Cambio de Cuerpos || MYG+KTH ||

Demasiado tarde

Era una mañana tranquila de verano cuando los rayos de luz del Sol se colaron entre las cortinas de la habitación. Los pajaros cotorreaban incesantemente melodías para saludar al astro mayor asomandose por sobre el techo de las casas, despertando a YoonGi de su placido sueño.

Se removió perezosamente entre sus arremolinadas sábanas, sin mucho interés de levantarse aún, lanzando quejidos de sueño, mientras se despabilaba lentamente.

Finalmente, se dispuso a salir de su cama, debía ir a la universidad temprano aquel día y quería sentarse a tomar su desayuno tranquilo, pues odiaba comer a las apuradas.

Sin embargo, una vez que se puso de pie, sintió algo extraño en toda su anatomía.

Se palpó el torso sintiendose extraño, una sensación de no pertener a su propio cuerpo lo inundaba. Se auto observó para encontrarse con que su pijama estaba algo recojida, como si ahora le quedara dos tallas más grande. Dirigió su vista a sus manos y pies descalzos y se sorprendió de notar lo bronceada que se veía ahora el tono de su piel ¿acaso estaba enfermo de algo y esto era un síntoma?

Se apresuró a dirigirse al espejo de cuerpo completo en su habitación para comprobar el estado de su rostro. Pero en lugar de su propio reflejo, se encontró frente a una persona completamente desconocida.

Lanzó un pequeño grito de susto al tiempo que se hacía para atrás.

¿Eso era un fantasma? Se preguntó.

Pero se dió cuenta de que la persona del espejo imitó sus acciones. Ante aquello frunció el entrecejo en confusión, notando que volvía a ocurrir lo mismo, ese chico lo imitaba.

Movió ambas manos una y otra vez, tratando de engañarlo, pero ahora estaba más que claro que no había otra persona en el espejo, sino que ese chico era su reflejo.

Se acercó con cautela para apreciar mejor a ese rostro que nunca antes había visto en su vida. Era un rostro de rasgos faciales finos y varoniles al mismo tiempo, cejas pobladas, labios suaves, nariz bien perfilada con un adorable lunar en la punta de ésta, y de hecho tenía más de aquellos lunares, uno en la mejilla y otro en la línea del lagrimal de uno de sus ojos.

Sus ojos...

Eran unos ojos inusualmente amplios para ser que tenía mono párpado como la mayoría de los asiáticos. YoonGi se preguntaba si podía verle el alma a las personas a travez de aquellos profundos y puros estanques espejados.

Miró sus propias manos una vez más y se las llevó a su cara, palpando y comprobando que en efecto sí era real, ese bello chico era él.

¿Acaso dijo bello chico?

YoonGi sacudió su cabeza y salió de su habitación para reunirse con sus compañeros de piso, Namjoon y Hoseok. Ambos compartían el pago del alquiler de un departamento en la ciudad de Seul junto con él, pues estaban estudiando lejos de sus ciudades natales y cuanto más pudieran ahorrar, mejor.

-Hola, Hyung ¿Cómo amane...

Namjoon se detuvo de su labor de preparar su desayuno cuando al voltear a ver a su compañero tras oír sus pasos, se encontró a otra persona.

-¿Quién eres?

-Soy yo, YoonGi.

Respondió con simpleza el mayor, y tras tratar de calmar al otro, que estalló en paranoía creyendo que era un delincuente, y de ser sometido a un exhaustivo interrogatorio que fué desde preguntas tales como su nombre y apellido, hasta el color de sus calzoncillos, Namjoon terminó de convencerse de que realmente ese chico alto y moreno -todo lo contrario a YoonGi- realmente era YoonGi.

-Esta bien, pero ¿Cuál es mi película de adultos favo-

-¡Ya basta de preguntas, Nam! Soy YoonGi, soy malditamente YoonGi, y necesito saber qué me ocurre.

Namjoon lo observó por todas partes y estiró sus mejillas para cerciorarse de que no era una mascara. No lo era, por cierto.

-¿Dices que amaneciste así, de la nada? -Preguntó y YoonGi asintió -Esto es mágico, tiene que estar relacionado con tu alma gemela.

En el mundo, las personas están predestinadas a estar con su alma gemela. El universo se encarga de concederle su alma gemela a cada persona cuando ésta cumple la mayoría de edad, es decir a los diesiocho años. Y mientras estas almas no se encuentren aún, sufren cambios físicos que corresponden a un intercambio de características entre ellos, que les ayuda a tener una pista de cómo reconocer a su alma gemela y así poder estar juntos.

-Imposible, no puede ser mi alma gemela. Yo no tengo alma gemela.

-YoonGi...

-Ya tengo veinte años, y cuando tuve diesiocho quedó claro que el universo se olvidó de mí.

YoonGi recuerda aquella vez que al cumplir su mayoría de edad, tanto él como sus amigos esperaban su tan esperado cambio. A Jin le había cambiado el color de cabello cuando ocurrió, entonces a YoonGi todo ese asunto le emocionaba mucho, aparte de que encontraría a la persona a la que estaba predestinado, eso era un momento importante para todos.

Sin embargo el cambio jamás ocurrió y ante eso YoonGi se desilusionó. Se sintió olvidado y solo. Y desde entonces algo le quedó claro, las almas gemelas no existen para todos. Algunas personas están destinadas a la soledad.

-No seas así YoonGi, tal vez le tomó más tiempo manifestarse pero aquí está. Y la conexión parece ser muy fuerte porque ya no hay ni un mínimo rastro de YoonGi, eres literalmente otro chico. Y uno muy apuesto, si me lo permites.

-¡No lo mires!

YoonGi no pudo evitar cubrirse el rostro y voltear, provocando la risa de Namjoon.

¿Por qué tan posesivo de repente? Ni siquiera tendría que, su alma gemela lo olvidó por dos años y ahora se viene a acordar de él. No se merecía que YoonGi lo quisiera ahora.

-Con esto será más fácil de encontrar, tienes suerte YoonGi. Hoseok y yo intercambiamos nuestros hoyuelos y fué más complicado.

-No quiero encontrarla.

-¿Por qué?

-Me abandonó ¿y ahora quiere que le de las gracias porque se acordó de mí?

-Debe haber tenido sus razones.

-Si es mi alma gemela debió manifestarse de inmediato. Hoseok y tú cambiaron al mismo tiempo y mira, están juntos y son felices ¿Por qué no hizo lo mismo? Te voy a responder, porque no me quiere.

Namjoon no pudo contrarrestarlo, pues había un capítulo en el gran libro sobre almas gemelas que decía que si alguien se negaba a recibir en su corazón a su alma gemela, podía rechazarla. Esto era algo que le convenía a las personas que antes de sufrir el cambio, se enamoraba de otra persona y no estaba dispuesta a renunciar a ella. Les daba la opción de elegir y no ser sometidas a estar con alguien que no escogieron por si mismas.

Mientras tanto, en alguna otra parte de la ciudad, un adolescente que acababa de cumplir los diesiocho años, se despertó con la mejor noticia de su vida y la que más había estado esperando. Su alma gemela se había manifestado, y no sólo eso, tenía la suerte de haber tenido una conversión completa, y el chico que vió frente al espejo era el más lindo que jamás había visto. Y anhelaba con todo su corazón, llegar a encontrarlo pronto.

 

 
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Me iba sacar un voleto a Disney con esta historia
Pero me arrepentí
Creo que me siento más cómoda escribiendo cosas lindas

Había escrito esto para la TAEGIWEEK18 pero pasaron cosas y no pude publicarlo a tiempo
Corresponde al día 05. Magic Shop (Cambio de cuerpos) y al día 06. Serendipity (Almas gemelas)