantó de la cama con el ceño fruncido, abrió sólo un poquito la cortina para que no lo notarán. Vio a sus dos padres y a los tíos de Chenle, los tres hablaban mientras la señora lloraba. De pronto las luces azul y roja de la ambulancia estavan al frente de su casa. Rápido salió de su habitación y corrió fuera de la casa, vio a sus padres pero estos no lo vieron a él. Vio como los enfermeros salían con una camilla y un cuerpo arriba de está, se acercó un poco más y pudo ver que era Chenle, ambos hicieron contacto visual y este le sonrió. Jisung lo único que pudo hacer fue verlo con preocupación y correr hasta él.
-¡Hijo no!- grito su padre intentando detenerlo, pero no lo logró.
-¿Qué pasó?- dijo con lágrimas en sus ojos.
-Joven apartese- uno de los enfermeros le dio un pequeño empujón para que dejará pasar la camilla, estos subieron a la ambulancia con Chenle.
Miro a los señores Zhong y luego a sus padres, luego como la ambulancia se marchaba con Chenle.
-Hijo van con papá, te lo explicaré- su padre camino hasta el y lo llevó dentro de la casa. -Siéntate pequeño- dio golpecitos en el sofa. Jisung hizo caso, quería saber que le paso a Chenle. -Seré sincero contigo hijo, creo que ya estas mayor para saber estas cosas- hablo tomando las manos de su hijo.
-El hijo de los Zhong... él quiso quitarse la vida- Jisung abrió grande sus ojos al escuchar las palabras de su padre.
-¿Por qué? Mientes... la noche pasada hablamos y él me dijo que estava muy feliz- sus ojos picaron y las lágrimas no se hicieron esperar. -Chenle es mi amigo papá, él es feliz... él no haría esas cosas- se tiro a los brazos de su padre para que este lo consolara.
-Hijo todos los seres humanos mostramos cosas que no somos, al menos la mayoría lo hacemos así- acarició el cabello de su pequeño. -Ese niño sufrió mucho estos años, te quiero decir algo... quiero que seas fuerte, tienes que saber que Chenle tal vez no vuelva a asomarse en su ventana- al hombre le partió el corazón el llanto de su hijo que se hizo más fuerte y ruidoso cuando él termino la oración.
-Qui-quiero ir a-al hospital con él papá p-por favor- sollozaba en chico.
-Está bien hijo iremos-.
-×-
Los días pasaban, Jisung todos los días iba a visitar a Chenle.
Lo veía acostado en esa camilla, con los ojos cerrados y tan sereno, le dolía verlo ahí. Quería verlo en su ventana a través del cristal, escribiendo papeles y sonriendo. Recordó algunas de sus conversaciones.
"Jisung"
"Si?"
"Me gusta cuando sonríes"
"Gracias, Chenle"
"Si?"
"Me gusta ver tu sonrisa"
Sonreía mientras tomaba la mano del chico.
"Jisung"
"Si?"
"Cuando seamos grandes... ¿podemos vivir juntos?"
"Claro"
Dicen que los ojos son la ventana al alma.
