Capítulo 11

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—¿Park Jimin? —el chico frente a mi se había entregado a mi en bandeja de plata.

Su labio temblaba, no sabía con exactitud si ese era el tono de su piel, pero podría notar incluso a la distancia, que cada vello de su piel se había erizado.

—S-si

—Supongo que ahora que acabas de invadir mi habitación, tendré que verte día y noche. —hable molesto, no solo me habían asignado a un compañero de habitación, para acabarla, era el ser más inseguro que pude haberme topado.

—No es necesario — bien, ese cambio tan radical había sigo impresionante.

—¿No?— Euna comentó que tarde o temprano tendría que compartir el cuarto, no podría renegar, era eso o... eso, sin duda no había nada que reprochar.

—Puedo mantener mi distancia — el pelinegro hizo su camino desde la entrada, (al fin usando sus pies), en ningún momento había movido algún músculo, pero el tono de voz que tomó con sus últimas palabras y la decisión de guardar sus cosas, bueno ahora todo se podía esperar de él.

—Tengo entendido que tú no tienes problemas, ¿Qué haces aquí?

—¿Te incumbe?

—¿Entras a la habitación y tomas valor? Vaya, hace unas horas parecías una pequeña carroña a la vista de su presa — caminé a la ventana abriendo las cortinas. —¿y ahora por una simple pregunta activas tú modo ataque? — sonreí molesto, este chico comenzaba a colmar mi paciencia con  sus facetas que solo en este tiempo, podría decir que de las dos que conocía, ninguna me agradaba.

—No... S-solo no es tu incumbencia por que este aquí... — ¿Otra vez?

—Es cierto, sólo que, estando aquí, uno se acostumbra a escuchar ciertos rumores por los pasillos — me encogi de hombros.

Gire a verlo y al mismo tiempo desvío su mirada sobre sus cosas aún sobre el colchón, nervioso.

—Aún es temprano, si te "molesta" te dejó — camine abriendo la puerta. —No te acerques a mi cama — di un portazo.

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—¿Cómo lo tomó? — preguntó el hombre canoso dejando de lado su taza de café.

—No lo se, Yoongi no mostró ninguna emoción cuando le dije que estaría con Park, solo me ignoró y siguió escuchando su música — Euna tomó asiento sobre el pequeño sofá marrón.

—Nunca lo entenderé— suspiró. —Es definitivamente un chico muy difícil

—No lo juzgue, le recuerdo que aún no sabemos que pasó, todo tiene una razón, sin saberla no podemos contradecir su comportamiento

—Lo se, he tenido miles de pacientes, caso uno con problemas distintos, y te aseguro que la mayoría no eran tan errados como Yoongi

—Presiento que no será fácil — su mirada se torno oscura. —Yoongi no la ha llevado fácil ¿sabe? 

—¿Qué tratas de decir? — se acomodó los lentes alzando sus cejas —¿Habló contigo? — la miro con interés.

—No realmente, pero quién sabe, lo poco que lo conozco o lo que he observado de su personalidad, algo realmente importante debió suceder. — tomó entre sus manos el expediente del chico rubio —Un chico que en su plena juventud está encerrado en una clínica ¿es algo normal?

—Incluso ha habido niños de 5 años. — reprochó el anciano.

—Niños de 5 años que no tienen ni idea de lo que están viviendo.— algo no lograba encajar por más que pensaba. —El... No se, sólo no logro empatizar sus sentimientos, notó algo de amor en él, sé que lo hay, y por otro lado... Todo lo torna marchito, puede que siga aquí, día a día con medicamentos, pero ¿Con qué fin?

El Doctor se quedó mudo.

—Su madre no viene a visitarlo seguido... Sin duda el tiene algo especial, pero supongo que la vida una vez más jugó y él no tuvo buenas cartas

—¿Puedes tomar tu esto?

—¿Q-qué? — preguntó Euna atónita por la inesperada sorpresa.

—Veo que te has involucrado muchísimo con el, quiero que seas tú quien lleve esto, quiero que seas tú quien pueda ayudarme a sacar todo lo que lleva

—Doctor... Yo...

—Vamos Euna, estoy seguro que contigo todo avanzará de manera más rápida. — sonrió amablemente.

—Pero sólo... Solo soy una enfermera

—Creo firmemente que podrás con esto — acaricio el hombro de la joven. —Incluso podrías ayudarlo con las terapias

Euna le había tomado cierto aprecio al chico de tez pálida, en sus momento era difícil de tratar con el, pero no podía negar que en varias ocasiones él había cedido ante ella ¿sería posible que también podría ceder en esto?

Yoongi tenía algo, una culpa que lo carcomia día a día, pero que se negaba a sacar a la luz, eso lo sabía de sobra, pero todo tiene un precio.

¿Qué precio pagaría Euna por tratar de revivir la flor tan marchita que creció en él?

Dudosa, levantó su mirada encarando al hombre frente a ella, y habló.

—De acuerdo, yo me haré cargo de él

Después de todo no había nada que perder, o eso creía hasta ahora.

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—Jungkook-ah, tú no tienes que seguir aguantando esto

—Me dejarán Hyung, sólo les gustó para un rato...

Suspire, tomando de los hombros a Jungkook acercandolo a mi cuerpo recargando su cabeza sobre mi pecho.

—Jungkook... ¿Te han dicho que no conoces el mal?

—mmm

—Esas personas están cegados a la realidad, no pueden ver que todo lo que dicen no son más que mentiras... si pudiera entregarte mi vida lo haría, pero lo que veo ante mi, tampoco mereces eso — restregue mi nariz en su cabello. —No tienes ni idea de todo lo que haría por ti. — sentí sus lágrimas mojar mi ropa. —Déjame cuidarte en tú vida

—Hyung... Yo daría mi vida por ti

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¿Actualización?
Sabemos que significa ¿no?

Espero tengan un mejor día que el mío.

[DEMENCIA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora