Hola chicas, que tal buenas tardes. Hace mucho que está historia concluyó pero hoy en twitter hablando de fics me he acordado de que tenía esto aquí escrito. Algunas personas ya lo han leído, pero me gustaría compartirlo con todas vosotras. Es un final alternativo, y, aunque en su momento pensé que este sería el final adecuado a data historia, ahora, tiempo después, creo que lo que escribí y publique en su día es lo que merecían mis dos protagonistas.
Aún así, aquí os dejo la otra cara de la moneda, el universo paralelo donde, por suerte o desgracia, no todo salió bien.
Gracias de corazón por haber leído esta historia en su día ❤️❤️❤️. Os quiero.
Trigger warning de muerte de personaje principal.
All the stars we steal from the nightsky would never be enough
La parte más triste de la vida es decirle adiós a alguien con quien junto a quien desearías pasar toda una vida.
Agoney llegó corriendo al lado de Raoul, seguido muy de cerca por Freyja y Sam, y se tiró prácticamente a los pies de la cama donde descansaba Raoul y en donde aún estaba apoyada Mireya.
—Raoul, Raoul mi niño— le tocó la frente y la tenía caliente. Fiebre. Recordó las palabras de Mireya sobre la fiebre y la infección, por lo que le quitó con cuidado los vendajes para obervar el estado de las heridas, pero estaban perfectamente.
—¿Qué ocurre Ago?
—Tiene fiebre, pero no...No veo la herida en mal estado, no se...No se Freyja...
—¿Puede que el problema sea...Interno? — sugirió Sam acercándose a su primo— ¿Y si tiene una herida grave que no hemos podido ver?
—No creo Sam, estaría muerto ya, se habría desangrado— respondió Freyja.
Agoney se desentendió de la conversación de los dos centrándose en Raoul. Cogió un paño y lo humedeció con agua fría, colocándoselo en la frente para intentar bajar un poco su temperatura corporal. Pero no podía evitar pensar que esta vez... Esta vez Raoul no iba a sobrevivir.
¿Para que le salvaste Freya, si me lo vas a quitar igualmente?
Notó como su amiga posó una mano en su hombro, haciendo que girase la mirada para mirarla. Freyja le sonrió como si...Como si supiera exactamente lo que había pensado.
—Te dio tiempo ¿Eso la pediste verdad? Más tiempo con Raoul, y te lo ha concedido.
—No es suficiente, no es suficiente. No puedo despedirme de él, no puedo.
Freyja puso su mano en su corazón— No tienes que despedirte, él siempre estará contigo en cada paso que des, en cada respiración y en cada latido de tu corazón. Una persona nunca muere mientras alguien la recuerde.
Agoney no contestó, simplemente dejó que las lágrimas corrieran por sus mejillas, y fue su amiga quien se las secó.
—No puedo— volvió a repetir.
—Ago— escuchó como la voz de Raoul le llamaba. Volcó toda su atención en él.
—Raoul, hey, cariño como estás.
—Tengo frío. ¿Enciendes la chimenea o algo?
¿Frío? Pero si está ardiendo. Pero aún así no pudo llevarle la contraria en ese momento.
—Claro, ahora...Ahora la enciendo.
Raoul abrió los ojos cansados y le miró, y Agoney quiso morirse por que posiblemente sería la última vez que esos ojos le mirasen.
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El Norte | Ragoney
Ficción históricaÉl era el caos y todo en él gritaba peligro. pero su sonrisa ¿cómo no me iba a enamorar de su sonrisa? a.u. vikings