Capitulo 5

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Narra Vanessa:

No sacaba mi vista del reloj, solo queria salir e ir con Carol a tatuarme o algo por el estilo. Me gusta hacerme tatuajes, aunque no me he hecho uno real solo los que se ponen con agua.

Miraba el reloj, quedaba un minuto, pero el director llegó.

- Alumnos, tengo el honor de anunciarle que hoy, ha llegado un alumno nuevo a nuestra escuela- miró hacia la puerta - pasa hijo.

Oh, no.

Ese chico fue mi vecino, eramos esos chicos que dejaba la embarrada, algo haci como el demonio de tasmania.

- Bien - dijo el director - sientate, donde quieras.

Por suerte a mi lado estaba Carol, ese chico me va a traer problemas.

Tocaron el timbre, me paré rápido y fui a mi casillero.

Deje todas mis cosas y me largué.

Carol iba detras mio.

- Vane, ¿A donde vamos?.

- Donde mi tio Lucas.

- Ah, ¿Te vas a tatuar?

- Y a perforar.

Me encontraran loca, pero amo los tatuajes y los pircing, me importa una mierda si a los demás les molesta o no.

Luego de media hora caminando llegamos donde mi tio Lucas, era como un padre para mí.

- Vane, mi pequeña, ¿Que haces por acá?

- Vengo a... ya tu sabes - le guiñe el ojo.

Asintío con la cabeza.

Entramos junto a Carol. Carol me ha dicho que siempre ha querido tatuarse, esta es su oportunidad.

- Bien Vane ¿Que hago con tu cuerpo?

Reí.

- Quiero un tatuaje y un pircing.

- Bien, ¿Que quieres primero?

- Lo menos doloroso.

Lucas trajo una aguja con unas pinzas.

-¿En donde el pircing?

Saqué la lengua, puso cara de horror.

- Uff, no llores si te duele- Dijo Lucas.

- Amiga eso te va a doler y mucho.

- Callensé, solo perforame luego.

Las pinzas me apretaban y mucho ¡que dolor!

Veía como una aguja de acercaba a mi lengua, cerré los ojos, sentí la aguja en mi lengua, mi tio iba apretando cada vez más la aguja, me dolio y ¡mucho!, sentí un ruido, al parecer paso todas las capas, definitivamente no les recomiendo un pircing en la lengua.

Abrí los ojos, mi tio me dio la oportunidad de escoger el pircing, había uno que tenía la hoja de la marihuana, ¡perfecto!, la escogí, mi tio separo las bolitas y me la puso eso ¡dolió el doble!, a mí no más me gusta sufrir.

Mi tio me pasa un espejo para ver ¡Wow! quedó super hermoso.

Me despedí de mi Tio y me fui, Carol se fue con su madre.

Llegé a casa, abrí la puerta y en el sofá estaba Diego con una de mi hermanastra, mi madrastra no estaba ¡bien! podre hacer lo que quiera.

-¡Hermanita!- grito mi hermanastra- empieza a moverte y traeme un vaso de jugo, de hecho dos.

- Vete a la mierda - grite mientras subía las escalera.

- Le diré a mamá - dijo mi hermanastra.

No le dí importancia y le levanté el dedo del medio.

- Jodete maldita hija de puta - grito mi hermanastra.

Oh, no a mi madre nadie le dice puta.

Bajé las escaleras y llegé a donde estaba ella con Diego.

-¡Callate maldito ser mal parido!- dije a mi hermanastra mientras la agarraba del cuello.

-¡Sueltame!

- Jodete en el maldito infierno, maldito fenómeno, nadie te quiere ni siquiera Diego, maldita bastarda, grandicima idiota, pedazo de escória!- grité, saqué toda mi furia.

- Estúpida, tu madre esta muerta, tu mamá era una puta.

No soporte más. La agarré del cuello y la deje colgando.

-¡Bajame!- decía.

-¡NO!, ¡Ahora escuchame maldita hija de puta, tu mamá será una perra pero mi madre era una persona respetable no como la tuya que ni siquiera la sopórta el panadero de la esquina!, ¡Asi que, cierras tu maldito pico! o ¡Yo misma te lo empiezo a cocer con hilo negro! , ¡¿Te quedó claro o te hago un puto dibujito?!

Asintío con la cabeza.

Baje a mi hermana y justo abrieron la puerta pero no era mi madrastra era otra persona...

La CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora